Un testigo asume que eligió la cuerda y el lugar de la maniobra donde murieron dos militares en Cerro Muriano

Tribunales

Los abogados de los familiares del cabo fallecido piden al Juzgado Togado Central número 2 que lo impute

Exponen que mostró "una actitud totalmente negligente y despreciativa en relación a las vidas de los participantes"

Los testigos describen ante el juez el "descontrol" y la falta de seguridad tras las muertes de Cerro Muriano

El furgón de la funeraria accede al recinto donde fallecieron los dos militares.
El furgón de la funeraria accede al recinto donde fallecieron los dos militares. / El Día

Córdoba/Un sargento de la base militar de Cerro Muriano que esta semana declaró en calidad de testigo ante el Juzgado Togado Central número 2 de Madrid por la causa que se sigue por la muerte de dos soldados durante unas maniobras asumió que fue él quien eligió la cuerda y el lugar de paso en el embalse donde se produjeron los ahogamientos.

El suceso, en el que fallecieron el soldado Carlos León y el cabo Miguel Ángel Jiménez, se produjo el pasado 21 de diciembre. Los letrados Francisco José Pérez y Antonio Granados, que representan a los padres y la viuda del cabo, han solicitado este viernes que se amplíe la causa para investigar al sargento, y proponen asimismo que se le vuelva a tomar declaración en calidad de imputado.

Para los letrados, habría quedado acreditado que este sargento, que secundaba órdenes dispuestas por el capitán y el teniente ya investigados, eligió supuestamente la cuerda guía a instalar, "por lo que teniendo conocimiento del peligroso lugar donde se iba a desarrollar, y el tipo de material que estaba utilizando, debió de haber comunicado a sus superiores la suspensión del mismo por la falta de medios y peligrosidad del entorno". Declaró además, según la versión de los letrados, que "si bien había un rollo de cuerda rígida de 200 metros, bajo su responsabilidad optó por instalar las cuerdas menos seguras".

Mostró "elementos de desprecio a la vida"

"Está claro que esta acción debía de haber sido cotejada y controlada por su cadena de mandos, pero él no solo incidió en que no se ejecutara de un modo correcto, sino que desde su inicio mostró elementos de desprecio a la vida de cuantos pudieran necesitar una mínima ayuda, pues conocía perfectamente que la cuerda que instaló no era garante de seguridad ni para una sola persona por sus características técnicas", exponen los abogados al Juzgado Togado Central número 2 en un escrito al que ha tenido acceso El Día.

Según los abogados, también habría sido su responsabilidad la elección del lugar de celebración del ejercicio. Así, en calidad de testigo, el sargento manifestó que el lugar del pantano, así como las encinas donde se ató la cuerda, habrían sido seleccionadas por él, exponen los abogados. "Esta fue una actividad realizada bajo su total responsabilidad, puesto que la orden que recibió por parte del teniente fue que la pusiera en un sitio que cubriera, que bien podría haber sido en un lateral del pantano artificial por ser mucho más accesible", exponen los letrados.

La maniobra "era una locura"

Así que, en opinión de los abogados, con "una actitud totalmente negligente y despreciativa en relación a las vidas de los participantes, optó por el lugar más dificultoso". "Este hecho debió de ser controlado por su cadena de mandos, pero recae responsabilidad en el mismo, pues siendo conocer de la dificultad, condiciones atmosféricas y grado de instrucción de los soldados, así como que también tiene la prerrogativa de mandar sobre la tropa por el rango de su empleo, optó por el mismo", exponen en el escrito dirigido al Juzgado Togado.

De acuerdo a los letrados, diferentes testigos habrían corroborado este giro de guion en los últimos días. Así, un cabo indicó mientras lo transportaba junto al material en una camioneta que lo que iba a hacer “era una locura”.

Mientras, el teniente imputado, tras ver la instalación de la cuerda, le indicó que “no lo veía”. E incluso al capitán imputado en una conversación vía WhatsApp le comentaron: “Capitán, esperemos que no tengamos que ir al rescate”. La respuesta fue: “Esperemos que no”.

stats