Silbon prevé alcanzar las 77 tiendas y los 46 millones de euros de facturación en 2023
Foro Joly
El CEO de la marca de ropa cordobesa, Pablo López, subraya que su empresa es "un sueño hecho realidad" desde que empezó en el piso de su abuela con un capital de 3.000 euros
Profundizar en el Metaverso y abrir nuevas tiendas son dos de los retos de la compañía para el presente ejercicio, cuando llegarán a Portugal y México
Las imágenes del Foro Joly protagonizado por Pablo López, CEO de Silbon
Cajasur defiende el papel de los empresarios frente a las "corrientes de opinión" que lo cuestionan
Esta es la "historia de un sueño hecho realidad". De tener sede en el piso de su abuela de Córdoba con un capital de 3.000 euros a sostener una red de 51 tiendas físicas en toda España, facturar más de 30 millones de euros y dar empleo a 270 personas. Es la exitosa evolución de Silbon, cuyo consejero delegado, Pablo López, ha protagonizado este martes una nueva edición de Foro Joly, los encuentros organizados por la empresa editora de El Día, en esta ocasión en colaboración con Cajasur. En el día de su 43 cumpleaños, el empresario ha hecho un repaso de la trayectoria de una empresa cuyo logo con dos raquetas entrecruzadas es cada vez más habitual en las calles de cualquier ciudad, en competencia directa con gigantes como El Ganso o Scalpers. Este año prevén alcanzar las 77 tiendas y una facturación bruta de 46 millones de euros: "Nos espera un año redondo", ha celebrado.
La cita ha tenido lugar en el Hotel Hospes Palacio del Bailío y ha contado con la asistencia del consejero delegado de Cajasur, Joseba Barrena; el director general de Grupo Joly, Felipe Granados; el delegado del Gobierno de la Junta, Adolfo Molina; la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba, Isabel Albás; el presidente de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) y de la Cámara de Comercio, Antonio Díaz, así como numerosos representantes institucionales y del sector empresarial y social de la ciudad. La directora de El Día, Raquel Montenegro, ha sido la responsable de conducir un acto en el que el CEO de Silbon ha contado "la historia de un sueño hecho realidad", como él mismo ha dicho.
Un relato que arranca en 2008, cuando la compañía daba sus primeros pasos. "Pensábamos que no lograríamos nada porque no teníamos dinero, que es la gran barrera de los jóvenes, y en aquel momento no valoramos la cantidad de cosas que sí teníamos, como una ilusión desbordante, un arrojo increíble, ganas de esforzarnos y una confianza firme". Así abrieron su primera oficina en el piso de un su abuela, en la calle Eduardo Dato, y fabricaron sus primeras 20 americanas. "Venir allí lo vendíamos como algo superprivado, tenías que visitarnos con cita previa. Y la realidad es que habíamso reformado el salón, lo pintamos nosotros mismos, pero si salías de allí descubrías la realidad y el castillo de naipes de Silbon se caía", ha bromeado.
La idea de Pablo López fue entrar desde el principio en un mercado de ropa hombre estilo preppy o pija, que entonces estaba "bastante verde" y era difícil de encontrar. "Lo atacamos en un momento en que se podía", ha valorado. El edificio empezó a construirse sobre varios cimientos, como la atención personalizada, que los creadores echaban en falta en ciertas superficies, y una relación calidad precio "muy buena", con americanas "a 150 euros" -"entonces éramos muy baratos, porque ahora hasta parecemos caros", ha llegado a bromear-.
Y su "gran debilidad", la financiera, la convirtieron en "fortaleza". "Como no podíamos abrir tienda en la mejor zona, donde estaban nuestros competidores, que de verdad no lo eran, vimos en internet la posibilidad de crecer codo a codo con ellos". Zara abrió tienda online en 2010 y Silbon, pisándole los talones, en 2011, cuando el negocio digital era incipiente. Empezaron entonces a recorrer un camino de fondo que ha calificado de "horroso", con apenas 2.000 euros en ventas el primer año. Pero, cuando llegó el boom del comercio electrónico en 2015, la casa cordobesa ya llevaba allí varios años, con campañas de marketing muy potentes en las redes sociales del momento, Tuenti y Facebook, y una gran aceptación entre el público potencial. El digital, de hecho, se ha convertido en una parte fundamental para la facturación de la compañía, con una cuota del 30% en el resultado global en el último ejercicio, lo que López ha considerado "una pasada".
