“El modelo de sociedad mejorará cuando más mujeres ocupen puestos importantes”
Encarnación Manrique | Inspectora Jefa de la Policía Nacional en Córdoba
Es la primera mujer policía destinada en Córdoba y cumple 25 años de carrera convencida de que en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no hay más machismo que en otras profesiones
Encarnación Manrique (Córdoba, 1967) pasó en 1998 a formar parte de la historia de la Policía Nacional al ser la primera mujer destinada en el Cuerpo en Córdoba, donde llegó desde Las Palmas. Tras 25 años de carrera, ahora es inspectora jefa y ejerce su trabajo en la Policía Científica.
–¿Cómo una abogada como usted decide convertirse en policía?
–Fue casual. Nunca pensé en ser policía, no conocía a nadie que lo fuera, en mi familia no hay policías y nadie me había hablado de esta profesión. Mi idea era ser abogada y empecé a ejercer. Venía a la comisaría de Campo Madre de Dios en el turno de oficio a asistir a los detenidos y cuando iba a juicio me gustaba más la posición del fiscal, no sé, me llamaba la atención…la verdad es que la razón más poderosa de todas es que el ejercicio de la abogacía es difícil y costoso y la independencia económica que yo quería en ese momento, con veinte y pocos años, veía que la abogacía no me la daba. Digo que fue una decisión casual porque mi hermano pequeño pensó en presentarse a la Escala Básica de la Policía y me dijo que había otra oposición para la gente con carrera, como yo. Aquello me llamó la atención y decidí dar el paso.
–Usted se planteó ser policía en 1992, sólo 13 años después de que la mujer se incorporara al Cuerpo. ¿Le fue difícil adaptarse a una profesión que siempre fue hasta 1979 de hombres?
–Es que yo eso no me lo planteaba, no sabía ni siquiera cuanto tiempo llevaba incorporada la mujer a la Policía. Le digo más, mi padre es militar, pero militar no de carrera, sino de esta gente que se fue a la mili en su momento y se reenganchó; y mi padre cuando yo estudiaba Derecho me decía muchas veces que por qué no me metía en el Ejército, que por qué no hacía unas oposiciones que había de interventor militar, de jurista militar, y estamos hablando de una persona que es de otra generación. Ya tenía un hijo varón y sin embargo me lo decía a mí que era la mayor y que estaba estudiando una carrera. Nunca hubo un planteamiento diferencial por el hecho de ser mujer, insisto, ni me lo planteé.
–Pero aquellos tiempos no eran estos, ¿cómo se sintió entre tanto hombre?
–Creo que entonces igual había menos conciencia que ahora respecto a algunos temas tanto por parte del hombre como por parte de la mujer, pero es que tengo muy poco que reseñar en ese aspecto, en lo que respecta al machismo. Yo he conocido a gente fuera del ámbito policial que ha tenido actitudes más machistas que dentro del Cuerpo. Evidentemente, esas actitudes las ha habido y hay en todos los ámbitos, dependiendo de las generaciones y dependiendo del tipo de personas. Hoy en día estamos escuchando en los medios de comunicación que la gente joven, sorprendentemente, mantiene ese tipo de actitudes, con lo que se supone que se ha avanzado.
–Pero alguna anécdota tendrá al respecto.
–Ese tipo de anécdotas machistas no las encuentras sólo en la Policía, sino también en una tienda cuando vas a comprar, en el Ayuntamiento si trabajas allí o en cualquier otro sitio. Yo es que insisto en que no las he sufrido. Mire, cuando llegué a Córdoba la plantilla era totalmente masculina y encima la mayoría de los compañeros eran de otra generación anterior a la mía. Sin embargo, siempre me trataron superbién. Ahora que tengo 51 años y dos hijas con más de 20 creo que por la edad también le doy como más importancia a ese trato que he recibido.
–Se lo pregunto porque Cuerpos como la Policía, la Guardia Civil o el Ejército hasta hace pocas décadas eran cosa de hombres.
–Bueno, yo pienso que predominantemente en este aspecto al que se refiere la sociedad ya era machista y puede ser machista en ciertos aspectos, en general. Porque no hay que olvidar que la mayoría de los trabajos, no sólo la Policía, el Ejército o la Guardia Civil, sino la mayoría de los trabajos han sido tradicionalmente de hombres, y sobre todo los más influyentes. No sólo el policía o el militar o el guardia civil, es que también lo ha sido el juez, lo ha sido el notario, lo ha sido el médico, lo ha sido el arquitecto, lo ha sido el ingeniero...o sea, es que creo que es el hecho de que se diga que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son machistas es un tópico.
