Un proyecto busca catalogar las placas conmemorativas en las calles del Casco Histórico de Córdoba
Investigación
Una gestora cultural cordobesa enumera las que se encuentran en el Casco Histórico de la ciudad para intentar que el Ayuntamiento se implique en su recuperación
Una ruta por los altares de Córdoba, monumentos a la fe a pie de calle
Las placas conmemorativas forman parte indisoluble del callejero cordobés. Recuerdan nacimientos o muertes de personajes históricos, acontecimientos importantes para la ciudad, leyendas o hechos curiosos que han sucedido entre los muros, sobre todo, del Casco Histórico de Córdoba. Son importantes, pero a menudo no logran verse, bien sea por su ubicación, porque no están catalogadas y por el mal estado de conservación en el que muchas están.
La gestora cultural cordobesa Victoria Fernández de Molina impulsa un proyecto para, en primer lugar, catalogarlas, y luego intentar recuperarlas e incluirlas en publicaciones, actividades o rutas turísticas que se puedan poner en marcha para que visitantes y cordobeses conozcan en profundidad quiénes fueron estas personas y por qué son merecedoras del reconocimiento en el callejero.
Las placas tienen el poder de contar la historia de una ciudad a pie de calle. Pero uno de los primeros retos que hay en Córdoba para poder finalmente ponerlas en valor es identificarlas, diferenciando primero lo que es una placa de lo que no, una de las tareas más complicadas de la investigación que ha emprendido Fernández de Molina en la ciudad. Y es que hay placas en el suelo, en las paredes de edificios o en bustos y monumentos históricos y pueden ser de mármol, azulejos, piedra, madera o cualquier otro material, con textos o con relieves que forman imágenes, por lo que la gestora cultural ha tenido que hacer primero un descarte para delimitar su investigación.
El proyecto va a arrancar con el Casco Histórico, la parte que es Patrimonio de la Humanidad y que coincide con el trazado de la muralla, donde Victoria Fernández de Molina y su compañero José Manuel Palomo han catalogado ya unas 40 entre insignes personajes y hechos históricos. El tema es abierto, el desafío es encontrarlas todas, no dejarse ni una atrás o incluso poder hallar documentación de las que estuvieron en su día y fueron eliminadas por alguna razón. El Ayuntamiento no tiene base de datos en la que recojan las que son, por lo que el proyecto, que ha sido presentado a Cultura, "les interesa mucho" y les interesa tenerlo resuelto porque "puede tener una repercusión importante" como publicación o como atractivo turístico y educativo.
La investigadora ha hallado en las placas de Córdoba una casuística muy variada, no hay un estilo unitario ni siguen un patrón. Personajes históricos tanto cordobeses como extranjeros, pintores, músicos, periodistas, arquitectos, de diferentes épocas, incluso siglos, algunas con erratas, faltas de ortografía o tildes, con un lenguaje minimalista y sencillo y otras mucho más elaborado. La mayoría cuentan con información de base sobre quién es el personaje y algún rasgo de su biografía, mientras que quién la promueve, cuándo se instala y por qué motivo son características que no siempre tiene, así como la relación con el lugar en el que está colocada, detalles que hacen falta para completar el proyecto de investigación.
Las placas que hay repartidas por Córdoba han sido instaladas por asociaciones de vecinos, personas o familias, empresas privadas o públicas y eso explica que no mantengan una estética similar.
El estado de conservación en el que están es una de las reivindicaciones más importantes del proyecto. Cambiar los errores en la ortografía, la erosión por el paso del tiempo, las letras en blanco sobre blanco que no permiten leerlas y están "condenadas a desaparecer", obstáculos visuales, cables de por medio o árboles o una colocación muy alta, hasta tres pisos de altura. Su restauración pasa por tener primero un catálogo de las mismas para poder tenerlas ubicadas.
En el mejor de los casos el personaje tiene calle, estatua y placa, como el veterinario y arabista Rafael Castejón o Góngora, pero "hay otros que deberían tener, que se lo merecen y no tienen" ese reconocimiento en el callejero, como Abderramán III, que solo tiene calle o el segundo hijo de Cristóbal Colón, Hernando, que está en la misma situación, mientras Cervantes o José Sánchez Peña tienen ambos dos placas. El compositor Eduardo Lucena pudo haber tenido una placa en su casa natal, en la calle de la Feria, sin embargo parece ser de las que ha desaparecido sin dejar rastro, cuenta Fernández de Molina.
Otra situación que llama la atención es que en el Casco Histórico de Córdoba no existen placas conmemorativas dedicadas a mujeres (tampoco muchas calles), otra reivindicación que la investigadora considera se debe poner sobre la mesa. Extranjeros hay algunos, como el escritor estadounidense Edgar Allan Poe. Victoria Fernández de Molina espera que esta investigación sirva para llamar la atención de las administraciones para que se impliquen en su recuperación, conservación y puesta en marcha de documentos y actividades.
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