Una "necesidad imperiosa" de crecer
Desde que empezó a dar sus primeros pasos, Silbon tuvo una "necesidad imperiosa" de crecer, como ha explicado su consejero delegado. La marca abrió su primera sede en Córdoba y empezó con las tiendas multimarca, pues "era lo más sencillo", pero aquello no salió bien: "Las buenas no nos querían y las malas no nos pagaban". "Y entonces engañamos a un par de franquiciados, que se lanzaron a abrir en Tenerife y Sevilla", ha contado. El propio López se sorprendió de que alguien quisiera correr el riesgo de "vender americanas y corbatas" en una isla, pero "gracias a aquello pudimos conseguir el volumen para ir a fábrica"
Luego hicieron sociedades participadas, con alianzas con socios locales en Zaragoza, Málaga... "Aquello era como una especie de cooperativa. Al final, como suele ocurrir, compramos a los minoritarios. Y a partir de 2017 es cuando realmente sentamos las bases de lo que ahora es Silbon", ha explicado.
Y es que "la profesionalización" ha sido la clave del crecimiento del negocio en estos 13 años y medio, un tiempo en el que han visto cómo competidores que hacían "ropa más bonita" no funcionaban. López ha contado cómo debido a su pasado como profesional de las finanzas siempre ha dado gran importancia a todas las cifras que tenía a su alcance: "En aquella primera tienda de ropa, cuando cerraba los meses, era capaz de descubrir tendencias. Por ejemplo, fuimos de los primeros en pasar de hacer solo ropa para vestir formal a otra más casual", ha reconocido. Actualmente, de hecho, los productos con más ventas unitarias son las sudaderas y las camisetas.
En todo este crecimiento, 2016 fue un año clave, pues la compañía detectó que el sector vivía un rápido crecimiento y empezaban a salir muchísimas marcas. Y ellos querían estar "en el podium de la moda", así que marcaron un plan estratégico que ahora considera "arriesgado". "Si queremos que nos consideren grandes, tenemos que hacer las cosas que hacen las grandes", reflexionaron. Y los grandes se hacían internacionales, así que Silbon tenía que dar ese paso.
Apostaron por París, una decisión con la que quisieron trasladar una imagen de "éxito brutal". Y se fueron a una buena zona, con un alquiler de 16.000 euros al mes. "Pegamos un chancletazo tremendo. Nuestros competidores se estrellaron, y nosotros con ellos. Perdimos hasta la camisa", recuerda. Aunque no cesaron en su empeño y, paseando por la ciudad de las luces, el propio Pablo López descubrió una cadena de pequeñas tiendas que vendían ropa similar a la suya, fuera de las zonas principales. "Ahí era donde debíamos estar, junto a aquellos dos chavales parisinos que tenían 15 tiendas en la ciudad", dice. Localizaron un local en la rue de Marseille, y el alquiler bajó a los 1.200 euros al mes.
"Aquello fue un baño de realidad, y marcó la apertura de tiendas posteriores", ha reflexionado. ¿Por qué? "Tuvimos que encontrarnos a nosotros mismos y defender lo que somos. Queríamos ser divertidos como El Ganso, pero es imposible competir en este sentido contra una marca que tiene de logotipo un pato mirando para atrás. Y queríamos ser rebeldes y canallas como Scalpers, pero ellos tienen como logotipo una calavera. ¿Quiénes somos nosotros? Los normales. Llevamos el mismo peinado desde que hicimos la Comunión y no tenemos tatuajes. Somos gente normal, como la gran mayoría. Y ahora llevamos a gala esa normalidad", ha reivindicado López.
El ejemplo de Córdoba
Silbon tenía que estar en El Corte Inglés, "porque si no es difícil que te tomen en serio". Se asociaron con Privalia y empezaron a diversificar, con líneas de niño, de hogar y, hace dos años, de mujer. Y, sobre todo, aprendieron que el modelo que habían establecido en Córdoba era el que había que exportar a otras ciudades, y no empezar la casa por el tejado como les sucedió en París. Es decir, expandirse pero elegir locales más modestos y no en vías tan céntricas, para luego crecer depende de la facturación.
"Cuando empezamos la expansión, nos costaba mucho vender fuera de Córdoba, y los 5 millones de euros vendidos en el último año en nuestra ciudad son la leche, es algo increíble. Poco a a poco, nos dimos cuenta de que los primeros que llegaban a nuestros locales eran familiares o amigos de gente de Córdoba. Y esto quiere decir que la ciudad ha entendido la marca como algo suyo", ha agradecido. "Cuando ahora nos preguntan que cuándo nos vamos de aquí, les digo que no me marcho ni loco", ha asegurado.
