Telas Vicente, el paraíso de los tejidos internacionales

Comercios con historia

Este establecimiento lleva desde 1984 formando parte de la historia de Cañero y Jesús Rescatado

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Manuel Calvo explica la especialización de Telas Vicente

Córdoba/Vicente Calvo fundó Telas Vicente en 1984, en el corazón de la barriada de Cañero, concretamente en la calle Escritor Jiménez Lora, muy próximo a la avenida Jesús Rescatado, donde el negocio se ubicó posteriormente. En sus inicios, en este establecimiento no solo se vendían telas para vestir, sino también sábanas o edredones, ya que la demanda de su clientela en la década de los 80 era muy diferente a la actual. Fue con el paso de los años cuando la especialización llamó a la puerta de la compañía, que fue haciéndose experta en telas de fiesta, mantilla, mantones, peinas, broches y su fuerte, que es la pedrería.

Como otros muchos comerciantes de la época, Calvo inició su andadura profesional en uno de los comercios más famosos de Córdoba, Zafra Polo. "Los inicios del comercio tradicional salieron de esas grandes empresas", describe la segunda generación de Telas Vicente, Manuel Calvo, que ejerce también como presidente del Centro Comercial Abierto de La Viñuela y que se detiene en repasar la historia del establecimiento que ahora dirige, que vivió sus primeros días en la cochera de sus padres.

"Mi padre y mi madre empezaron a vender allí esos retales. Luego mi padre vio que había tanta demanda y decidió salirse de la empresa e instalarse en Cañero, en un almacén, donde traían los tejidos desde Sabadell", comenta Manuel. Unos años después, las necesidades de la población fueron cambiando "debido a la demanda que había en la ciudad, también el poder adquisitivo cambió y en los barrios empezaron a crecer núcleos de comercios fuertes, donde había de todo".

fachada de Telas Vicente
fachada de Telas Vicente / Juan Ayala

En aquellos tiempos, mucha gente se desplazaba a la capital para hacerse con los productos de Telas Vicente, lo que empujó a sus dueños a abrir una segunda tienda, que fue más especializada y rescató los famosos edredones de sus comienzos. "Surtíamos a muchísima gente, había más movimiento y no existían tantas zonas de compra, como actualmente existen", recuerda Manuel Calvo.

Este segundo local en Cañero apenas duró un par de años, hasta que en 1987 la propiedad adquirió uno nuevo en la avenida Jesús Rescatado, donde se montó una tienda de 200 metros cuadrados. Más de una década después, en los 2000 nació otra sede en la avenida de Manolete, en el Zoco. "Los tiempos y las necesidades fueron cambiando, pero nosotros tenemos una gran variedad de tejidos, además de todas las tendencias", sentencia.

Telas Vicente
Telas Vicente / Juan Ayala

Dentro del comercio "ha habido muchas crisis", explica Calvo, que abunda en que "la más fuerte fue la de la construcción, sobre 2008, pero nosotros supimos transformarnos". "Cuando yo entré, que fue hace 28 años, al poco tiempo me di cuenta que se empezó a hablar de compra online. Yo informaticé la tienda antes del año 2000, tuvimos que pasar de tener libreta a tenerlo todo informatizado, a pesar de que mi padre no veía esa transformación, no veía útil un ordenador en una tienda", recuerda Manuel.

A día de hoy, en Telas Vicente hay cuatro ordenadores, dos portátiles y un servidor, ya que para la venta online se necesita mucho equipo. La fisionomía de la tienda también cambió; hoy en día también poseen pantallas led en los exteriores que aportan información, al igual que lo hacían esas revistas "figurines" de la época, que ahora se visualizan gracias a las tablets. Pero aunque la tienda esté actualizada, Manuel Calvo sigue pensando que en este tipo de sector es necesario tener un comercio físico donde el tejido se toque y se atienda en primera persona, dejando la venta por internet para el resto de España y, sobre todo, Portugal.

Sobre el tipo de cliente, Telas Vicente también ha sufrido las transformaciones propias del paso del tiempo y los cambios de moda. En sus inicios, su público tenía una media de edad elevada, pero ahora va de 0 a 90 años. En este comercio se abarcan los eventos más señalados de una vida, desde tu fiesta de cumpleaños a tus primeros años vestidos de pastorcilla. "Para vender tejidos, hay que saber, y esa es una de las cosas que mi padre me enseñó: para qué sirve cada tejido, qué utilizar para cada cosa, cómo va el tejido en la tela, si hay que forrarlo o no... El conocimiento es muy importante", señala Manuel, que apunta que "ahora vienen chicos de prácticas del instituto porque han hecho una Formación Profesional y los vamos a traer aquí para que los conozcan; yo tengo un libro de cada tejido".

Ahora, existe "un resurgimiento de la moda, donde a todos les gusta hacerse sus cosas. Llega el momento que llega un momento especial y quieres asegurar que ese diseño no te lo encuentres", señala la segunda generación en la gerencia de Telas Vicente, que importa telas incluso de la India, convirtiéndose en un comercio muy exclusivo, donde duermen telas únicas.

"Del relevo generacional, yo no soy particularmente muy partidario, porque pienso que te tiene que gustar. Ahora son jóvenes, después puede cambiar, porque la vida de los tejidos y la del comercio es muy bonita. Si existe es porque le tiene que gustar", finaliza Manuel Calvo, que añade que en este universo se entrelazan la moda y el diseño.

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