El poder del sueño en tu salud
Humanidades en la Medicina
Entre el 30 y el 40% de la población mundial duerme mal, lo que se traduce en somnolencia diurna
Culto a la ignorancia

El sueño es más que un simple descanso, es esencial para mantener una buena salud física y mental. Dormir menos de seis horas diarias nos hace más propensos a enfermedades cardiovasculares, además de afectar a la capacidad de aprendizaje y concentración. El sueño reparador es esencial para nuestra salud. Por eso, cada año se celebra el Día Mundial del Sueño, que en 2025 tendrá lugar el 14 de marzo; esta fecha es cambiante, debido a que es el viernes anterior al equinoccio de marzo, y su objetivo es alertar al mundo de la importancia de un sueño restaurador.
Pero… ¿sabemos lo que es el sueño? El sueño es un proceso renovador, reversible y fisiológicamente imprescindible; es homeostático o de compensación, regulado por el cerebro con patrones activos y pasivos con una desconexión perceptiva y menor respuesta a los estímulos. De ahí la importancia de los hábitos saludables, que a grandes rasgos serían mantener horarios regulares, evitar dispositivos electrónicos antes de dormir y proporcionar un ambiente silencioso y oscuro.
Existe una creciente evidencia que vincula el sueño a la salud, con una compleja interacción neurobiológica que nos brinda una oportunidad para reconocer y abordar los trastornos y alteraciones del sueño, junto con la promoción de estrategias integrales para mejorar la salud a través de la perfecta sincronía del ritmo circadiano, el ciclo sueño-vigilia.
Esta desconexión de la alerta nos hace vulnerables ante la adversidad y aun así, y aunque hayamos evolucionado, seguimos durmiendo, como una actividad necesaria para los humanos y animales.
Las causas del insomnio
Sabemos que entre el 30 y el 40% de la población mundial duerme mal, lo que se traduce en somnolencia diurna, favorecimiento de eventos cardiovasculares, predisposición a enfermedades neurodegenerativas (como Alzheimer y Parkinson), tendencia a la obesidad e inadecuada coordinación física y mental. Examinando las causas subyacentes del insomnio podemos destacar el estrés, el ritmo de la vida moderna y los horarios laborales.
Este problema tiene tal importancia que por iniciativa del departamento de salud de Estados Unidos se creó el programa Healthy People 2030, y uno de sus enfoques es ayudar a las personas que no duermen lo suficiente. Reconoce la somnolencia como traba para el aprendizaje, tanto en la escuela como en la universidad, como responsable de un menor rendimiento laboral, y, muy importante, que una cifra elevada de accidentes de tráfico y accidentes laborales están relacionados con la falta de sueño. En este sentido, se pueden poner de ejemplo los errores médicos por exceso de horas de trabajo sin descanso.
En el ámbito hospitalario, este problema se incrementa con respecto a los pacientes ingresados, que ven como se interrumpe su descanso por la toma de sus constantes. Este fue el motivo por el que se puso en marcha SueñOn®, un proyecto impulsado por enfermería desde el año 2016. Este plan surge de la necesidad de abordar la conciliación del sueño de estos enfermos, lo que con toda seguridad repercutiría en su mejoría evolutiva.
En este contexto y fijándonos en una de las zonas más cruciales del hospital, como es la UCI, se han realizado estudios en pacientes críticos, que, con una constancia ambiental durante el día y la noche (luz continua, ruido, cuidados, medicación, etc.) llegan a lo que se conoce como desalineación circadiana o cronodisrupción, que rompe el ciclo circadiano y que pone en evidencia la mala calidad del sueño, lo que puede deteriorar a los pacientes. Harían falta cambios como pueden ser ambientes “día-noche” para mejorar su ritmicidad circadiana.
¿Pero neurobiológicamente por qué es tan importante el sueño? Durante el sueño se reparan tejidos, se eliminan productos de desecho del cerebro, se acrecienta el sistema inmunológico y se autorregulan las hormonas. Se consolidan recuerdos y se refuerza el aprendizaje. Investigadores de Harvard demostraron que el insomnio afecta la capacidad de aprender nueva información, esto es, a la formación de memoria.
¿Qué te ocurre si no duermes lo necesario? Afecta a tu concentración, a tus reflejos cognitivos, eres menos tolerante con los demás y actúas como si tuvieras un grado de alcoholemia elevado. Tu autocontrol disminuye y es más difícil controlar tus emociones más básicas, eres más susceptible a las infecciones y hay una magnificación de cualquier tipo de dolor. Si los días van pasando sin dormir, se pueden generar problemas de salud graves.
Observamos que esta epidemia de falta de sueño afecta a todas las edades, y que todas y cada una tienen su pretexto como excusa.
Hablábamos de la falta de sueño en jóvenes y menores de edad, ¿por qué su estudio e incidencia se ha subestimado? Pensamos que el uso abusivo de las tecnologías ha impactado negativamente en la calidad y cantidad de sueño. Según el estudio Health Behaviour in School-aged Children (HBSC), solo tres de cada diez escolares españoles entre 11 y 18 años cumplen con las horas diarias óptimas de sueño.
El sueño es un pilar esencial para la salud física, mental y emocional. Promueve la prevención de enfermedades y un mejor rendimiento, a la vez que proporciona una vida plena de bienestar. El cumplimiento de las normas de la higiene del sueño es algo que la sociedad no debiera pasar por alto.
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