El pelo que cautivó a Romero de Torres
Josefa Suárez Parias. Una de las musas del pintor cordobés, nunca recibió el homenaje de su ciudad natal pese a ser la protagonista de muchos de las grandes obras del artista
Nació en Córdoba el 15 de agosto de 1912. Sólo tenía 15 años cuando sorprendió con su singular belleza a Julio Romero de Torres. Una señora, amiga común de las familias Suárez Parias y Romero de Torres, fue un día de visita a casa de esta última, acompañada de Pepa. Nada más verla, el pintor le propuso que hiciera de modelo. Cuando la joven consultó con su familia el asunto, el no del padre fue tajante al pensar que su hija sería pintada, como algunas de las modelos de Julio Romero, despojada de ropa.
Tras la negativa, el pintor envió a su hijo Rafael para convencerlo. Tanta fue la insistencia del joven que el buen hombre accedió, con la condición de que nunca su hija posaría desnuda y que siempre estaría acompañada de alguien de su confianza. Muchos fueron los días que Josefa Suárez posó para el pintor, aunque las sesiones eran muy cortas, ya que por aquel tiempo el artista estaba muy enfermo y le fatigaba mucho su trabajo. De aquellas sesiones surgieron obras como La copla, Viva el pelo o La niña de las uvas.
Un par de años antes de su prematura muerte a los 55 años, pintó La copla, con la imagen de una mujer con paso firme, donde la figura de la modelo se realza sobre un atardecer de Córdoba portando en su mano derecha una guitarra y la izquierda la posa en la cadera, cubierta con un mantón que lleva echado sobre el hombro. También resalta una faca metida entre una de las ligas negras que sujetan las medias de seda. El pintor trata el tema de la copla como la expresión natural de tristeza y alegría. Romero de Torres fue muy aficionado al cante flamenco, sintió la copla como nadie y así lo transmite en sus cuadros de manera excelente. El misticismo que hay en la copla lo lleva íntegro a sus lienzos. Simboliza el lirismo andaluz y su máximo exponente: el flamenco. Al fondo, Córdoba: Guadalquivir, Puente Romano, Puerta del Puente, Torre de la Calahorra y el Campo de la Verdad. Esta obra fue reproducida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en un sello de 40 céntimos. La temática del flamenco y la copla aparecieron también en Malagueñas, Seguidillas, Cante hondo, Alegrías, La saeta y Carcelera.
Manuel Machado comentó de la copla "que hasta que el pueblo las canta las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe del autor". Pero la obra de más carácter es Viva el pelo, cuadro realizado en 1928, de pequeñas dimensiones, de marcada sensualidad, donde la modelo muestra su perfil luciendo una admirable mata de pelo recogida en la nuca en un hermoso moño, sujeto por un peinecillo rojo y con una jugosa manzana. Retrato del peinado de la mujer cordobesa. Pepa era conocida en esta ciudad por su abundante cabellera, que le llegaba al suelo, y fue escogida como modelo por tener esta peculiaridad, adquiriendo la mayor importancia que en el arte de la pintura se le haya dado nunca al cabello. Esta obra fue reproducida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en un sello de 10 pesetas.
Más tarde pintó La niña de las uvas, que muestra a la joven sobriamente vestida, con un racimo de uvas en la mano. Gitana, Rivalidad, La esclava y La niña de las uvas fueron adquiridos por un filántropo argentino, el doctor Arturo Uriarte y Piñeiro, que los compró junto a su hermano Leopoldo en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929-1930, por un precio total de 100.000 pesetas, cifra récord para la época. A su muerte, la colección del doctor Uriarte fue donada al Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires en 1942, el Prado argentino, para su exhibición permanente, junto a otras 44 obras de arte con una serie de condiciones. Los herederos, al ver que se incumplían, interpusieron un recurso extraordinario para la transgresión de la donación y lo ganaron. Así, Gitana quedó en manos de los sucesores de Uriarte y posteriormente en una colección particular. Rivalidad en la actualidad pertenece a Prasa, que la adquirió en 2004 por 872.560 euros cuando fue subastado en Sotheby's. El Gobierno de Argentina no ha permitido las subastas de Esclava y Amparo, también conocida como Niña gitana.
A la muerte de Romero de Torres, también se truncó el que Pepa recibiera un cuadro que el gran artista le había prometido y que a ella le hizo mucha ilusión. También, ya avanzada la edad, tuvo el deseo de que Córdoba le rindiera un homenaje, como se ha hecho con otras modelos de Julio Romero, lo que nunca le fue concedido. Falleció en 1999.
Esta mujer que siempre permaneció muy entregada a sus padres, a su marido, a sus ocho hijos, sus 30 nietos, su 40 bisnietos y un tataranieto, a su familia en definitiva, ha tenido una vida acotada por una fama bien merecida. Sus seres queridos la recuerdan como una persona cariñosa, que transmitía dulzura y serenidad. A la que todos llamaban abuela Pepa.
También te puede interesar
Lo último