Las Urgencias pediátricas en verano en Córdoba: menos asistencias y más casos de gastroenteritis y traumatismos
Sanidad
En la época estival se reducen a la mitad las consultas en este servicio y los picos suelen producirse al caer la tarde
Este año los especialistas están viendo cuadros de procesos bronquiales, algo poco común en esta época del año
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Córdoba/El verano en Córdoba obliga a todos los ciudadanos a cambiar sus hábitos, incluidos a los más pequeños. El calor insoportable hace que durante el día pasen más horas en casa o en la piscina y sea al caer la tarde cuando salgan a la calle o al parque a jugar. El colegio acaba en junio y las escuelas infantiles en julio, por lo que los virus también desaparecen en esta estación del año. Con este panorama, los casos que atienden las Urgencias pediátricas del Hospital Reina Sofía también son muy distintos a los del otoño o el invierno.
La principal diferencia es el número de pacientes que llega hasta este servicio, alrededor de la mitad, porque como ocurre con los adultos, en verano disminuyen las asistencias a las urgencias. "Hay días que tenemos picos, pero normalmente estamos por debajo de las 100 urgencias diarias", señala Álex Núñez, jefe de sección de Urgencias pediátricas del hospital cordobés. Un día normal de invierno pueden atender en torno a 150 o 160 niños, aunque en los picos estacionales pueden llegar a los 200 o 220.
En verano, también hay algunas horas del día en las que se va más a urgencias. "Eso está ya totalmente documentado y pasa casi en todos los hospitales": suele ser más a partir de la tarde-noche porque coincide con que disminuye la calor y los niños suelen salir más a la calle. En otoño e invierno no hay tanta variabilidad horaria, la asistencia es más uniforme a lo largo del día, aunque siempre existen pequeños picos de incidencia a última hora de la tarde.
También hay diferencia en la edad de los niños que llegan a este servicio. Núñez explica que en el periodo estival "suelen ser de edad escolar porque son los que más están en la calle y jugando", sin embargo, los cuadros virales de otoño-invierno aparecen en niños más pequeños.
Procesos bronquiales poco frecuentes
Los casos que más ven los pediatras del Reina Sofía en verano son cuadros gastrointestinales, aunque también "aumenta mucho la incidencia de traumatismos, fundamentalmente con componente óseo y traumatismos craneales". Además, este año han observado "algo muy curioso" y es que han repuntado los cuadros de procesos bronquiales (no relacionados con virus), que normalmente no se suelen producir en esta época. "Este año, aunque no es la patología más frecuente, sí que hemos observado un aumento de frecuencia", apunta Núñez.
Probablemente -según señala- esté relacionado con que el mes de mayo ha sido lluvioso y junio no ha sido tan seco como en otras ocasiones, lo que ha prolongado un poco más la polinización. Eso es lo que creen los especialistas, pero "tampoco lo tenemos muy claro". "Los pacientes suelen ser niños que ya tienen procesos bronquiales de reproducción y antecedentes de bronquitis, no parece que esté producido por virus", aclara.
Lo que sí es común en esta época es la gastroenteritis, una inflamación del revestimiento del estómago y los intestinos cuyos principales síntomas son los vómitos y la diarrea. Puede estar causada por virus, bacterias, parásitos, productos químicos o reacciones a ciertos medicamentos y alimentos. A las Urgencias del Reina Sofía están llegando algunos cuadros causados por virus, pero también otros en los que han estado involucrados varios miembros de la familia. "Normalmente son procesos infecciosos o relacionados con eventos familiares, con comida en la que se ha roto la cadena de refrigeración adecuada", puntualiza el doctor Álex Núñez. El agua de las piscinas normalmente no suele causar problemas gastrointestinales porque "normalmente está bien tratada".
Algunos de estos pequeños ingresan en Observación y aproximadamente en 24 o 48 horas mejoran y obtienen el alta. "Lo que estamos viendo más frecuentemente son cuadros de vómitos más que diarréicos, entonces, para nosotros lo importante es el estado de hidratación de los niños porque si no pueden tolerar la vía oral, o sea, no pueden ingerir líquidos, tienen más riesgo de que se deshidraten que otros que, aunque tengan diarrea, sí pueden tomar por vía oral".
Respecto a los traumatismos, el doctor señala que fundamentalmente son causados por caídas de bicicletas o patinetes, notando un aumento de los accidentes con eléctricos. Se suelen dar a última hora de la tarde-noche o principio de la noche ya que están relacionados con los horarios del periodo estival: cuando refresca el ambiente, los niños salen con las bicicletas o al parque a jugar. "Fundamentalmente son accidentes de ese tipo más que domésticos", agrega.
Afortunadamente, este verano en las Urgencias del Reina Sofía no han tenido cuadros importantes de ahogamiento en piscinas que hayan requerido un ingreso hospitalario. Lo que sí suelen provocar las piscinas es otitis externa, un clásico del verano que se caracteriza por una secreción a través del oído y dolor que cursa sin fiebre. El tratamiento es tópico, con gotas, y no hace falta un tratamiento antibiótico por vía oral.
Respecto a las hospitalizaciones, no hay un incremento en esta época, sino que incluso disminuyen. "Siempre tenemos que hablar de proporción porque no es lo mismo ingresar en proporción a 80 niños atendidos que ingresar en proporción a 200, pero incluso disminuye en verano porque suelen ser cuadros más banales y los que son agudos, normalmente con 24 horas de observación mejoran y se pueden ir a casa", explica el pediatra. La mayor época de ingresos suele ser el invierno, aunque este año han descendido gracias a la vacuna de la bronquiolitis.
Por último, el doctor recomienda que haya una hidratación abundante con agua, evitar el ejercicio físico y jugar cuando las temperaturas son muy altas y prevenir los accidentes con el uso del casco en la bicicleta y los patinetes. Por otro lado aconseja que en las piscinas los niños estén cuidados y vigilados.
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