El precio de las frutas de verano, por las nubes: "Se ha disparado una barbaridad, el doble o el triple"

Economía

La sequía ha reducido las cosechas de la provincia casi un 30% y la demanda de estos productos no cesa ante las altas temperaturas propias de la época estival

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Francisco Ramos sostiene dos melones de la frutería Ramos. / Miguel Ángel Salas

Las altas temperaturas que toca soportar en la época estival no solo se contrarrestan con helados, refrescos y granizadas. La fruta de temporada es también otro de los alimentos más socorridos y demandados por los cordobeses para combatir el calor. Y es que no hay nada tan placentero como compartir una buena sandía o un melón fresquito -las frutas estrella de todos los veranos- en familia o con amigos en la piscina, en la playa o incluso en casa como postre, desayuno o merienda.

Sin embargo, saborear estas frutas de temporada se ha convertido este 2023 en un capricho de alto coste. Más allá de la inflación a la que está sometida España y toda Europa provocada por los estragos de la pandemia y la Guerra de Ucrania, la sequía ha reducido en territorio cordobés casi un 30% las cosechas de un año para otro.

Como explica el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Córdoba (UPA), Miguel Cobos, "la campaña de la fruta veraniega está ya muy avanzada y la alta demanda hace que el precio de estos productos aumente" y más cuando las dotaciones de riego para los cultivos de la Cuenca del Guadalquivir son solo de 500 metros cúbicos por hectárea, una cantidad que es "insuficiente" para regar los campos.

"Las siembras están siendo más escasas esta campaña que otros años por las dotaciones de riego menores. Es el cuarto año de sequía que pasamos, pero este 2023 se está notando más", lamenta Cobos, quien advierte de una reducción de la producción cada vez mayor de un año para otro. Según los datos ofrecidos por UPA Córdoba, en la provincia en 2022 había 343 hectáreas de sandía y 206 de melones. Este año la reducción ha sido drástica: 250 hectáreas de sandía y 150 de melones en todo el territorio. Es decir, en total hay en torno a un 27% menos de cosechas de un año para otro.

Esta problemática, como no puede ser de otro modo, afecta directamente a las fruterías de Córdoba y a los consumidores. Y es que los fruteros de la capital admiten que "apenas hay mercancía" de las frutas de temporada porque "entra poca cantidad y no hay tanta demanda". Así lo lamenta Francisco Ramos, encargado de la Frutería Ramos ubicada en pleno Centro, concretamente en la avenida Ronda de los Tejares, 2.

Conocedor de que la escasez de agua ha generado muchas pérdidas a los agricultores, Francisco vende diariamente todo tipo de frutas veraniegas en su establecimiento, que lleva abierto desde 1975. Melocotones de La Veguilla, melones de Montalbán, sandías, cerezas, nectarinas, ciruelas, paraguayos y todo un sinfín de productos de la tierra cuyos precios "se han disparado una barbaridad, el doble o el triple".

Concretamente la sandía y el melón, los reyes de las frutas veraniegas, han disparado su valor "una barbaridad". En 2022, Francisco vendía el kilogramo de melón a 1,6 euros y el de sandía a 0,8 euros o un solo euro. Este año, sin embargo, el melón está a 2,8 euros el kilo y la sandía a 2,2 euros.

"Se nota que ha bajado la venta a casi la mitad; antes se vendía mucho más, pero a estos precios es normal que se venda menos, sobre todo la sandía y el melón, que antes era lo que más se vendía y ahora mucho menos", comenta el gerente de la Frutería Ramos, que para adaptar estos dos productos a la economía de sus clientes los vende por cuartos y mitades en vez de por piezas enteras.

En la Frutería Rojas situada en la Avenida de Manolete, 13, son conscientes de que tanto el melón como la sandía han subido aproximadamente unos 70 céntimos el kilogramo de un año para otro. Por ejemplo, la sandía estaba en 2022 a unos 0,68 euros el kilo y este 2023 ha experimentado una subida de más del doble y su precio se sitúa en unos 1,45 euros el kilo.

El dueño de la frutería, Álvaro Ramos, admite que "por la sequía hay poca oferta" de frutas de temporada y que "los hortelanos en vez de sembrar el 100% solo han podido sembrar en torno al 35% de sus cosechas". Esto ha provocado que, como lamenta el gerente del negocio, "los clientes se estén llevando menos cantidad y no se atrevan, por ejemplo, a llevarse la sandía entera".

Así, con los precios de las frutas de temporada por las nubes y tanto agricultores como fruteros limitados en la venta de estos productos que son tan demandados en verano, a los cordobeses les toca rascarse el bolsillo si quieren soportar las altas temperaturas de Córdoba de la forma más dulce, saludable y refrescante.

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