Las plantas invasoras o el peligro de la biodiversidad en Córdoba
Medio Ambiente
La presencia de estas especies comienza a ser cada vez más habitual y ya han llegado incluso a los vistosos y cuidados patios de la capital cordobesa
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Si hay una planta invasora en España es el conocido camalote del río Guadiana. Se trata de una especie invasora que no deja ver el cauce de este gran río y que forma ya parte del paisaje, a pesar de su agresividad en el ecosistema.
La presencia de este tipo de plantas es cada vez más común también en Córdoba y, de ello bien que sabe Pablo González Moreno, investigador posdoctoral Ramón y Cajal de la Universidad de Córdoba (UCO), quien explica a El Día que las variedades que ya están en la ciudad y en la provincia y los peligros que conllevan.
La forma de introducción de este tipo de plantas, detalla, es casi siempre la misma: a través de la jardinería. "En muchos casos, se compran en viveros y son especies que fácilmente pueden ser invasoras", anota y advierte de que "hay casos que son complejos".
González Moreno subraya que para evitar su propagación hay una normativa específica, si bien, reconoce que su aplicación "va más lenta que la realidad". No obstante, existe un un catálogo nacional de especies invasoras y, como es evidente, "si aparecen en él, esas plantas no se pueden comprar ni tener en casa", remarca.
Las plantas invasoras, continúa, "son especies de todo tipo, y para que tengan ese nivel tienen que tener contrastado que han generado un impacto". El investigador lamenta en este punto que "es difícil incluir nuevas especies en el catálogo, aunque sepamos que son muy invasoras en otros sitios, lo cual hace que se vendan impunemente especies que seguramente generen problemas en el futuro".
Presencia en Los Patios
Pero, ¿dónde se pueden encontrar este tipo de plantas que tantos problemas generan? Pues, sorprendentemente, en uno de los principales atractivos turísticos de Córdoba: en sus hermosos patios. Además, el investigador alerta de que se trata de recintos donde "hay mucho trueque y eso es un problema porque se trata de especies que pasan de un sitio y otro".
El hecho de que en los patios de Córdoba luzcan plantas invasoras se ha confirmado gracias al trabajo de fin de grado de la estudiante de Ingeniería Forestal Sandra Naranjo en el que se entrevistó a 20 propietarios y en el que desde del departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Córdoba se colaboró con el Real Jardín Botánico de Córdoba. En este punto, el investigador explica que "la gran mayoría de las plantas de los patios son exóticas, no son nativas, pero algunas sabíamos que eran invasoras".
En concreto, el estudio determinó la existencia de hasta 17 plantas invasoras en los patios que conviven con claveles, geranios y gitanillas. Las más abundante, fueron Crassula multicava, Tradescantia pallida y Tradescantia fluminensis. "Esta última es una planta que le gusta mucho a la gente, es muy llamativa suele ser de colores rojos y crece muy fácilmente, pero por eso y porque se expande se puede convertir en invasora y hay que tener mucho cuidado", alerta. No obstante, reconoce que "todavía no está introducida, pero es una especie que es una bomba de relojería y seguramente si empieza a salir sabe que luego es difícil quitarla".
Otra planta invasora presente en los patios es la Lantana Camara, una especie tradicional de jardinería andaluza que se ha usado en zonas públicas y que se está "escapando" recientemente; también es conocida como banderita española. "Es una especie muy antigua, la típica planta de las abuelas. La curiosidad es que una de las top 100 invasoras a nivel mundial y está causando estragos en el este de África y la India; es una especie muy problemática", insiste.
Además, reconoce que ya "se está escapando de los jardines y de repente aparece en un parterre o en un solar abandonado". Por ejemplo, en Córdoba y en Málaga ha aparecido ya. El problema, admite, es que es una planta que "no está en el catálogo y la puedes comprar".
La tercera especie que encontraron en el estudio está presente en el 60% de los patios que visitaron y se trata de la Crassula. González Moreno asegura que los propietarios la ven ya como problemática "porque se expande de una maceta a otra". Una de las características de esta especie es que "aguanta condiciones de aridez y de temperaturas bajas", añade.
