Persianas Lavirgen: la historia de tres generaciones
Comercios con historia
Bartolomé Lavirgen fundó este negocio en la década de los 60
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Córdoba/En una calle de Ciudad Jardín, en concreto, en Camino de los Sastres, se encuentra Persianas Lavirgen. Aunque este comercio está ubicado aquí desde que la calle se llamaba Ministro Barroso y Castillo. Unos 60 años de historia, donde intervienen tres generaciones de la misma familia.
Este establecimiento nació en Bujalance, de donde eran naturales sus fundadores, Bartolomé Lavirgen y María Pulido, aunque en el municipio cordobés se trabajaba tanto con persianas como con esparto. Cuando estas dos cordobeses se casaron decidieron mudarse a la ciudad para emprender un negocio. Sin embargo, ya conocían la zona porque Bartolomé iba y venía, todos los días, a un local que tenían en las inmediaciones de este barrio donde vendía huevos". Fue en 1968 cuando se hizo con el local de la Calle Ministro Barroso y Castillo y se especializó solo en persianas.
Hoy, es Ana Lavirgen Pulido la gerente de este negocio que fundaron sus progenitores y de esta forma narra su historia. Bartolomé tiene actualmente 96 años y viene algunas tardes a visitar el negocio donde puso todo su esfuerzo y dedicación. "Como él ya tenía el negocio en Bujalance, pues supo perfectamente llevar el establecimiento. Al casarse aquella tienda pequeña ya no daba para todos los hermanos porque eran seis hermanos. Mi tía puso una tienda en La Plaza La Mosca que se llamaba también Persianas Lavirgen, pero eran tiendas independientes. Comercio que cerró cuando mi prima se jubiló". Por aquellos entonces, los fundadores eran los encargados de atender en la tienda, aunque tenían algún operario trabajando en la calle.
Como narra Ana, ha crecido entre estas paredes. Todas las tardes después de salir de estudiar, veranos incluidos, se dirigía al negocio familiar a ayudar a sus padres. "Yo arreglaba las persianas venecianas de cincuenta, que entonces solo la había de esa lama. Antiguamente, los palillos de las cortinas venían desenganchados: el alambre, por un lado, y el canuto por otro. Yo me sentaba ahí con una caja de alambre y otra de canutos. Hacía la tira entera y mis padres iban haciendo las cortinas de palillos". Sin embargo, la actual gerente entró fija al negocio en el 1992, tras jubilarse su padre, se quedó al mando del lugar. "Mis niños también se han criado aquí, ahí en la máquina de coser le daba el pecho, ahí ponía el parque y a trabajar". María y Miguel Ángel, los hijos de la gerente, también forman parte de este historia. Con 33 y 25 años son parte activa del negocio, provocando que el relevo generacional sea posible. "En principio, van a seguir ellos, con lo cual estamos las tres geraciones aquí en la tienda".
Sobre su larga lista de clientes, Lavirgen explica que "tenemos clientes de toda la vida, que conocen a mi padre y a mi madre. Como consecuencia, sus hijos viene aquí porque tenemos fama. A veces nos dicen que "lo que no encuentres en Persianas Lavirgen, no lo encuentras en ningún lado", porque como tenemos muchísimas cosas antiguas de cuanto las primeras persianas. Ayer mismo me vino un cliente buscando una pieza para una cinta de cortina, que había recorrido toda Córdoba, y tenía la pieza yo". "Yo no he tirado las cosas antiguas porque todavía se siguen usando, aquí vienen clientes que tienen rieles de 30 o 35 años". Sin embargo, las persianas han cambiado a lo largo de los años, "antiguamente, las persianas eran de madera que pesaban muchísimo, posteriormente, eran de plástico, aunque lo que más se pone ahora es la de aluminio, que al estar rellena te aisla del calor, del frío y de los ruidos. El relleno es lo que quita la acústica". Como cuenta, la dueña del establecimiento la temporada fuerte de este negocio comienza en marzo.
Sobre los obstáculos a los que se enfrentan los pequeños comercios, se puede señalar la competencia de las grandes superficies. "La ventaja que tenemos es que yo de todas las cosas que tengo, tengo repuesto, incluso vienen clientes que han comprado en otro lugar y le falta un soporte. A veces, les busco una solución con lo que yo tengo. En los grandes centros no tienen la especialización y no te explican cómo se debe de tratar y de cuidar. Todo eso lo tenemos el pequeño negocio. Nosotros vamos a tu casa, tomamos medidas, damos presupuesto y te la instalan. Nosotros nunca cogemos medidas de los clientes porque siempre un operario toma la medida mejor, tú te puedes quedar más corta y puede ser que no tenga solución la persiana, y no trabaja como debe".
"Gracias a que mi padre ha creado una fama, salimos adelante. Siempre buscamos la economía del cliente. Nosotros no vamos a ganar un duro a costa de alguien, vamos a ahorrarle un duro a la persona si podemos. Así me lo enseñó mi padre, yo sigo sus mismos pasos. No es que vaya como iba antes, pero como dice mi padre: con tener para pagar la luz, los seguros sociales, mi seguro de autónomo y comer, ya tenemos".
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