Las Perseidas desde Los Villares
Vivir Verano
La nubosidad está presente durante los primeros días de la velada astronómica 'Starlight' cordobesa
Como ya es tradición, cada año, el Parque Periurbano de Los Villares y la zona de Los Pedroches reciben la visita de numerosos aficionados a la observación astronómica para asistir al fenómeno de las Perseidas, también conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo. Todo ello, desde la inmensidad del cielo de la provincia cordobesa, con denominación Starlight por la Unesco.
Aunque este año, al contrario que el anterior, las Perseidas han llegado acompañadas de nubes, que han complicado la visibilidad de este fenómeno, y de una luna creciente, casi llena, que ha hecho menos atractiva la fotografía de esta lluvia de meteoros que se produce todos los años en la segunda semana de agosto.
Más allá de las nubes y los impedimentos, los aficionados han podido disfrutar de una velada astronómica en la zona norte de la provincia, lejos de la contaminación lumínica de la capital, y recrearse con otro curioso fenómeno astral que se ha producido durante estos días.
Se trata de la conjunción de la Luna, Júpiter y la estrella Antares, que es visible desde el pasado 9 de agosto y que responde a la máxima aproximación entre la Luna y Antares y entre la Luna y Júpiter.
Hacia esta rara conjunción apuntaban todos los telescopios, en la noche del lunes, en Los Villares, donde Hamman Al Ándalus ha organizado una salida a cielo abierto para observar las Perseidas, a la que han acudido decenas de personas.
Entre los visitantes del parque estaba Alejandro, un fotógrafo cordobés que acudía a repetir las fotos del año pasado, cuando logró inmortalizar varios restos del cometa 109P/Swift-Tuttl mientras se volatilizaba en la atmósfera. Este hecho es lo que realmente ocurre cuando se observa la lluvia de estrellas.
Aunque este año no ha habido tanta suerte. Así lo explicaba el fotógrafo, mientras mostraba las fotos del año pasado, y lamentando la capa de nubes y la luminosidad de la Luna que impedía este año la gran foto deseada.
Los días de mayor actividad fueron el 11 y el 12 de agosto, con unos 120 meteoritos a la hora. Para disfrutar de estas estrellas fugaces en su cénit, las mejores condiciones atmosféricas son a más de 4.000 metros de altitud, con material de observación especializado y, además, que no exista humedad, sin tener en cuenta las condiciones de una baja contaminación lumínica.
Los Villares es la zona con menos contaminación lumínica de la capital, a unos 400 metros por encima de la altitud de la propia ciudad cordobesa. En Los Villares continúan con la observación del fenómeno hasta mañana jueves, con sesiones guiadas impartidas por la experta Noelia Granados, y que combinan senderismo y de iniciación a la astronomía y a las leyendas y la magia del cielo nocturno.
Durante los primeros días, Domus Beticae ha acogido a 80 participantes en cada una de las cuatro veladas nocturnas que ha organizado junto con la Consejería de Agricultura. Del mismo modo, cientos de cordobeses se han acercado para disfrutar de los senderos y el aire fresco que ofrece estos días el parque periurbano.
Del mismo modo, el ciclo nocturno dará paso a otras dos actividades programadas, como la yincana La Búsqueda del zorro, que tendrá lugar el viernes a las 20:00 en el centro de visitantes del parque y la sesión La Luna de agosto: yincana de juegos deportivos. Esta actividad, por su parte, tendrá lugar el próximo sábado a las 20:00. Ambas actividades están dirigidas para todos los públicos.
Los Pedroches
También, a unas decenas de kilómetros al norte de Los Villares, en la comarca de Los Pedroches, la observación ha dejado, más o menos, un resultado similar.
Según ha detallado otro fotógrafo, Miguel Ángel, en su caso, ha estado durante dos noches en búsqueda de las estelas en la playa artificial de La Colada, situada en el municipio de El Viso.
Miguel Ángel señala que ha optado por irse más al norte porque toda la zona de Los Pedroches, un total de 3.500 kilómetros cuadrados repartidos en 17 municipios, es reserva Starlight.
En alguna de las fotografías que ha logrado obtener ha captado la Vía Láctea en toda su inmensidad. No obstante, al igual que su compañero de profesión, Alejandro, lamenta que el viaje y las horas de sueño no han servido para tener una instantánea que mostrar a sus amigos y familiares del fenómeno astral.
De este modo, entre nubes, lunas y estrellas, la noche da paso a un día en el que la nubosidad seguirá presente. Sin embargo, puede que finalmente los obstáculos atmosféricos remitan en los próximos días y, por fin, se logre una buena observación de las Perseidas en el cielo cordobés.
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