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"¡No maltrates la mano que te cuida!" y "¡protocolo de actuación ante una agresión!". Estas frases, en forma de cánticos, se han escuchado esta mañana de viernes a las puertas del Ayuntamiento pronunciadas al unísono por un grupo de manifestantes, los miembros del comité de empresa de la sociedad que presta la ayuda a domicilio en Córdoba, Claros. El comité de empresa se ha manifestado después del ataque con arma blanca sufrida por un trabajador por parte de un familiar de uno de los usuarios al que la víctima atiende y la también la última agresión sufrida por otra trabajadora, que, como el trabajador, también necesitó atención médica. Las representantes de las trabajadoras y trabajadores insisten en que estos dos últimos casos no son hechos aislados.
"Estamos a las puertas del Ayuntamiento para reivindicar un protocolo de prevención de agresiones, no un protocolo a posteriori. Entendemos que la Junta de Andalucía, la que valora este servicio, determina qué usuarios son los que van a tenerlo según su grado de dependencia, nosotros exigimos un protocolo que valore qué riesgos podemos sufrir en el domicilio en el que prestamos ese servicio", ha insistido la presidenta del comité de empresa, Ángeles Domínguez. "Por desgracia, las agresiones son bastante habituales y estamos expuestos a cualquier tipo de agresión, tanto física, como verbal, e incluso de acoso sexual; y estos riesgos que podemos sufrir no se valoran", ha sentenciado.
La presidenta del comité de Seguridad y Salud, Chelo García, ha destacado que la última agresión la ha sufrido "una compañera en casa de una interna, quien, tras acorralar la agredió provocándole arañazos, algo que le afectó psicológicamente". García ha destacado que se trata de un un suceso que pasa habitualmente y que no debe suceder, "no podemos ir con miedo a trabajar a ciertos domicilios", ha defendido. La presidenta del comité de Seguridad y Salud ha insistido en que ese tipo de agresiones son las más comunes, "no como la sufrida el pasado domingo por el compañero, al quien un familiar de un usuario golpeó y le atacó con una navaja tras pedirle que le diera la bicicleta que llevaba y sus pertenencias, algo a lo que el compañero opuso resistencia ni se negó".
García ha añadido que, a la hora de la gestión del servicio se le debe dejar claro al usuario y a su familia, "que lo mismo que nosotros los respetamos, que se nos respete como trabajadores que vamos a cuidarles. El hecho de que prestemos el servicio en sus casas no les da derecho a tener autoridad sobre nosotras, que vamos a ayudarles", ha subrayado.
"Entendemos que en estos casos tanto el Ayuntamiento como la empresa han actuado correctamente, han activado el protocolo agresión; es decir, una vez sufrida la agresión se han tomado desde el Ayuntamiento y la empresa las medidas correspondientes, pero se tenía que haber evitado que se llegara a esas situaciones", ha apuntado la presidenta del comité de empresa. Domínguez ha explicado que "una vez que nosotros somos agredidos mientras realizamos el servicio, no pasa nada, no se les suspende el servicio ni hay ningún tipo de repercusión ni de amonestación". Para criticar que la Junta de Andalucía, "que es la responsable de la ayuda a domicilio, ni siquiera se manifiesta sobre esto que está ocurriendo y mira para otro lado, en un contexto en el que sociedad está cada vez más envejecida, con un servicio en el que se atiende cada vez a una mayor cifra de usuarios y en el que la plantilla ha crecido en poco tiempo en un 50%".
Domínguez ha explicado que el actual protocolo que se sigue en caso de agresión es el de comunicarla a la empresa, "ellos nos derivan a la mutua o a un centro sanitario y se activa la suspensión del servicio, la notificación al Ayuntamiento, la valoración de la situación...pero esto es a posteriori, nosotros solicitamos algo previo que impida que se llegue a la agresión, como exige la ley", ha puntualizado. Para añadir que la mayoría de las agresiones graves que sufren las trabajadoras de la ayuda a domicilio es por parte de familiares de los usuarios. "Tenemos usuarios con enfermedades mentales, aunque eso es parte de nuestro trabajo, pero en esos casos nos debería acompañar un familiar en el domicilio, porque los familiares son responsables de esos usuarios a los que vamos a ayudar de forma profesional, no a visitarlos y echarles una mano", ha puntualizado.
"Trabajamos solas y solos, completamente solas y solos, y la persona a la que asistir no te puede ayudar a evitar una agresión, por lo que exigimos el protocolo, y que ese protocolo dicte si tienen que ir dos trabajadoras a un domicilio que es conflictivo, porque el compañero al que atacaron con una navaja está vivo de milagro", ha insistido la responsable de Seguridad y Salud del comité, Mari Paz Ruiz.
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