Retos, recursos y hoja de ruta de la base logística del Ejército de Tierra en Córdoba

Infraestructuras

El inicio de los trabajos de ejecución se marca en 2022 y las operaciones, ya entre 2026 y 2028

El proyecto pretende contar con más de 1.100 trabajadores civiles y unos 600 de orden militar

Primera maqueta de la base logística del Ejército de Tierra. / Miguel Ángel Salas

Una vez que ya es una realidad, aún intangible pero ya con muchos trabajos en marcha, las preguntas que ahora la ciudadanía de Córdoba puede hacerse sobre la base logística del Ejército de Tierra que se ubicará en el polígono de La Rinconada giran en torno a los retos que tiene por delante el Ministerio de Defensa con este proyecto, los recursos humanos que requerirá y la hoja de ruta que seguirá hasta que las operaciones comiencen entre 2026 y 2028. Será entonces cuando se culminen unos trabajos que arrancaron en 2017 y que en febrero de este 2021 vivieron su primer punto clave con la elección de Córdoba como sede.

Porque más allá de los trabajos ahora mismo en curso, que no son otros que la negociación para la cesión de suelo al Ministerio de Defensa, tanto privado como público; los convenios de financiación, los documentos de viabilidad y la propia arquitectura tecnológica mostrada este miércoles durante el 2º Taller que ha acogido la Universidad de Córdoba, la hoja de ruta del proyecto es mucho más amplio. Y no solo presente, sino también pasado, pues la Fase I, la del diseño conceptual, arrancó hace cuatro años, para culminar con la designación de la sede y la ubicación de la base logística, con Córdoba como centro de todo.

¿Y a partir de ahora qué? Desde comienzos de este mismo año está en marcha la Fase II, que es el diseño detalle, ese que ha permitido ya mostrar este miércoles una primera maqueta, orientativa, pues tanto para la distribución como para la superficie habrá que analizar primero La Rinconada sobre el terreno. La Fase III que es la de licitación está previsto que arranque a final de año, una vez firmados los diferentes convenios en los que trabajan de la mano Defensa, el Ayuntamiento de Córdoba y la Junta de Andalucía, alargándose hasta el final de 2024.

Se solapará, por tanto, durante algún tiempo con la Fase IV que es la de la ejecución, que debería empezar a comienzos de 2022 y prolongarse hasta entrado 2026. Según ha comentado el Ejército, ya en el inicio del próximo año deberían arrancar los trabajos en La Rinconada, quizás con el vallado de la zona y la entrada de máquinas, aunque todo dependerá de la evolución de las labores administrativas. Ya por último, la Fase V y la más esperada entraña al inicio de las operaciones, fijada entre 2026 y 2028, pues ahora mismo fijar una fecha para la inauguración de la base es harto complicado.

Sí está más definido el aspecto en cuanto a los recursos humanos que requerirá el proyecto de Córdoba, una parte "vital para el éxito", según señala el Ejército de Tierra, que apuesta por la gestión del talento, la formación y el desarrollo profesional tanto militar como civil. En cuanto a número, la previsión es que la base cuente con más de 600 trabajadores militares y más de 1.100 empleados civiles, entre los que se encuadra un centenar de funcionarios, preferiblemente ingenieros e informáticos.

Pero también un millar de personal laboral, con preferencia a ese perfil de Formación Profesional (técnicos superiores y grados medios principalmente), entre los que destacan electromecánica de vehículos, mantenimiento electrónico, telecomunicaciones, construcciones metálicas y mecanizadas, laboratorio, transporte y logística o servicios comunes. Pero no todo el trabajo estará en La Rinconada, sino que también habrá lugar para la contratación de empresas externas, y permitirá acuerdos para la práctica de alumnos militares y civiles, y ahí es donde entra en juego el papel de la Universidad.

Una buena oportunidad para el empresariado cordobés

La base logística del Ejército de Tierra tiene como objetivo ser responsable del apoyo logístico en su escalón más elevado en las funciones de abastecimiento (suministro) y mantenimiento (sostenimiento) de todos los sistemas de armas terrestres. De hecho, como estableció Defensa en el marco del Plan Colce (Concentración de Órganos Logísticos Centrales del Ejército de Tierra) la idea era reunir los 12 centros logísticos actuales en tres, de los que dos -el Cabet (Centro de Abastecimiento del ET) y el Cemsatet (Centro de Mantenimiento de Armas Terrestres del ET)- quedan en córdoba, quedando el Centro de Mantenimiento de Aeronaves del ET (Cemaet) en la Base Coronel Mate de Colmenar Viejo (Madrid).

Inicio del 2º Taller de Arquitectura Tecnológica de la base logística. / Miguel Ángel Salas

De esta manera se pasa de una situación, la actual, en la que los centros están separados, con tecnologías sencillas, un bajo nivel de integración y con la necesidad de grandes inversiones, a un plan a futuro que pasa por ser un proyecto innovador con un gran componente tecnológico que va a transformar la ejecución del apoyo logístico de mayor nivel que proporciona el Ejército de Tierra. Todo con el fin de alcanzar 2035, fecha en la que el Ejército de Tierra trabaja sobre nuevas amenazas, perfectamente "preparados para dar una respuesta eficaz y eficiente", según palabras del General Brigada Enrique Ruiz Alonso.

Desarrollada la misión, los retos que tiene por delante esta base logística basada en lo digital y el 4.0 son ser eficiente, tanto en tiempo como en costes, reduciendo los errores humanos; ser inteligente, o lo que es lo mismo, tener una visión en tiempo real de los componentes físicos y digitales de la plataforma; ser predictiva, anticipándose al fallo de los sistemas, simulando situaciones críticas y ayudando a la toma de decisiones, y estar integrada tanto en el Ejército de Tierra como en el Ministerio de Defensa, pero también con los proveedores externos.

Además, entre los objetivos de la base quedan la optimización, con el incremento de la disponibilidad operativa y la disminución de la obsolescencia y los costes de almacenamiento; ser segura para los recursos que trata y las personas, pero también en la relación con las empresas; ser mantenible, para lo que es clave la automatización y digitalización de los soportes y el mantenimiento de los activos, y ser verde, en lo que es un claro compromiso con el medio ambiente, la eficiencia energética y la economía circular.

Como ha quedado claro, el proyecto apuesta por la innovación y la tecnología, pues la idea es que la base esté hiperconectada, tenga una alta sensorización y esté dotada de capacidad analítica. Para ello es básico contar con conexión 5G, pero también una alta capacidad de almacenamiento, una captura de datos deslocalizada o flexibilidad para su integración, con el reto de que la base logística se convierta en una oportunidad de investigación, pues la vocación es "ser un centro tecnológico de referencia".

Y no solo referente dentro del Ejército, sino también como un vergel para las empresas -hacia ellas ha ido dirigida la segunda parte del Taller-, pues como en otras ocasiones ya ha quedado refrendado la base logística de Córdoba tiene que ser un proyecto tractor para múltiples sectores, no solo para grandes empresas, sino también para pymes, y así convertirse en ejemplo en la Unión Europea. Todo gracias a un modelo colaborativo y de alianza que permita implementaciones y la generación de UTEs, consorcios y clúster, como el que ya tiene en marcha la Universidad de Córdoba.

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