Robe en Córdoba: ¡Pero qué subidón de rock del bueno!

Crítica de Música

El carismático músico extremeño ofrece en la Axerquía un concierto intenso y apasionado en el que no faltaron algunos de los grandes temas de su época con Extremoduro

Las mejores imágenes del concierto de Robe en el Festival de la Guitarra de Córdoba

Las mejores imágenes del concierto de Robe en el Festival de la Guitarra de Córdoba
Robe Iniesta durante el concierto en La Axerquía / Rafa Alcaide / IMAE

La ficha

***** Gira Ni santos ni inocentes. Festival de la Guitarra de Córdoba. Voz y guitarra: Robe. Teclados: Álvaro Rodríguez. Violín: Carlitos Pérez. Batería: Alber Fuentes. Guitarra: Woody Amores. Bajo: David Lerman. Voz: Lorenzo González. Fecha: viernes 5 de julio de 2024. Lugar: Teatro de la Axerquía. Aforo: Lleno total.

¡Qué subidón, después de lo de España con Alemania, qué gran subidón de buena música, pero qué subidón de rock del bueno! Una joven a la que la emoción le hizo gritar esta prolongada frase, botaba, al igual que prácticamente un repleto Teatro de la Axerquía, con los primeros acordes de La vereda de la puerta de atrás, clásico de Extremoduro que Robe Iniesta y sus entonces guerreros incluyeron en su disco de 2001 Yo, minoría absoluta. La joven, vestida con la camiseta de la Selección, llevaba razón, en la Axerquía se estaba viviendo un gran subidón gracias a la música de un rockero distinto, el rockero que nació en Plasencia (Cáceres) el 16 de mayo de 1962. La joven llevaba más que razón, un subidón como el que sintieron horas antes tanto ella misma como quienes con su misma pasión presenciaron el cabezazo de Mikel Merino que en el último minuto de la prórroga del España-Alemania de la Eurocopa 2024 eliminó de la misma a los teutones, dando el billete a la Roja para las semifinales de la competición.

Ese subidón ya fue éxtasis cuando empezó a sonar la siguiente canción, Nada que perder, del último álbum de quien fuera líder de Extremoduro, Se nos lleva el aire (2023), tema que pese a que no hace ni un año que vio la luz ya es un clásico. Ama, ama, ama y ensancha el alma, canción también de Extremoduro, le puso el punto y final a un concierto glorioso repartido en dos partes de 13 y diez temas, respectivamente. Glorioso por el repertorio y glorioso por la puesta en escena de ese rockero distinto que de cuando en cuando filosofea a la hora de presentar algunas de sus canciones en el recital.

Como bien definiera el escritor cordobés Salvador Gutiérrez Solís, el sonido que pare Robe Iniesta desde sus entrañas “es un sonido de barro y campo, primitivo y poético, sucio y luminoso al mismo tiempo, distinto a cualquier otro sonido del rock”. Y precisamente eso es lo que lo hace tan singular, un sonido distinto. Como singular y distinto es también el personaje, a quien Gutiérrez Solís define también como “una mezcla entre Camarón y el Jesucristo más hippy, un ledzeppelin de extrarradio”.

Robe inició su concierto en la Axerquía con un “buenas noches a todo el mundo, Córdoba”. Un recital incluido en su gira Ni santos ni inocentes y que arrancó con Destrozares, para continuar con Adiós, cielo azul, llegó la tormenta, Guerrero, Puntos suspensivos ..., Y rozar contigo y El cielo cambió de forma. Temas a los que siguieron Un suspiro acompasado e Interludio, antes de volver al pasado para ofrecer tres temas de Extremoduro: Coda flamenca (Otra realidad), Dulce introducción al caos y Golfa.

El segundo de ellos, Dulce introducción al caos, abría aquel maravilloso álbum que, como se dice ahora, con solo la primera escucha te vuela la cabeza, álbum que muchos consideran el Sargent Peppers de Extremoduro y que titularon La ley innata (2008), una especie de ópera rock en seis movimientos, un álbum conceptual compuesto de una sola canción de algo más de 45 minutos. Ese LP marcó el camino de lo que hoy es el sonido de Robe Iniesta en solitario, maravilloso camino, distinto camino.

El hombre pájaro y El poder del arte, ambos temas de Se nos lleva el aire, cerraron la primera parte del concierto. El poder del arte es una canción, como bien la definiera Gutiérrez Solís, “de amor, redención y esperanza con un final apocalíptico, muy del estilo del músico extremeño”. (Tal vez, si pudiera hablarte, de si fuera cierto, que el poder del arte bien nos pudiera salvar. De una vida inerte, de una vida triste, de una mala muerte). Tras una pausa de demasiados minutos, también en esto es distinto, Robe inició la segunda parte del concierto con Haz que tiemble el suelo e Ininteligible, tras el que volvió a regalar otro tema de Extremoduro al respetable, Prometeo. Continuó con Segundo movimiento: Mierda de filosofía, Tercer movimiento: Un instante de luz, Viajando por el interior y Esto no está pasando.

En una entrevista concedida a este periódico, Robe insistió en que, tras cuatro décadas de carrera, lo que le motiva para salir a la carretera es "el cariño de la gente, ver cómo responde a las canciones cuando les ofreces temas nuevos. Eso es lo que te mueve. En cuanto tienes temas nuevos quieres grabarlos y en cuanto los tienes grabados, quieres salir a tocarlos. Es lo que me mueve: tener material nuevo. A mí, por lo menos, si no hay material nuevo no me motiva tanto la gira". Y vaya si la gente responde a sus canciones; y vaya si Córdoba le responde con cariño, tal y como se lo demostró el respetable de la Axerquía, una Axerquía en la que con los tres últimos temas –La vereda de la puerta de atrás, Nada que perder y Ama, ama, ama y ensancha el alma- el subidón llegó hasta el éxtasis.

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