El presunto asesino había sido procesado por intentar incendiar la vivienda de sus padres
La sentencia lo absolvió porque los progenitores se negaron a declarar contra él durante el juicio
Quienes conocieron a J. Á. G. G. lo describen como un hombre problemático que protagonizó durante su vida varios episodios violentos. En su expediente judicial, sin embargo, sólo consta un procesamiento por sendos presuntos delitos de amenazas y daños por los que finalmente resultó absuelto. El suceso se produjo el 4 de enero de 2007.
Sobre las 23:20 de aquel día, J. Á. G. G., "severamente influido por la previa ingestión de bebidas alcohólicas", se dirigió al domicilio que compartía con sus padres en la carretera de Palma del Río y comenzó a dar voces "sin que se haya podido comprobar su contenido". Aunque el fiscal lo acusó por amenazar a sus padres, los progenitores se acogieron a su derecho a no declarar durante el juicio y otro vecino que había sido testigo del incidente alegó que padecía una sordera. Al quedarse sin pruebas, la juez lo absolvió.
Aquella misma noche, "en su descontrol por la intoxicación etílica que padecía", llegó a prender fuego a la chaqueta que vestía y la aproximó a la persiana de una ventana del domicilio, a la que causó "leves desperfectos que después reparó". El juicio se celebró el 31 de octubre de 2008 y actualmente la resolución se encontraba en proceso de ejecución.
Lo único que la juez consideró probado es que el encartado causó desperfectos en la ventana, pero esos daños al ser ocasionados en el inmueble donde vivía con sus padres estarían amparados por la excusa absolutoria que exime de responsabilidad penal por los delitos patrimoniales que causan los hijos cuando viven con los padres, razona la resolución.
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