El Reina Sofía consolida el robot quirúrgico en Pediatría: "Las familias lo ven como una ventaja, una innovación"
Sanidad
El centro sanitario cordobés comenzó en mayo de 2022 a operar con el Da Vinci y hasta ahora lleva 54 intervenciones
El Hospital Reina Sofía ampliará el uso del robot quirúrgico a oncología infantil

Hace tres años que el Hospital Reina Sofía de Córdoba incorporó el uso del robot quirúrgico Da Vinci en Cirugía Pediátrica, lo que supuso un avance significativo y, sobre todo, lo posicionó como un servicio pionero en España, ya que entonces solo había dos centros que lo utilizaban. Para poner en marcha esta técnica, dos cirujanos tuvieron que formarse de forma telemática y presencial en Barcelona, los doctores José Ignacio Garrido y Alberto Parente.
En la actualidad, las intervenciones con el robot quirúrgico son habituales en el hospital cordobés, que ya suma 54 cirugías urológicas y digestivas. Y serían más si el servicio dispusiera de más agenda ya que el robot que utilizan es el mismo del que disponen los cirujanos de adultos. Al tener que compartirlo, solo disponen de dos quirófanos al mes.
Los dos cirujanos tenían "mucha experiencia en laparoscopia", lo que "te da una tranquilidad", señala Garrido. Porque el robot "no deja de ser una cirugía mínimamente invasiva, que ofrece muchas ventajas, y el que está acostumbrado a laparoscopia, está más ducho en la materia", añade. Entonces, "el problema siempre ha sido conocer cómo manejar el robot", para lo que hicieron los cursos. Después, "la técnica es la misma que se hace en cirugía laparoscópica", pero con muchas más ventajas.
El primer paciente de muchos
El Reina Sofía operó en mayo de 2022 al primer niño con el robot quirúrgico: tenía menos de un año y no llegaba a diez kilos de peso. La intervención fue una pieloplastia, que tiene como objetivo solucionar una obstrucción congénita del uréter con el riñón haciendo un nuevo empalme. "Es una técnica muy establecida y la verdad es que fue bastante bien para ser el primero", incide Garrido.
Aunque "nadie quiere ser el primero en algo", los cirujanos explicaron a la familia que laparoscópicamente llevan muchos casos realizados. "Se lo tienes que explicar de tal manera que no ducen y quitarles el miedo a la cirugía", puntualiza. Ahora, pasados tres años, cuando los doctores les hablan de la operación con el Da Vinci a los padres, "ellos lo ven como una ventaja, como una innovación y se sienten orgullosos de que su hijo participe en eso".

En esa línea, el especialista añade que el problema de la cirugía pediátrica es que "los padres siempre esperan que vaya bien, con más inri porque son niños. Entonces, nosotros tenemos también esa responsabilidad de operar críos a los que les espera muchos años de vida". Al respecto, Paredes añade que "no solo tienes que ver que en ese momento vaya bien la cirugía, sino que tienes que tener en cuenta su desarrollo, su calidad de vida".
Generalmente, los pacientes elegidos son niños que nunca han entrado a un quirófano para ese problema porque "cuanto más virgen te encuentres la cavidad, mejor", incide. "Con la laparoscopia al principio pasaba igual y después todo se hacía por laparoscopia, incluso se veía que en esos casos hasta era a veces mejor; pues en esto pasará igual", agrega.
En consonancia con lo que ocurre en el adulto, en cirugía pediátrica dos tercios de las operaciones con el robot suelen ser casos urológicos y un tercio casos digestivos. Los pimeros los opera el doctor Parente y los segundos el doctor Garrido, con la doctora Vargas, que ayuda a los dos como especialista de campo, aunque en un futuro se incorporará también como primera cirujana (consola).
Con el Da Vinci también se pueden hacer cirugías torácicas, pero es más complicado porque "el tórax de un niño sí que tiene que tener un espacio entre las costillas para meter ese tipo de trócares (instrumentos quirúrgicos utilizados para crear una entrada controlada en la zona a operar) que son de ocho milímetros".
Un robot a medida del adulto
Como ocurre con todas las novedades tecnológicas en medicina, primero se hacen en el adulto y, tras varios años, pasan al niño. Por ello, el robot quirúrgico tiene unas medidas que podrían asustar al ver en la camilla a un paciente pediátrico. "El miedo de los cirujanos infantiles era que muchos de nuestros pacientes son muy pequeños, mientras que los robots estos están pensados para el adulto", aclara Garrido.

Entonces, "eso es un hándicap que tenemos y que hemos ido solventando, por eso cada vez hemos hecho a pacientes más pequeños, siempre que estemos seguros", puntualiza. De hecho, "el robot tiene cuatro brazos y en cirugía pediátrica solo se utilizan tres" porque no hay espacio para todos, señala la jefa de Cirugía Pediátrica del Reina Sofía, Rosa María Paredes.
Al respecto, la doctora añade que, "habitualmente, el mayor problema que tiene el robot es que el material que hay de pincería (instrumental) el más pequeño es de ocho milímetros y nosotros habitualmente hemos utilizado de cinco o de tres", por lo que "tenemos muchas limitaciones que hemos ido solventando y son compensadas por las ventajas del robot".
Una tecnología con todas las ventajas
Con el robot "todo son ventajas" tanto para el médico como para el paciente. Por una parte, da al cirujano mayor comodidad porque está sentado y también mayor visión ya que es tridimensional. El robot le permite tener diez veces más visión que la de su ojo y hacer un giro de 540 grados, algo impensable con la mano.
Por su parte, el paciente tiene menos dolor, menos sangrado porque el cirujano diseca "todo muy bien" y lesiona menos los tejidos circundantes. Las incisiones son muy pequeñas y la recuperación es más rápida.
De hecho, Garrido explica que las familias, "una vez que pasan el trago de que el niño se tiene que operar y de que se ha operado, están muy orgullosas de ver que verdaderamente la recuperación es rápida". Además, los casos intervenidos en el Reina Sofía "en general, han ido muy bien", lo que supone "una satisfacción también para nosotros".
La incorporación del robot quirúrgico ha supuesto para los cirujanos "quitarnos el miedo pensando de que el Da Vinci estaba pensado para el adulto". De hecho, "se ve que podemos hacerlo cada vez en niños más pequeños" y las indicaciones son las mismas que en laparoscopia. "Y hoy en día todo se puede hacer con laparoscopia", lo que "significa que hoy día, igualmente, casi todo se podrá hacer con un robot", destaca Garrido.
El "único hándicap", en su opinión, "es que el cirujano de la consola -el que maneja el robot- está alejado del paciente", mientras que "estamos acostumbrados a operar encima del paciente". El especialista de campo sí está junto a la mesa de operaciones porque es el encatgado de cambiar la pincería del robot.
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