Un total de 85 personas se benefician de la residencia para exreclusos de la Diócesis de Córdoba en dos años
Inclusión
Hay cinco grupos de trabajo, dedicados a la jardinería y el huerto, la limpieza de las instalaciones, el mantenimiento y reparaciones de las mismas, la lavandería y la cocina
Mujeres de entre 30 y 45 años: el perfil de las personas interesadas en montar su empresa en Córdoba con ayuda de Cruz Roja
Córdoba, una ciudad de acogida: “Lo importante es que mi hijo tenga aquí la oportunidad que allí no tuvimos"
El antiguo Seminario de Santa María de los Ángeles, en plena Sierra de Córdoba, en el Parque Natural de Hornachuelos, acoge desde hace dos años a la Comunidad Rescatados de María, especialmente dedicada a ex reclusos que no tienen medios materiales ni apoyo en su entorno para afrontar su plena reinserción sociolaboral tras salir de prisión.
Apoyo para lograrlo es lo que les ofrece la Diócesis de Córdoba en esta residencia, con un balance de "esperanza" para 85 personas, que son las que se han beneficiado de este recurso en los últimos dos años. Así lo ha destacado el delegado de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Córdoba, José Antonio Rojas Moriana, quien ha explicado que este proyecto "parte de un deseo de la Pastoral Penitenciaria, que llevaba tiempo soñando con tener un lugar donde acoger a aquellas personas que, saliendo de prisión, no tenían lugar para residir, ni recursos para integrarse de nuevo a la vida en libertad".
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, fue quien puso a disposición de este proyecto el antiguo seminario menor, que, tras un largo periodo en obras, bendijo e inauguró el 1 de agosto de 2021 como la casa residencia por la que "han pasado hasta el día 85 personas, con una media de edad de 38 años, provenientes en su mayoría de la provincia de Córdoba, pero también de Sevilla, Jaén, Málaga, Cádiz y, más allá de nuestra fronteras, de Guatemala, Colombia, Francia y Uruguay".
En estos dos años de vida, la Comunidad, según ha aclarado Rojas Moriana, "ha ampliado su labor, pues no sólo recibimos a personas que salen de prisión, sino también a aquellas que desean salir de sus adicciones, hayan estado o no en prisión, aunque casi el 50% han pasado por algún centro penitenciario". Algunos de los residentes "llegan en un muy deficiente estado personal y físico" y, ante ello, "la vida sencilla de trabajo, de replanteamiento de sus valores y, sobre todo, del encuentro con el Señor y su bendita madre, les ayuda a recomponer su existencia rota por tantas dolorosas experiencias vitales por las que han pasado".
De hecho, según ha resaltado, la Comunidad "les aporta paz para su pasado turbulento, reconciliándose con ellos mismos y sus allegados, y les aporta esperanza para volver a encauzar el futuro de su existencia con una nueva visión de la vida y de aquello que merece la pena alcanzar". Se les ofrece, por tanto, "un lugar de reencuentro con los valores más básicos de responsabilidad en el trabajo, de compañerismo y solidaridad con los otros, de constancia en los compromisos y de claridad y sinceridad en los planteamientos de su vida".
El lugar, "privilegiado por su ubicación, aporta mucha serenidad y un contacto pleno con la naturaleza, que se ve reforzado con las actividades de deporte y senderismo", y al ser una iniciativa de carácter religioso, "también se les ofrece la aportación de una vida espiritual, siempre de modo voluntario, que enriquezca por dentro todas las demás herramientas que se les facilitan para una nueva andadura en la vida".
Además, según ha subrayado el delegado de Pastoral Penitenciaria de la Diócesis, "en el campo profesional contamos con la ayuda de los trabajadores sociales de Cáritas y del Ayuntamiento, así como con los médicos de Hornachuelos y Posadas", las poblaciones más cercanas a la residencia. Actualmente hay cinco grupos de trabajo en la Comunidad, dedicados a la jardinería y el huerto, la limpieza de las instalaciones, el mantenimiento y reparaciones de las mismas, la lavandería y la cocina.
Así, cada residente "aporta su experiencia en cada campo, pasando cada cierto tiempo por cada una de estas áreas de trabajo". En cualquier caso y según ha indicado Rojas Moriana, "no hay tiempo límite para su estancia", pues "cada uno va madurando su proceso según sus capacidades y dificultades", y "tampoco se exige ninguna aportación económica, ya que es la Diócesis de Córdoba la que ha apostado por esta obra, haciendo frente a la mayoría de sus gastos, junto con otras aportaciones de hermandades, parroquias y personas particulares".
Temas relacionados
No hay comentarios