Antes de san Blas… las cigüeñas eligen Córdoba para invernar

Medio ambiente

En la provincia viven más de 500 parejas de esta especie repartidas por Los Pedroches, el Guadiato y la Campiña

El buen clima y la facilidad para alimentarse de los vertederos ha provocado que muchos ejemplares pasen aquí el invierno

Un grupo de cigüeñas descansa en una zona de cultivo cerca de la A-4. / Juan Ayala

La llegada de las cigüeñas en torno a san Blas, el 3 de febrero, era una señal de que el frío invierno pronto dejaría paso a un ambiente más primaveral, tal y como anunciaba el refrán. Ahora, sin embargo, la subida de las temperaturas por el calentamiento global y la obtención de alimento en los vertederos ha provocado que esta especie cambie de comportamiento y esté presente prácticamente todo el año en la provincia. Aunque el grueso de la población realice viajes migratorios tras la época de reproducción, hay individuos que pasan el invierno en Córdoba, por eso en la actualidad es posible ver a estas aves durante todo el año.

Este invierno, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) ha realizado el tercer censo invernal a nivel nacional de la especie, la Ciconia ciconia. En Córdoba, esta labor la ha realizado el Grupo Local de SEO, que ha constatado que aproximadamente 1.700 individuos de esta especie se consideran invernantes. Todos se han localizado en los alrededores del vertedero de residuos urbanos de El Lobatón, en la carretera N-432 antes de llegar a Santa Cruz. Por otro lado, la población reproductora de Córdoba empieza a ocupar sus plataformas de nidificación a finales de diciembre y principios de enero hasta febrero.

El coordinador del Grupo Local de SEO-Córdoba, Iván Parrillo, explica que la existencia de ejemplares de cigüeña blanca durante todo el año se debe fundamentalmente a dos factores. Por una parte, por "la disponibilidad de alimento auspiciada por los vertederos de residuos urbanos, que disponen de materia orgánica como alimento a esta especie" y, por otra, por "una climatología benigna para la especie que le permite pasar el invierno en nuestra latitud, sin arriesgar la propia supervivencia del individuo al cruzar el estrecho de Gibraltar".

En relación con lo anterior, añade que también hay que tener en cuenta que "es posible localizar ejemplares de áreas de reproducción del norte de Europa que en sus desplazamientos hacia las áreas de invernada en África se topan con una buena climatología en el sur de la península".

Según su ruta migratoria, los individuos que tenemos en la provincia abandonan las zonas de reproducción a mediados de verano para dirigirse hasta el África subsahariana a pasar el invierno atravesando el estrecho. Posteriormente, llegados los meses de diciembre y enero, las cigüeñas regresarán del continente africano hacia sus cuarteles de cría en Córdoba para volver a reproducirse.

Dos cigüeñas, en un nido cercano a la A-4 antes de Puente Viejo. / Juan Ayala

Tal y como indican desde SEO, la provincia dispone de una población de cigüeña blanca bastante considerable, con más de 500 parejas (una cifra que ha ido creciendo año tras año), y es una especie común en casi todas las comarcas: está repartida entre Los Pedroches, el Guadiato y la Campiña de Córdoba, siendo poco presente en las zonas de la Subbética.

También está presente en el territorio cordobés otro tipo de cigüeña, la negra, "mucho menos abundante dada su menor tolerancia a la presencia humana y las molestias en los lugares de nidificación, pues no forma colonias como pasa en el caso de la cigüeña blanca".

Nidos de hasta una tonelada

Aunque originariamente esta especie ha estado ligada a las zonas de ribera, donde existían grandes árboles que podían soportar el peso de su plataforma de nidificación, el coordinador de SEO-Córdoba destaca que "con la generación y la concentración de residuos urbanos en vertederos, las colonias abandonaron esas zonas para establecerse cerca de los núcleos urbanos".

Aún así, añade que en la provincia quedan aún algunas "colonias naturales, como la de la estación de Belalcázar, ya en el límite de la provincia con Badajoz, donde varios viejos eucaliptos soportan una colonia alejada varios kilómetros del casco urbano más cercano".

Los ejemplares que nidifican en las cercanías de los núcleos urbanos lo hacen en los tradicionales campanarios de iglesias, antiguos silos de grano y en los tendidos eléctricos. Este último lugar es el elegido por buena parte de la población de estas aves en Córdoba capital. Así, es común ver parejas en los viales que van hacia Rabanales, Almodóvar del Río o en la A-4 a la altura de la factoría de hidrocarburos. Como curiosidad, Parrillo apunta que el aporte de ramas y barro, junto con la compactación temporada tras temporada de cría, hace que algunos de estos nidos puedan llegar a pesar una tonelada, lo cual presenta graves problemas para el mantenimiento de edificios y torres eléctricas.

