Los turistas desafían en Córdoba la alerta roja por calor extremo: "Hay que buscar sombra y beber mucha agua"
Turismo
Las altas temperaturas reducen el número de viajeros en agosto, pero en la Mezquita y la Judería hay valientes llegados desde todos los rincones del mundo
Los turistas visitan Córdoba pese a la alerta roja por altas temperaturas, en fotografías
Córdoba, la única provincia de Andalucía en la que baja el turismo en el segundo trimestre respecto a 2022
Con registros que ponen a Córdoba como la provincia más calurosa de toda España y en una de las semanas con las temperaturas más altas de todo el año, disfrutar de la capital cordobesa es todo un reto. De hecho, en agosto las calles de la ciudad se quedan prácticamente desiertas y apenas hay quienes se atreven a pisarla. Y más en una Córdoba que estos últimos días ha soportado varias alertas rojas por altas temperaturas.
El sofocante calor hace de la Córdoba de los cuatro Patrimonios de la Humanidad un destino muchísimo menos deseado que durante el resto del año, cuando las temperaturas son mucho más bajas o la oferta de cultural y de ocio es irresistible. Sin embargo, basta con adentrarse en la Judería y el Casco Histórico para observar que son cientos los turistas que a diario desafían a las altas temperaturas y apuestan por visitar una de las ciudades más calurosas del país.
Llegan desde todos los rincones de España y del mundo a conocer una de las ciudades más patrimoniales del planeta. Sobre todo vienen de Francia y otros países como Italia o Inglaterra en una temporada estival de 2023 que, no obstante, "está teniendo menos turistas que otros años". Esa es la realidad que describe Rafael Solvedilla, guía turístico de la agencia Woow, quien señala que "se exagere tanto con las altas temperaturas es negativo".
Aunque haya menos que otros años, los turistas que se atreven a pisar Córdoba en plena ola de calor se mueven por las calles y plazas de la capital cordobesa en busca de sombras y cerca de fuentes y jardines que mitiguen la sensación térmica. Uno de los puntos de encuentro más ideales es el Patio de los Naranjos. Allí buscan un guía turístico para visitar la Mezquita-Catedral, recién llegados desde Reus (Tarragona), José Luis Lara junto a su mujer, sus dos hijos y su nuera.
"Es la primera vez que venimos a Córdoba y nos está gustando mucho, está todo muy limpio y bien organizado", señala el padre de esta familia que le dedicará el día entero a la capital cordobesa para luego continuar sus vacaciones en Mérida.
Refrescándose en la fuente del Patio de los Naranjos con el termómetro todavía marcando 32 grados -lejos de la máxima que llegaría en las horas más caliente del día- se encontraban tres jóvenes tinerfeñas que llevan desde el pasado viernes en Málaga y están aprovechando para visitar Córdoba.
Las suaves temperaturas insulares y el calor húmedo de Tenerife contrastan con las temperaturas disparadas y secas que aprietan con fuerza en la capital cordobesa durante todo el verano. Eso Liliana Calderón, Natalia Bruzzone y Charol Serrano lo han notado nada más pisar la ciudad y, aunque Natalia cree que "no hace tanto calor", sus amigas la contradicen porque la mañana tan solo acababa de empezar y las máximas que se suelen registrar por la tarde llegarían en cuestión de horas, algo que le han advertido.
Más allá de las largas colas formadas a las puertas de la Mezquita-Catedral que se repetían también en la entrada principal del Alcázar de los Reyes Cristianos, las calles de la Judería son otro de los espacios más concurridos y frescos para el turismo. En sus vías estrechas y con sombra, las temperaturas bajan levemente y los viajeros pueden pasear y descubrir la ciudad más cómodamente. Ese ha sido el caso de Kasumi y Jim, que desde Japón están haciendo un tour por España y su tercera parada tras Madrid y Sevilla ha sido una Córdoba "con mucha historia y muy interesante".
Muy parecido es el plan de las vacaciones de Federico y Giada, pareja italiana que junto a sus hijos está visitando "los monumentos más importantes" de una Córdoba "muy bonita", pero en la que "hace mucho calor, por eso hay que buscar la sombra y beber mucha agua". Y es que al turismo internacional no le frenan las altas temperaturas. Eso sí, algunos como José Armenta, encargado de la tienda de ropa y complementos Sakuni, ubicada en la calle Cardenal Herrero, aseguran que "hay menos turismo extranjero que el año pasado".
"Ya no están esas ganas postpandemia de 2022, cuando viajaban y no les importaba el calor por fuerte que fuese. Además, la publicidad que se le hace a la ola de calor repercute y el mes de agosto está siendo bastante flojo para nosotros que tenemos un 70% de clientela internacional y un 30% nacional", comenta el dueño de este negocio, que además lamenta que "el poder adquisitivo del turista que viene a Córdoba es menor que el de otros años".
Sin ser este 2023 el año con mejores cifras de turismo para Córdoba, la realidad es que ni las altas temperaturas que registra la capital están frenando a unos turistas que a base de agua, abanicos, paraguas y encontrando sombras allá donde pueden están dando vida a una ciudad que en el mes de agosto convierte sus calles en un desierto donde el ambiente solo llega cuando el sol se esconde y los cordobeses se atreven a salir de sus casas.
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