El plomo en nuestras vidas

Humanidades en la medicina

La contaminación por este metal es uno de los riesgos ambientales más antiguos de la humanidad

El placebo: acto de fe

Un avión despega en un aeropuerto.
Un avión despega en un aeropuerto. / Javier Albiñana
Rafael Recio - Médico traumatólogo

22 de septiembre 2024 - 06:59

Córdoba/La contaminación por plomo es uno de los riesgos ambientales más antiguos de la humanidad y en la actualidad continúa siendo un problema de salud pública por el incremento de patologías diversas a las que puede abocar.

Históricamente, el plomo fue utilizado como polvo cromático para proteger todo lo relacionado con Osiris, el dios más importante del panteón egipcio, mencionando su uso en el papiro de Ebers (1500 antes de Cristo). En la obra Alexipharmaca del botanista griego Nicandro de Colofón, describe un cuadro compatible con la intoxicación por plomo como consecuencia de la ingesta de litargirio (óxido de plomo) en los trabajadores que separaban el plomo de la plata por pirometalurgia.

Vitrubius, en su libro De arquitectura, recomendaba no beber agua de los pozos cercanos a las minas de donde se extraía el material. En la obra de Dioscórides De materia médica, decía que el plomo hacía la mente perezosa. Desestimó el uso del plomo por los efectos perjudiciales para la salud, ya que algunos emperadores romanos presentaban síntomas de saturnismo como cefalea, agresividad o escasa fertilidad. No podemos afirmar que una de las causas de la caída del Imperio Romano fuese la crisis social del plomo, como en algunos escritos se ha referido.

Una fuente muy importante de contaminación en la sociedad romana fue la preparación del vino, que al hacerlo y mantenerlo en recipientes con plomo le confería un sabor dulce y que se denominaba sapa o mosto cocido. Además de la exposición del plomo a través del vino, los romanos se impregnaban a través de polvos cosméticos faciales.

En la Edad Media, Pablo de Egina describió epidemias asociadas al plomo en la Italia del siglo VII, vinculadas a los artistas de orfebrería y pintura. Se cree que Caravaggio murió intoxicado por plomo a través de los tintes que manejaba.

Paracelso (1493-1541) incluyó en su farmacopea el plomo, argumentando que pequeñas dosis en ingesta cotidiana prevenían de la intoxicación; sin saberlo, incluyó el principio basado en lo que más tarde sería la homeopatía, con el principio de las semejanzas y que lo similar cura lo similar.

A través del análisis del hielo en Groenlandia, nos ha reportado el conocimiento de depósitos de plomo de hace más de 1.500 años, permitiendo afirmar que en los siglos VII y V antes de Cristo las concentraciones de plomo en la atmósfera fueron muy elevadas, ocasionando problemas de salud pública. Recordemos que el plomo era uno de los siete metales de la antigüedad y que los alquimistas de la Edad Media daban a este metal el nombre de Saturno; de ahí que se conozca la intoxicación por plomo, saturnismo.

En el siglo XVIII, como conocedores del efecto mórbido que producía el plomo, se instituyó la pena de muerte para quienes añadieran acetato de plomo a los vinos como conservantes. No fue hasta la Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX cuando se tomó la conciencia social del estudio del plomo, dictándose normas de prevención en el manejo de la exposición al plomo, como fue la “ley de las fábricas” para proteger en la manufactura a los trabajadores. En la que tuvo lugar una oleada de envenenamientos por plomo, recayendo la toxicidad en los trabajadores de las fábricas vinculadas a este manejo del plomo.

Es sabido que el plomo ha sido un material relegado a un segundo plano en las investigaciones arqueológicas y el motivo ha sido que ha ejercido de auxiliar en el mundo romano. Los romanos, creadores de estructura en los conductos de agua y en el contexto general de la ingeniería hidráulica.

Prohibición en España desde 1908

En España, a partir de 1908, se prohibió el trabajo de mujeres y niños en industrias como la de la producción de Cerusa. Los niños tienen una sensibilidad especial ante los niveles elevados de la plumbemia con afectación grave del cerebro y los riñones.