Una cigüeña alimentando a sus pollos. / I. Molina

Alimentación y puesta

La especie estaba ligada a riberas y zonas húmedas (algo que sigue ocurriendo, por ejemplo, en las marismas de Doñana) y su alimentación se ha basado siempre en presas pequeñas de anfibios, reptiles, peces e incluso pollos de otras aves que nidifican en el suelo. Sin embargo, los ejemplares que se asientan cercanos a vertederos "han cambiado esta alimentación depredatoria por el aprovechamiento de los residuos orgánicos que encuentran en estos", explican desde SEO-Córdoba.

La cigüeña es una especie de hábitos diurnos, dedicando parte de su tiempo a la búsqueda de alimento y regresando a la zona de dormidero al atardecer. "Es una especie gregaria, tanto en la cría como en los movimientos migratorios", apunta Iván Parrillo.

Por otro lado, el tamaño de la puesta (número de huevos que ponen) depende de donde se encuentre cada pareja. En este sentido, "una mayor disponibilidad de alimento asegura un mayor tamaño de puesta, llegando a los cuatro huevos" que necesitan 33 días de incubación constante para eclosionar. Sin embargo, "la experiencia en la cría de los adultos también puede afectar a dicho tamaño de puesta". El nacimiento de los pollos puede darse desde finales de febrero en las parejas más tempranas hasta finales de marzo en las más tardías.

Nido vacío de cigüeñas en la torre de la iglesia de la Paz, en el Alcázar Viejo. / Juan Ayala

¿Por qué abandonaron el núcleo urbano?

No está claro por qué las cigüeñas abandonaron el interior del núcleo urbano de Córdoba, pero "sí podríamos sospechar que las rehabilitaciones y mantenimiento de edificios hicieran que la retirada de la plataforma de nidificación no permitiera la nueva colonización por parte de esa pareja", manifiestan desde el Grupo Local de SEO.

En la actualidad, las Quemadas y el tramo de carretera que va de Alcolea hacia Rabanales soportan un "mayor número de parejas que las que pudieron existir en el interior del casco urbano". En otras partes de Andalucía "puede estar ocurriendo lo que en Córdoba capital, pero en las zonas rurales actualmente se mantienen parejas reproductoras, tal y como ocurre, por ejemplo, en La Carlota, Dos Torres o Hinojosa del Duque, entre otros municipios".

El último nido del interior del casco urbano de Córdoba estaba localizado en la iglesia de la Paz, en el barrio del Alcázar Viejo, "pero hace ya más de una década que la plataforma artificial que se colocó en la espadaña no es ocupada por ninguna pareja". Otro de los últimos nidos de Ciconia ciconia estaba en el antiguo asilo de Campo Madre de Dios.

Cigüeñas sobre farolas de una carretera. / Juan Ayala

Cambios de hábitos por el hombre

Como ha ocurrido con otras especies, el hombre ha provocado que las cigüeñas blancas cambien sus hábitos. Tal y como inciden desde la Sociedad Española de Ornitología, estas aves se asociaban a ecosistemas de riberas y zonas húmedas, pero la aparición de los vertederos ha condicionado a gran parte de la población de la península Ibérica. En el año 2019, SEO publicó un trabajo sobre esta especie y, tras analizar la información de aves marcadas con GPS, se concluyó que parte del corredor que utilizan para atravesar la península y alcanzar los cuarteles de cría más allá de los Pirineos está basado en vuelos migratorios con descansos en vertederos de residuos urbanos.

De esta forma, cuando cruzan el estrecho de Gibraltar, la primera de las paradas que realizan está en el vertedero de Dos Hermanas, después pasan por el de Córdoba, luego van al vertedero Sur de Madrid, al de Zaragoza y, por último, al de Montoliu.

Además, la presencia de vertederos también ha modificado la fecha de puesta de huevos y el tamaño de las mismas. En este sentido, Parrillo explica que "una pareja joven criando cerca de un vertedero puede tener una fecha de puesta tardía y sacar adelante un alto número de huevos, independientemente del avance de la estación primaveral". Sin embargo, en zonas más naturales donde con el avance de la estación primaveral y los comienzos del otoño los recursos disminuyen, se producen fracasos reproductores de algunas parejas.

Por último, desde SEO resaltan que su inclusión dentro del catálogo de especies protegidas supuso el aseguramiento de su conservación, pero la aparición de los vertederos de residuos urbanos "permite la supervivencia de muchos individuos que en plena naturaleza estarían condenados". "Las nuevas tecnologías en la gestión de los residuos urbanos deben valorar que el reciclado de la fracción orgánica y su no disponibilidad podrían mermar los efectivos poblacionales de esta especie a largo y medio plazo", concluyen.

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