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investigación
Marta Guerrero tiene 30 años, es médico especialista en aparto digestivo y desde ayer disfruta de la beca Stop Fuga de Cerebros. Investigadora nata, la joven va a desarrollar su trabajo en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) gracias a los 60.000 euros de la citada beca, que concede la compañía Roche Farma para favorecer la investigación orientada al paciente y a la población, en un trabajo que va a desarrollar durante los próximo 18 meses.
El de Guerrero es uno de esos ejemplos de superación y de constante formación profesional. Natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), Marta es licenciada en Medicina por la Universidad de Granada, aprobó el MIR en 2012 e hizo la residencia en el Hospital Reina Sofía. En ese afán por superarse y seguir investigando para encontrar mejoras en el área de la hepatología, la joven puso rumbo a Londres, donde estuvo un año y dos meses para ampliar sus estudio.
Ahora, según cuenta, ha regresado "a través de una baja por maternidad" al complejo sanitario y "con este programa para continuar la investigación". En concreto, el trabajo de Marta Guerrero, que se incorpora al grupo de investigación del Imibic Estrés oxidativo y nitrosativo en hepatopatías agudas y crónicas, tiene como objetivo avanzar en las técnicas para evitar el rechazo en el caso de los trasplantes de hígado, reducir las posibilidades de reaparición de tumores malignos en este órgano y aumentar, de esta manera, la esperanza de vida de los pacientes.
"Estoy muy agradecida y es importante que se incentiven estos proyectos para estimular la investigación", sostiene. Para Guerrero, este tipo de becas también representan "una forma de mejorar y ampliar conocimientos". La médico también echa la mirada hacia atrás al recordar su paso por tierras londinenses continuando su investigación en hepatología y el hecho de que muchos jóvenes investigadores, sobre todo durante los peores años de la crisis, tuvieran que irse al extranjero a buscarse la vida.
Una decisión que tomó, según anota, porque "surgió la oportunidad". "Me fui porque quería conocer otros sistemas y ver cómo trabaja otra gente", asegura. No obstante, tiene su propio criterio al respecto y asegura que "hay bastante gente que sale fuera porque lo desea o porque es la única forma que tiene de continuar". Ante la puesta en marcha de este tipo de becas, Guerrero advierte de que "si aquí se generan buenas oportunidades y contratos, es una buena medida para que la gente regrese". No en vano, recuerda que uno de los aspectos "más difíciles" a la hora de desarrollar cualquier tipo de investigación es el de encontrar financiación para ello.
A la entrega de la distinción acudieron diferentes representantes institucionales, entre ellos, el director científico del Imibic, Justo Castaño, quien destacó la importancia de este tipo de becas para seguir aprovechando el talento investigador de Córdoba.
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