Mirando hacia atrás, vemos que nuestra relación con el plomo a través del maquillaje ha llevado a la belleza hacia unas ganancias incalculables para las empresas de cosmética; igualmente, han ido alterando nuestra piel desde la edad del hielo. Lo que en un principio se utilizó como camuflaje o ritual ha llegado a representar un signo de libertad de la mujer, estatus social e independencia.

La enfermedad de la "pérdida de la belleza"

En el segundo volumen de Zoonomia, Erasmo Darwin (abuelo de Charles Darwin), en 1796, publicó un catálogo de enfermedades entre las que se incluía la “pérdida de la belleza” y algunos de los remedios más habituales para la intoxicación por cosméticos que contenían plomo blanco, que detectaba como tóxicos. Las damas utilizaban la Cerusa para ocultar las manchas de la piel y otras cicatrices como las que dejaba la viruela, con un color “blanco muerto” que se puso de moda en la época isabelina. En la corte de Luis XV de Francia, Madame Pompadour, elevó a moda la piel blanca y las mejillas sonrosadas (cinabrio), como símbolo de estatus social elevado. Esta tendencia se cambió a partir de 1930, al aspecto bronceado, por Coco Chanel.

Tanto la aplicación de la cerusa como del cinabrio producían erupciones y cicatrices, lo que alentaba a un mayor uso para simular estos defectos, al tiempo que provocaban envenenamiento y muerte. Estas circunstancias hicieron que la sociedad en general se refiriese a estos óbitos como muerte por vanidad, recordando el pasaje del Eclesiastés: “vanitas vanitatum” o la vacuidad de la vida.

¿Por qué el plomo ha ejercido la atracción de pintores, constructores, químicos y productores de vino, cuando también he ejercido de tóxico?

Por sus múltiples usos, el plomo se hizo omnipresente en el Imperio Romano. Añadido al vidrio le confería brillo; en los decantadores de vino, con el tiempo, le impregnaban de sabor dulce, lo que se dio a conocer como azúcar de plomo por el acetato de este metal. Los romanos se fueron envenenando por su fuente principal, que era el vino, que, en su proceso de reducción en recipientes plúmbicos, se obtenía la denominada Sapa o Defrutum, usado para proporcionar sabor dulce a los alimentos y al mismo tiempo, como conservante, al Garum. Además, extendían la vida de los vinos.

Gasolina con plomo

En nuestra historia más reciente tenemos el ejemplo de la gasolina que, junto a los gases refrigerantes (clorofluocarbono), produjeron el agujero en la capa de ozono, con un incremento de los casos de cáncer de piel. Para este proceso tuvo especial relevancia el ingeniero y químico Thomas Midgley, que desarrolló un aditivo para la gasolina derivado del plomo, “tetraetilo de plomo”. En 1921 descubrió que al añadir este compuesto a la gasolina los motores eran más eficientes. Se comercializó con el nombre de “etilo” por General Motors. La prensa de la época lo bautizó como “gas lunático”. Midgley tuvo un final trágico al morir enredado por las poleas de un artilugio que el mismo inventó para obtener movilidad al contraer la poliomielitis.

A pesar de su toxicidad conocida, sigue estando presente en nuestras vidas. En la actualidad, la principal fuente de manufacturación se encuentra en las baterías usadas en la automoción. Se estima en que el 97% son reciclados.

Problema en la aviación

En la actualidad, los niveles de contaminación están bajando gracias a la plataforma regulatoria por la prohibición de los aditivos a los carburantes, las pinturas, latas de conservas y cosméticos. Pero hay un problema, y es la falta de regulación de su uso en los carburantes para aviación, considerándose la mayor fuente de emisiones de plomo en EEUU. La Agencia de Protección Ambiental anunció el 31 de octubre de 2022 que las emisiones de plomo de los motores de aviación de pistón plantean un peligro a la salud pública y al medio ambiente, paso crucial antes de que puedan regular el plomo en la gasolina de aviación, estimando que las emisiones de estos aviones representan alrededor del 70% del plomo emanado hacia la atmósfera. Pero la realidad es que seguimos sin regulación en la materia.

Como hemos visto, desde las primeras extracciones de plomo, pasando por la moda cosmética, la postulación de la caída del Imperio Romano, intoxicaciones masivas en trabajadores hasta la polución del medio ambiente, nos ha llevado a concienciarnos de la importancia del problema e intentar atajarlo en pro de la salud.

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