El sabor más dulce de la Pasión

Con miel o con azúcar y canela, las torrijas son el postre más tradicional de esta época del año

La sobremesa de la Cuaresma sabe a azúcar y canela, pues es el tiempo de acompañar el café con pestiños, roscos fritos o torrijas. Como ocurre con el salmorejo o con el gazpacho, cada cocinero posee su propia receta para este último dulce. Aunque los ingredientes básicos, por muchos años que pasen, siempre se repiten: el pan -mejor si lleva hecho varios días-, la leche para empaparlas, huevo para emborrizarlas y un perol con aceite muy caliente para freírlas. El toque final lo dan el azúcar y la canela.

Las que se elaboran en el Horno de la Cruz siguen la receta "más tradicional". "En otros establecimientos utilizan miel, chocolate o eligen diseños muy grandes o muy espectaculares", dice Lola Jiménez, la encargada del establecimiento. "Es muy fácil elaborarlas, lo difícil es decidirte", confiesa. Se preparan, además, con ingredientes que están al alcance de cualquier bolsillo y solamente el aceite requiere de un desembolso un poco más abultado. En el Horno de la Cruz, cada unidad cuesta 1,30 euros, el mismo precio del año pasado.

Según indican los expertos, las torrijas, al igual que la Semana Santa, son una metáfora de la vida y muerte de Jesús. Siguiendo la tradición católica, el pan representa el cuerpo de Cristo, que muere en estas fechas. La leche y los huevos se entienden como los baños necesarios para que el cuerpo resucite; la fritura, por último, refleja el sufrimiento del Señor, lo que da a este postre un toque divino.

La torrija aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina, aunque en aquella época se recomendaba para la recuperación de parturientas. A principios del siglo XX, su consumo era muy habitual en las tabernas de Madrid, donde se servía con vasos de vino. Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechar el pan sobrante durante esta época del año, ya que debido a que no se podía comer carne se consumía también menos pan.

El Horno de la Cruz es uno de los establecimientos cordobeses que no para durante la Cuaresma de vender torrijas. "Es un dulce estacional. Lo elaboramos desde el Miércoles de Ceniza hasta que el público deja de demandarlo", dice la encargada del obrador.

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