–¿En qué punto cree que está la igualdad real entre hombres y mujeres en la sociedad actual?
–Hombre, se ha avanzado muchísimo, muchísimo, es que yo era casi adolescente y todavía mi madre no podía abrir una cuenta ella sola. ¿Que queda mucho por mejorar? Por supuesto. Esta es una sociedad que hasta hace cuatro días en la que todo lo importante laboralmente e institucionalmente hablando era masculino. La mujer lleva medio siglo incorporada a la sociedad, entonces no vamos a cambiar en 40 años de repente lo que lleva 2.000 años. Creo que mientras más mujeres vayamos accediendo a determinados puestos de más importancia, mientras las ratios entre hombres y mujeres poco a poco vayan equiparándose, todo irá mejorando, el modelo de sociedad mejorará.
–¿Que supone ser la primera mujer policía destinada en Córdoba?
–Por un lado supone un orgullo, el orgullo de haber iniciado un camino que tras de mi han seguido más compañeras, y sobre todo me siento muy contenta y orgullosa, repito, por haber vivido durante todos estos años integrada, porque me he sentido siempre muy a gusto con mis compañeros. Es más, en los distintos destinos que he ido teniendo me he llevado muy bien con los compañeros.
–Ha comentado antes que su padre le recomendó que se metiera en el Ejército, ¿le recomendaría usted a una hija suya que opositara a la Policía?
–Por supuesto, por supuesto. Y no sólo a mis hijas, sino a cualquiera. Mire, recibimos muchas visitas de colegios, de institutos, de la universidad, un poco como orientación profesional. Recibimos a mucha gente joven, Científica es uno de los sitios por donde suelen pasar en la comisaría y a todos los que nos visitan se lo digo, para mí esta es un profesión preciosa.
–Y eso que no puede decir que ser policía le vino de vocación.
–No, no puedo decir que quería ser policía de toda la vida. Sin embargo, una vez que entré aquí a mí el Cuerpo Nacional de Policía me lo ha dado todo. O sea, me ha dado una profesión, me ha dado una vida, me ha dado estabilidad, me ha permitido aprender muchísimas cosas. Se trata de una profesión en la que es muy difícil que no encajes. Lo que ocurre es que con la tele la gente tiene una idea que no es la de verdad de verdad, evidentemente aquí hay cosas parecidas a lo que se ve en televisión, pero luego hay muchísimo más. Hay muchas especialidades, muchos ámbitos en los que trabajar. Al que le guste ser más guerrillero, pues hay grupos donde hay más movimiento; al que le guste más tratar con la ciudadanía más directamente, pues tenemos Seguridad Ciudadana; están los zetas que patrullan en la calle; al que le guste la Científica, pues aquí tenemos, por ejemplo, en nuestra brigada dos o tres biólogos, un químico...son gente que se metieron en la Policía estudiaron otra carrera y que han estado en otros sitios, porque bueno tú no siempre puedes ir en principio donde tú quieres. Pero hay más, por ejemplo, al que le guste la gestión, pues bueno tiene un aparato enorme en ese campo la Policía donde puede trabajar, luego está la investigación…es que me parece una profesión estupenda.
–Con toda esa diversificación del trabajo policial que cuenta, ¿considera que la Policía sigue siendo la gran desconocida para una ciudadanía que sólo la conoce por lo que ve en la tele?
–Creo que ahora sí somos más conocidos, creo que en los últimos años la labor de participación ciudadana que se hace, de divulgación, de intentar que las asociaciones te conozcan, la relación con las asociaciones de vecinos, con comerciantes...todo ello ha contribuido a que se nos conozca más. El agente cuando va a trabajar a la calle habla mucho más con el ciudadano, no hay un muro entre él y el ciudadano. Creo que somos mucho más cercanos y eso hace que seamos mucho más conocidos.
–Hablando de televisión, usted es policía científica, labor que nos es más familiar por CSI.
–Por CSI, sí, una serie que ha hecho mucho daño a la profesión (risas). Para el que no es policía y no tiene ni idea de lo que hace la policía, pues bueno...le da una idea de cómo se puede trabajar en Policía Científica. Luego, evidentemente, el CSI es una serie americana y esto es España y los medios normalmente no son tantos como los que aparecen en esa serie de televisión. También dependen de si estamos en Policía Científica Córdoba o Policía Científica Comisaría General en Madrid, evidentemente. Pero bueno, sí que tiene mucho que ver, todo eso que sale en la tele de los reactivos, del ADN... todo eso es cierto.
