La tensión política deja paso a las ganas de fiesta en El Arenal

Vuelve la vida a El Arenal. La luz de medianoche de los fuegos artificiales y de miles de bombillas habitaron de nuevo el recinto ferial para dar e pistoletazo de salida a la última cita del Mayo Festivo. La Feria de Nuestra Señora de la Salud comenzó ayer con más presencia política de lo habitual. El alcalde y candidato de IU, Andrés Ocaña, eligió El Arenal para su cierre de campaña y todos los candidatos se acercaron por el recinto para estar presentes en el alumbrado.

La ciudad ha vivido dos semanas de intensa actividad política. Han oído hasta la saciedad las propuestas de los candidatos en mítines, en el telediario, en los periódicos y... ahora también en las redes sociales. Han recibido cartas, folletos y papeletas de todos los partidos políticos. Se han encontrado con fiestas de flamenco improvisadas, con repartos de manzanas o con un concierto de Medina Azahara. Todo en los últimos días ha girado en torno de las elecciones, pero eso ya acabó. Cada viernes de último de Mayo marca un antes y un después en la rutina de los cordobeses para, sin dejar a un lado las obligaciones, tomárselas con más calma y disfrutar de la Feria. La política deja a paso a la fiesta. No puede haber otro marco mejor para la jornada de reflexión. Y el domingo, eso sí, todos a votar, pues es la esencia de la democracia.

La Caseta Municipal reunió, horas antes de la inauguración del alumbrado, casi a la totalidad de los políticos de la capital. El cruce de acusaciones que ha sido protagonista en los últimos días dejó paso a un ambiente más distendido en el que casi todo eran risas y amabilidad. La recepción institucional, así como el posterior acto de encendido de las luces, es una tradición que este año ha estado marcada por la política y por las elecciones, y que tuvo una pequeña anécdota cuando la portada, tras encenderse, quedó sin luz durante unos segundos. Habrá que ver si después del domingo a unos o a otros les quedan muchas ganas de volver a pisar El Arenal.

Pero como no sólo de política vive el hombre, la Feria es el espacio perfecto para desconectar de programas, promesas y propuestas. La mayoría de los que ayer inauguraron la semana de fiesta ni querían oír hablar de elecciones, muchos hasta estaban despistados con el día exacto de la votación. Porque la ciudad que se levanta cada mayo al otro lado del río es como un bálsamo en el que se sueltan las tensiones de los últimos meses y se cargan las pilas antes de las deseadas vacaciones de verano. Un broche perfecto a este mes cordobés por excelencia que este año comenzó aguando las Cruces pero en el que los Patios y las Catas han lucido en todo su esplendor. Ahora queda ver cómo se comporta el tiempo esta semana en la Feria de Nuestra Señora de la Salud.

En la mañana de ayer eran muchos los que se afanaban para dejarlo todo a punto para la medianoche. Se colocaban las últimas macetas, se daban los últimos brochazos. El azul va a ser este año el protagonista ya que todas las casetas lucirán este color en las fachadas para mostrar el apoyo de toda la ciudad a la Capitalidad Cultural. Más de un centenar de casetas, miles de farolillos, cientos de miles de puntos de luz en una Portada que ya es mítica para los cordobeses. Ellos, y los que vienen de fuera, esperan cada año impacientes ese momento en el que el alcalde de turno aprieta un botón y, por arte de magia, comienza la vida en El Arenal. Hay cosas que no cambian, ni siquiera con unas elecciones de por medio y, por eso, la Feria de la Salud volverá este año a ser un éxito, a ver desfilar a propios y extraños, a sorprenderse con los que vienen por primera vez y a emocionarse con los que vuelven mayo tras mayo. Comienza, por fin, la Feria.