Aunque en esta carrera de éxito no todo ha sido oro, ha asumido. La pandemia del Covid-19, por ejemplo, fue un tremendo varapalo. La compañía tuvo que garantizar su seguridad financiera, reducir compras, apostar por una línea outlet... "Aunque la enseñanza más importante fue quitarnos los complejos. Somos una marca de Córdoba y presumimos de ellos. El compromiso que tenemos con la ciudad y la provincia es brutal", ha asegurado. Silbon tiene ya siete tiendas en este territorio, una de ellas en Lucena, "y por lo pronto vamos bien servidos".
Planes para 2023
En este contexto, ¿qué le depara el año 2023 a Silbon? La empresa seguirá abriendo tiendas y prevé alcanzar los 77 establecimientos, con presencia e Portugal y en México, y llegar a los 46 millones de euros de facturación. En cuanto al mercado digital, calculan que alcazará el 45% de las ventas, frente al 30% del pasado ejercicio. Debido a este crecimiento, la plantilla media pasará de 120 a 180 trabajadores.
El otro "gran reto" de la compañía para este nuevo tiempo es "seguir a la vanguardia de las nuevas tecnologías", incluidos el big data y el Metaverso, donde han sido pioneros como en muchos otros ámbitos. Hace unos meses abrieron oficina virtual, si bien su presencia en este nuevo mundo es aún embrionaria: "Te creas un avatar y puedes entrar a la tienda". En la siguiente fase, prevista para el verano, prevén crear una membresía para 50 usuarios con la que accederán a "descuentos superespeciales" en la tienda física. Y, a final de año, se podrá vestir al avatar. "Las grandes marcas como Louis Vuitton lo hacen y hay millones que se mueven ahí", ha dicho.
Junto a esto, Pablo López ha destacado su apuesta por la sostenibilidad, "consciente de que trabajamos en un sector muy dañino para el planeta, que contamina mucho". El reto es que, en un plazo máximo de tres años, se pueda considerar a Silbon como una "empresa sostenible". Para lograr esto, ahora mismo fabrican el 55% de su producción en España y Portugal -básicamente, las camisetas y las sudaderas-, el 20% en Turquía y el resto es Asia -zapatillas deportivas-.
Así han logrado, además, una "fórmula ventajosa", pues la producción cercana permite que quien empiece las colecciones no sea el diseñador, sino el financiero: "Todas las prendas están muy parametrizadas, y esto permite readaptar la colección a los gustos del consumidor y hacerla más rentable. En cambio, a Asia hay que enviar la colección con diez meses de antelación y ya no puedes modificarla", ha explicado. "Así que, si fallas, esos cuatro o cinco euros que te puedes ahorrar luego te pesan", ha concluido.
Con "perseverancia" y "esfuerzo"
El presidente de la Confedeación de Empresarios de Córdoba (CECO) y de la Cámara, Antonio Díaz, ha subrayado que, en muy poco tiempo, Silbon ha logrado "un éxito con solera" y ha agradecido su compromiso con el "mundo oganizativo empresarial" desde el primer momento y que nunca haya perdido sus orígenes cordobeses. Todo lo contrario: "El 15% de sus ventas totales las hace en Córdoba. Y saber de dónde vienes y adónde quieres llegar es un valor fundamental para cualquier proyecto", ha subrayado Díaz. La de Silbon, ha dicho, ha sido una carrrera para crear marca "con mayúsculas", y ello gracias a la "perseverancia" y al "esfuerzo" del equipo liderado por Pablo López.
"Hemos comenzado el año conociendo que Silbon acaba de inaugurar su primera tienda en A Coruña, que es poner una pica en flandes", ha bromeado sobre la irrupción de la firma cordobesa en la casa natal del imperio Inditex. "Pablo es una persona que sueña a lo grande, porque para soñar a lo pequeño ya estamos muchos. Y si no te pones metas altas, no es fácil llegar", ha glosado sobre el CEO de Silbon, a quien ha definido como "una persona tremendamente optimista, además de pausada y tranquila". A esto le ha sumado que "se considera una persona motivadora de otras personas" y que "inspira confianza, y sin esto último no se consigue prácticamente nada".
La importancia de la diversificación
Silbon ya no es solo una marca de ropa que se puede llevar en una americana o en un pantalón formal. El logo de las dos raquetas está en zapatillas deportivas, camisetas y sudaderas, y el negocio no para de diversificarse porque, siguiendo los consejos de un empresario, el CEO de Silbon, Pablo López, quiere que la facturación de la compañía proceda cada año de un segmento nuevo. De acuerdo a esta estrategia, Silbon abrió recientemente su primer bar en Córdoba capital, que se encuentra "en fase de prueba" y "si funciona, tendrá más desarrollo". También son frecuentes las colaboraciones con marcas, como Multiópticas, La Casa de las Carcasas y, próximamente, los cruasanes Manolinos: "No descarto que los podamos tener en Córdoba", ha avanzado.
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