Un rosario para la Alegría
Acto de las hermandades de Gloria
La cotitular de la Hermandad de la Sentencia de San Nicolás sale en procesión por las calles del Centro para presidir la celebración de la Agrupación de Cofradías
El olor a incienso regresó ayer a las calles del Centro de la capital. La ocasión lo merecía: el Rosario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, que partió de la ermita de la Alegría y que reunió en su cortejo a más de un centenar de personas, sobre todo, muchos niños pequeños, adolescentes y matrimonios jóvenes. Es la savia joven del mundo cofrade, que con este tipo de actos pone de manifiesto que la continuidad de este tipo de celebraciones religiosas está más que garantizada.
Puntual a su cita, a las 17:30 el cortejo partió de esta pequeña ermita enclavada en la calle De la Alegría, precedida de una gran nube de incienso. "El mes de octubre es el mes del Rosario y, por eso se celebra esta procesión", detalló el vocal de Juventud de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Antonio Santiago. Al cortejo, continuó, "están invitadas todas las hermandades y, por ahora, han venido unas 15". Santiago destacó también que este año se cumple el décimo aniversario de esta celebración y subrayó la importancia de la elección de la Virgen de la Alegría, ya que "es una Virgen de Gloria de una hermandad de Penitencia", en este caso, la cotitular de la cofradía de la Sentencia de San Nicolás.
Poco antes de que comenzara el Rosario, el teniente hermano mayor de la Sentencia, José Salamanca, explicó que la Virgen de la Alegría es "una imagen antigua, de la que sólo se conserva el Niño, una obra anónima que es del siglo XVII o XVIII".
Tras abandonar su pequeña ermita, la imagen recorrió las estrechas calles de la zona Centro hasta llegar a la Catedral, donde se celebró una misa. En esta primera parte del cortejo, la Virgen de la Alegría deslumbró a muchos turistas despistados e, incluso, a los propios cordobeses que paseaban por la zona y que poco o nada sabían de esta celebración. Los que sí conocían esta celebración recordaron el mal tiempo del año pasado, cuando el cortejo procesional -presidido por la Virgen de Araceli- desafió al mal tiempo y salió a la calle a pesar de la lluvia de aquella jornada.
A su regreso, la imagen mariana ya no fue acompañada sólo por el rezo del Rosario de los fieles, sino que volvió a su ermita acompañada por la Banda de Música María Santísima de la Esperanza.
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