La puerta más antigua de la Mezquita-Catedral recupera su esplendor tras una restauración

Patrimonio

Se trata de la denominada puerta de San Sebastián o de los Visires y en sus orígenes daba acceso a las mujeres al oratorio

La recién restaurada puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral, en imágenes

Arquitectos y restauradores participantes en el proyecto de la puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral.
Arquitectos y restauradores participantes en el proyecto de la puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral.

Córdoba/La puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral de Córdoba ha recuperado su esplendor gracias a una restauración en la que el objetivo primordial ha sido "consolidar, limpiar y proteger para asegurar su durabilidad" tras el grave deterioro que sufría. Este pórtico se ubica en la calle Torrijos, justo enfrente del actual Palacio de Congresos y antiguo hospital de San Sebastián, por el que recibe su nombre.

Sin embargo, a lo largo de la historia se ha llamado de diferentes formas. Según ha contado el canónigo obrero del Cabildo Catedral, Pedro Soldado, esta es la más antigua que se conoce de la Mezquita y en sus orígenes daba acceso al templo a las mujeres. Más tarde, pasó a tener un carácter oficial y se denominó de los Visires.

Hasta el momento, había sido objeto de dos grandes restauraciones: la primera por parte de Hernán Ruiz a principios del siglo XVI y la segunda en los años 90 del siglo XX. La que acaba de llevarse a cabo ha tenido una inversión de 105.000 euros y su estudio ha suscitado mucho interés por parte de los restauradores y arquitectos porque conserva material original.

La restauradora Anabel Barrena ha relatado que "las portadas de la Mezquita-Catedral no son solo entrada físicas, sino puertas para la historia, el arte y la espiritualidad" y ha explicado cómo han "logrado mantener la esencia de una de estas joyas arquitectónicas preservando su legado para futuras generaciones".

En el caso de la puerta de San Sebastián, se abre centrada en el lienzo occidental del oratorio de la Mezquita aljama fundacional, en el siglo VIII, y se encuentra delimitada y franqueada por contrafuertes. Descata en ella un arco de herradura que sobresale en plano de fachada. En ella aparecen dos inscripciones labradas en piedra caliza insertadas en fábrica. En la primera de ellas, en la zona superior del tímpano de la arquivolta, reza: "En el nombre de Alá, el clemente, misericordioso. Mandó el emir, Alá sea generoso con él, Muhammad Ben Abderramán, de lo que renovó en esta Mezquita y su consolidación, esperando la recompensa ultraterrena de Alá por ello". En el friso horizontal inferior está la segunda inscripción, en la que dice: "Y se concluyó aquello el año 1 y 42 (241 de la hégira y 855 de Jesucristo) con al bendición de Alá y su ayuda".

"Esta obra no solo representa uno de los vestigios más antiguos del monumento, sino también de la estructura arquitectónica decorativa desarrollada por el arte islámico en Al-Ándalus", ha señalado la restauradora. "El interés que suscita su estudio se debe a la concentración de material original de época emiral que ha llegado hasta nuestros días a pesar de su lamentable estado de conservación", ha añadido.

Así, con esta intervención se pretendía "conservar y poner en valor el material original, ofreciendo una lectura limpia de los elementos decorativos y de fábrica que han llegado hasta nuestros días, eliminando aquellos que interfieren en su lectura y conservando y frenando la progresión de su deterioro", ha apuntado Barrena. Por lo tanto, "se ha desestimado tanto la reintegración integral de volúmenes o la destitución de piezas, ya que diluye la autenticidad de los originales y no necesariamente aportan información o coherencia a la comprensión de la obra".

El proyecto de conservación se inició cuando en diciembre de 2021 se desprendió un pequeño fragmento a la vía pública. Como consecuencia, se activó el protocolo de emergencia y se llevó a cabo un reconocimiento integral de la obra. A continuación, se realizó una fijación de urgencia mediante grapas provisionales de gasas impregnadas en consolidante y se sellan puntualmente zonas con peligro de caída.

"Ante la gravedad del estado de conservación que mostraba la puerta, se solicitó un proyecto de intervención para frenar su avanzado estado de deterioro". En 2022 se iniciaron los estudios previos para determinar el grado de deterioro que sufría la portada, "analizando los diferentes materiales constituyentes y recopilando toda la documentación existente que pudiera aportar datos y clarificar dudas sobre la intervención efectuada en épocas anteriores", ha incidido Barrena. Con estas conclusiones, se redactó el proyecto de conservación. El equipo de restauración inició la intervención en octubre de 2023, por lo que la puerta ha estado alrededor de un año en obras.

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