Que suene la música
El Gran Musical de los 80 & 90 | Crítica
La ficha
*** El Gran Musical de los 80 & los 90. Compañía: OnBeat. Fecha: Sábado, 11 de enero. Lugar: Gran Teatro. Lleno.
Lleno absoluto en la primera de las dos funciones que El Gran Musical de los 80 & 90 representó en nuestro Gran Teatro el pasado sábado. Tomando como eje principal la extensa lista de éxitos musicales lanzados en las dos últimas décadas del siglo XX, la compañía OnBeat articula una historia encajable al contexto habitual y ordinario de cualquier persona que vivió su juventud en aquellos tiempos.
Una reunión de antiguos alumnos de instituto a través de redes es el punto de partida y a la convocatoria solo asisten seis. El grupo reúne los caracteres típicos que, a criterio del autor del guion, podrían dar juego: la pareja de novios que terminó casada y vive en crisis permanente, la tímida y retraída que ahora está empoderada, el guaperas ligón que se quedó atascado en aquel tiempo, otro que antes lo conocían por Manolo pero ahora se llama Lola y, por último, un divorciado que aprovecha el finiquito de su despido para montar el bar donde se reúnen. Presentados los personajes, la trama adquiere el recorrido justo que construye una comedia simple por la que fluyen las canciones que todo el público corea durante las más de dos horas de función y son las auténticas protagonistas de la representación.
Para materializarlo, OnBeat optimiza en recursos para agilizar un espectáculo en gira: escaso mobiliario, pantalla led de fondo, sonido e iluminación funcional recrean la ambientación adecuada al montaje, dando cobertura al equipo de seis cantantes y cuatro swings que, a través de innumerables pistas de audio, transforman la escena en un karaoke bailable.
Como objeción, en lo que se refiere a términos de espectáculo musical (así es como se promociona y también cuesta su entrada) no hubiera estado mal haber incluido una banda que tocara en directo (teclado, bajo, guitarra y percusión sería suficiente) a riesgo de reducir margen de beneficio y apostar en calidad. Por suerte, el público poco exigente disfrutó de lo lindo navegando por aguas de la nostalgia.
En nuestro país, los años 80 y 90 fueron el paradigma de una sociedad ansiosa por vivir en libertad que caminaba hacia la modernidad. Con la perspectiva que el tiempo procura, hoy podemos verlo como una época transgresora llena de luces y también de sombras. De aquellos años siempre estarán las canciones. A ellas acudimos para quedarnos con lo mejor y aprender a no repetir lo peor. Que siga sonando la música.
Temas relacionados
No hay comentarios