Ver no es mirar: Córdoba y el desafío de la imagen en su Bienal

Fotografía

La mirada crítica transforma la fotografía en un arte que se convierte en un vehículo para la reflexión, para la acción

La inauguración de la XIX Bienal de Fotografía de Córdoba, en imágenes

Exposición 'Black Light', de Margaret Watkins, en la Sala Vimcorsa.
Exposición 'Black Light', de Margaret Watkins, en la Sala Vimcorsa. / Juan Ayala
Victoria Adame

23 de marzo 2025 - 06:59

Córdoba/La fotografía ha alcanzado, en el siglo XXI, una relevancia insospechada. No solo se ha democratizado, sino que ha tomado un papel primordial en la construcción de nuestra percepción del mundo. Es un lenguaje más universal que cualquier otro. Las redes sociales han hecho de la fotografía un fenómeno global, un medio a través del cual construimos nuestra identidad, posicionamos nuestras opiniones y conectamos nuestras emociones. Sin embargo, en esta avalancha de imágenes que inunda nuestra vida diaria, la pregunta crucial sigue vigente: ¿Estamos, en realidad, mirando? ¿O simplemente consumimos imágenes sin detenernos a reflexionar sobre ellas?

La Bienal de Fotografía de Córdoba nos obliga a detenernos, a mirar con profundidad, a cuestionar la veracidad de lo que estamos observando. No se trata de consumir una serie de fotografías como si fuesen piezas de un catálogo, sino de interpelarlas, de buscar en ellas lo que no es obvio, de forjar un diálogo con la imagen. Es volver a pensar en la fotografía como un medio cargado de responsabilidad, de intenciones, de reflexiones. Es la fotografía como un arte de la conciencia, como una herramienta de conocimiento y de transformación social.

Las exposiciones que integran esta edición no son solo espacios para admirar el virtuosismo técnico o la belleza compositiva, sino lugares para dialogar con el espectador, para inducirlo a preguntarse qué hay detrás de cada imagen. ¿Qué historia nos está contando? ¿Qué nos está revelando sobre el contexto de su creación? ¿Y sobre nosotros mismos, los que miramos? Este ejercicio de mirada crítica es lo que transforma la fotografía en un instrumento de comunicación genuina, en un arte que no solo se limita a documentar, sino que se convierte en un vehículo para la reflexión, para la acción.

En este tiempo de imágenes fugaces, la Bienal de Fotografía de Córdoba nos invita a preguntarnos, con una precisión inusitada, para qué sirve la fotografía hoy. Más que un acto de registro, la fotografía se presenta como una herramienta capaz de moldear la realidad, de desafiar las narrativas dominantes, de cuestionar las versiones oficiales. La imagen tiene el poder de reconfigurar nuestra percepción del mundo, de crear nuevas perspectivas, de abrir espacios para la interpretación. Es por eso que, en un evento como este, no basta con disfrutar de la imagen, sino con cuestionarla, desmenuzarla, analizarla.

'Black Light', de Margaret Watkins, en la Sala Vimcorsa.
'Black Light', de Margaret Watkins, en la Sala Vimcorsa. / Juan Ayala

Al final, la fotografía no es solo una forma de ver; es una forma de pensar. En este sentido, la Bienal de Fotografía de Córdoba se posiciona como un referente en la escena contemporánea, proponiendo no solo una celebración de la imagen, sino una reflexión profunda sobre su función y su capacidad de influencia. Y, si hay algo que distingue a este evento, es precisamente su capacidad para ir más allá de la superficie, para exigirnos una mirada más crítica, más atenta, más consciente.

La Bienal, como las mejores exposiciones, no termina en el lugar físico de las imágenes, sino en la mente del espectador.

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