–Usted fue en 1998 la primera mujer policía en Córdoba, donde ahora hay 70 mujeres policías, 61 en la ciudad y nueve en Lucena-Cabra, ¿cómo ha visto cambiar el papel de la mujer en el Cuerpo en todos estos años?
–Bueno, le puedo hablar por mi y en mi caso mi papel ha cambiado poco con los años. Le puedo decir que lo único que ha pasado es que soy 25 años más mayor que cuando entré y que hasta ahora he tenido un ascenso, porque yo entré de inspectora, ascendí a inspectora jefa en 2012 y puedo ascender a comisario. Es que yo entré ya con la mitad del camino ya resuelto y desde entonces he sido jefa de grupo, he ejercido labores de coordinación, de dirección del trabajo allá donde he estado independientemente de ser mujer, haciendo el mismo trabajo que mis compañeros hombres. ¿Dónde están las mejorías que se han producido con el paso de los años? Pues bueno, en que hay más mujeres. En la Escala Básica, por ejemplo, cuando yo llegué no había ninguna, y ahora hay bastantes. Se ven más mujeres en la Policía, todo ello en un contexto en el que la labor policial ha mejorado por la evolución que la sociedad le ha ido exigiendo.
–Sí, hay más mujeres, pero ¿no considera que hay pocas en puestos de mando?
–Hay las que les corresponde, si es que no puede haber más. Ojalá, qué más quisiera yo. Si ya de por sí estamos pocas mujeres inspectoras jefas, cuando vaya a presentarme a la oposición para comisario resulta que seguro que de los 300 que optamos sólo hay 25 mujeres por 275 hombres, y no querrá que nos aprueben sólo a las mujeres. Y si usted sacara un listado de la oposición al Cuerpo Nacional de Policía de Escala Básica o de Escala Ejecutiva del año pasado probablemente las mujeres habrían representado sólo 14% de esa participación. Es que tampoco hay más.
–¿Córdoba es ciudad segura?
–Creo que Córdoba es una ciudad muy segura. La linea en la que trabajamos siempre es en la de mejorar la seguridad. Cada día se demanda más seguridad y para ello hay mucha más prevención, que es un tema en el que se ha mejorado bastante, en el que se incide mucho en la Policía hoy en día. O sea, no queremos pillar al malo después de que cometa el delito, sino que queremos evitar que el malo cometa un delito.
–¿Hay casos que acaban marcando a un policía? ¿a usted le ha ocurrido a lo largo de su carrera?
–A nivel individual, no me ha marcado ningún caso. Otra cosa es que es cierto que puntualmente en el día a día, cuando trabajas en determinados temas, hay aspectos que son como más sensibles. Yo en concreto he trabajado mucho con menores y en temas de violencia de género también, y quizás por ello a mí me ha podido tocar un poco más la fibra sensible algún caso relacionado con menores, a lo mejor porque yo tengo hijas y he podido llegar a pensar que me podría haber pasado a mí lo que me está contando una determinada mujer acerca de un problema que tiene con su hijo, porque yo empecé aquí a trabajar con menores cuando entró en vigor la Ley de Responsabilidad Penal del Menor, en 2001.
–Sí, porque el Grupo de Menores (Grume) se encuentra incardinado en la Brigada Provincial de Policía Judicial.
–Efectivamente. Se creó oficialmente el Grume en la comisaría de Córdoba como un grupo independiente. Hasta ese momento se trabajaban los temas de menores dependiendo de diversos factores. Si un menor, por ejemplo, estaba implicado en un robo, pues era competencia del grupo de robos. A partir de la entrada en vigor de la Ley era una exigencia que los menores se trataran en el Grume, porque tenía una normativa diferente, una protección diferente...A partir de ese momento empecé a ver más de cerca muchos casos como por ejemplo aquellos que sufren familias normales a las que se les detiene un hijo. Después, cuando estuve en la Unidad Adscrita trabajé también mucho tiempo en protección de menores. Insisto hay casos que te tocan la fibra sensible. Tenga en cuenta que este es un trabajo que laboralmente abarca muchos temas que te tocan personalmente porque son temas muy cercanos que tienen que ver con mujeres maltratadas, con menores, con agresiones...y hay días en los que a lo mejor te vas a tu casa pensando “hay que ver, fíjate lo que le ha pasado al pobrecito éste o fíjate qué barbaridad le ha ocurrido a este otro” .
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