Taberna Regina: un establecimiento con historia gallega en plena Axerquía

Más de un siglo sirviendo a sus comensales, tiempo durante el que su patio ha sido elegido como lugar de tertulia. Desde 1904, la Taberna Regina y su tradicional patio llevan reinando en el corazón de la Axerquía. El barrio respira historia por cada rincón, sus calles estrechas de trazado medieval, como son descritas por los tablones informativos que rodean la zona, sumergen al paseante en una tierra de tradiciones. Así se cuenta la vida del barrio de Regina, su plaza y su taberna. 

Dicho espacio está definido por sus casas-patio, populares en la zona y en el día a día de sus habitantes. Los vecinos del lugar hablan sobre la forma tan curiosa que se tiene de pasear desde el barrio de Regina hasta La Corredera. “Hay mucha gente que pregunta sobre los años que tiene la taberna, también me dicen que nunca se me ocurra tocar nada”, explica el regente de la taberna, Juan Manuel Garrido, durante una charla con El Día de Córdoba.

Las plazas del barrio nos trasladan a una Córdoba más íntima, la ordenación de las calles nos lleva hasta la terraza del establecimiento, donde también se hace historia, la de las miles de personas que pasan por aquí y preguntan por un lugar que nació gracias a una familia de gallegos que llegó a la zona.

La Taberna Regina recientemente ha sido galardonada con el distintivo de Taberna Histórica, uniéndose al total de 12 tabernas que han conseguido el emblema. Garrido explica que el establecimiento surgió cuando varias familias gallegas llegaron y se hicieron cargo de diferentes local en el barrio. “Ha tenido una tradición de gallegos hasta quizás los años 90, y luego estuvo otro tabernero. Aproximadamente hace unos 11 años nos hicimos cargo mi mujer y yo”, explica. “Cuando tuvimos que presentar los documentas de la antigüedad de la taberna, hubo cosas que nos costó mucho trabajo conseguir”, rememora.

Solo hace falta mirar la barra desgastada, los azulejos, las paredes, adornos y el ambiente para constatar que el local tiene solera. Los parroquianos y el trato con los comensales son algunos de los factores que el tabernero señala como lo mejor de su trabajo, si bien reconoce que “cada vez viene más gente de fuera”, y eso también se agradece. El ambiente familiar donde la tertulia entre amigos es obligatoria cada día, pero en el que al mismo tiempo el público se ha rejuvenecido. 

Su carta sugiere platos como flamenquines, sanjacobos, carne al jerez, rabo de toro, callos o calamares fritos. Cocina que ha visto pasar a numerosas personalidades: “Se habla de que por aquí pasaba García Lorca con un amigo gallego, futbolistas conocidos, gente de renombre”. Mientras tanto, los cuadros del espacio retratan las diferentes décadas que han transcurrido. “Hay de los años 60 y 70, no sé si alguno más antiguo, cuando vine ya estaban aquí. El recinto también posee saloncitos interiores”, cuenta el regente.

Uno de los platos fuertes –nunca mejor dicho– de este establecimiento es su patio lleno de macetas, cuyas plantas se cambian unas cinco veces al año y llenan de vida este entorno de la taberna, característico y popular entre sus comensales. Un espacio diferente al que se le debe dedicar un trabajo minucioso: “Normalmente cuando llegamos a últimos de octubre volvemos a meter plantas que aguanten para el invierno”, explican los propietarios.

Aunque ahora lucen un distintivo, que es el de Taberna Histórica, para sus regentes todo sigue igual: “Nosotros tenemos a nuestros clientes, viene gente de fuera como ha venido antes, y hasta el momento no hemos notado ningún tipo de cambio, hasta el momento”. 

“Aquí reformas prácticamente no se han hecho ninguna”, explican. En los años 80, cuando el actual regente visitaba el lugar, porque tenía un trabajo cerca de la zona, recuerda que estaba igual que ahora, hecho que identifica que por esta taberna el tiempo casi no ha pasado.