Invasoras en el medio natural
Además de las citadas plantas localizadas en los patios, en Córdoba hay especies de las mismas características pero que son invasoras en el medio natural. Según la información facilitada por González Moreno, una de ellas es la Ailanthus altissima, o árbol del cielo o ailanto. Se trata de un árbol de origen del sudeste asiático muy abundante cerca de carreteras y que ocasiona problemas para la seguridad vial. "Es muy vistoso, pero es la perdición para la conservación de carreteras, y la tienen que eliminar dos o tres veces al año", advierte y señala también que ya se encuentra invadiendo zonas naturales riparias en parques naturales como el de Hornachuelos.
Otra de la especie que cita es la Cenchrus setaceus (antes Pennisetum setaceum), conocida popularmente como rabo de gato, y que es muy usada en jardinería y que se ha instalado en muchas rotondas públicas. Es más, reconoce que "ahora mismo tenemos una población muy extensa en la zona de Rabanales 21" en el término municipal de la capital cordobesa.
A ambas plantas suma la Datura stramonium o estramonio, que es una especie de origen americano muy tóxica, pero que se usa frecuentemente en jardinería y que invade zonas naturales riparias como en el Parque Natural de Cardeña-Montoro; en este caso, en el río Yeguas.
En cuarto lugar cita la especie Arundo donax, la caña o cañavera. En este caso, es una especie riparia del este de Asia que llegó hace varios cientos de años (posiblemente antes del siglo XV). "Es un problema en muchas zonas del Guadalquivir y las confederaciones y la Agencia del Agua están invirtiendo mucho en reducir su expansión", expone. El investigador añade que se trata de una especie "muy antigua y posiblemente trajeron los árabes".
Ecosistemas menos diversos
La expansión de este tipo de plantas generan varios problemas, tanto a nivel medioambiental como en la salud de las personas. El impacto en Córdoba es, sobre todo, de carácter ecológico porque cambian el ecosistema completamente.
En este punto, el investigador de la UCO señala que el más claro es el impacto de tipo ecológico "cuando la especie domina el ecosistema e impide que otras especies nativas se desarrollen". Su presencia provoca que disminuya la biodiversidad y "hace que nuestros ecosistemas sean menos diversos", indica. Y es que las plantas invasoras "tienen una habilidad para competir sobre las otras", apunta.
En el caso del impacto sobre la salud humana, el investigador hace referencia a especies que son urticantes, que ya están en Centroeuropa y también en el Norte de la Unión Europea, pero se trata de casos que no han llegado todavía a Córdoba.
A ellas se suman las plantas que generan mucho polen y "pueden crear problemas para personas que tienen alergia”. No obstante, destaca que “aquí por suerte no tenemos este tipo de especies".
Medidas de control
Para evitar la expansión de este tipo de plantas, González Moreno recomienda "tener prevención, si sabemos que esa especie es una bomba de relojería y que ya ha tenido problemas en otros sitios, como consumidores deberíamos dejar de comprarlas, no ponerlas y que la Administración las prohíba".
"Tenemos que ser conscientes como consumidores que cuando compremos una planta no sea solo porque sea bonita, sino que tampoco sea un problema. Es lo más fácil", afirma.
Otra de las recomendaciones que hace es "tener un seguimiento constante: cuando veamos una especie que por ejemplo acaba de saltar el jardín y sepamos que puede ser un problema, hay que ir a la Administración o eliminarla cuanto antes. Porque si se nos va de las manos, es imposible".
Pablo González Moreno es uno de los investigadores de la UCO que lleva a cabo el proyecto DesFutur -financiado por la Fundación Biodiversidad- centrado en el estudio de las plantas invasoras, como la cañavera o el ailanto, que suponen un desafío creciente que amenaza el equilibrio de los ecosistemas, poniendo en riesgo la biodiversidad local.
Este proyecto cuenta entre sus objetivos con analizar la influencia de las invasiones biológicas en la desertificación de zonas áridas del sur peninsular. En un encuentro de trabajo celebrado recientemente, una veintena de expertos de la Junta de Andalucía, confederaciones hidrográficas, autoridades locales y personal investigador de la UCO concluyó con la idea de que en la gestión conjunta de las plantas invasoras debe primar un enfoque adaptado a las condiciones locales y basado en la coordinación e información.
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