Una vida dedicada a los demás
María del Carmen Jiménez-Alfaro Salas. La condesa de Prado Castellano cedió 64.000 metros cuadrados de una finca en Montilla para la construcción del hospital comarcal

Nació el 4 de diciembre de 1935 en Sevilla, donde estaba destinado su padre, Francisco Jiménez-Alfaro y Alaminos, coronel de Caballería, jefe del Regimiento de Caballería Cazadores de Villaviciosa número 14. Montillano de adopción, nació en Las Palmas de Gran Canarias y fue jinete olímpico, siendo capitán en los Juegos de Ámsterdam de 1928. En la competición por equipos obtuvo la medalla de oro a lomos de su caballo Quart d'heure. Más adelante, heredaría el marquesado de Alhendín de la Vega de Granada. Después trasladó su residencia hasta la popular finca de La Retamosa, junto al Hospital Comarcal de Montilla, donde falleció el 6 de mayo de 1973, meses antes de cumplir los 80 años.
Por vía materna es nieta del médico, académico y político montillano José Salas y Vaca (1877-1933). Participó de la dictadura de Primo de Rivera, fue gobernador civil de Huelva, Albacete y Cádiz y gentil hombre de cámara de Alfonso XIII. De ahí que desde su infancia haya estado muy vinculada a Montilla, especialmente desde que su madre, Magdalena Salas y García de Zúñiga, heredó la finca La Retamosa, que ha frecuentado habitualmente. El matrimonio tuvo dos hijos: José Carlos y María del Carmen, quien actualmente ostenta el condado de Prado Castellano.
María del Carmen contrajo matrimonio con Miguel Ángel de Cárdenas y Osuna, en Madrid, el 7 de marzo de 1966 en la iglesia de San Fermín de los Navarros. Él fue ganadero de caballos de pura raza española, uno de los que más contribuyó a la internacionalización del caballo español en la doma clásica. Nació en Écija, ciudad en la que situaron su residencia habitual, lo que le ha permitido mantener vivos sus lazos con Montilla.
Desde la muerte de su madre en Montilla en el año 1994, la condesa de Prado Castellano ha continuado con la labor benefactora que venía ejerciendo en el convento de Santa Clara (siglo XVI), cuyas últimas actuaciones de envergadura han sido financiadas por ella.En 2011, la comunidad religiosa del monasterio abrió las puertas de una zona del monasterio y puede ser visitado por quienes muestren interés en conocer el arte y la historia que han permanecido durante más de cuatro siglos tras los muros de este edificio considerado como una de las joyas más importantes del patrimonio conventual andaluz.
De igual modo, María del Carmen ha colaborado con la rehabilitación del órgano de la basílica de San Juan de Ávila o con la última restauración de la parroquia de Santiago Apóstol, templo al que se encuentra muy unida, especialmente desde el año 2005, cuando fue nombrada madrina de la bendición y camarera de honor de la imagen de Santa María del Socorro.
Siendo alcalde de Montilla Antonio Carpio (IU), la condesa de Prado Castellano respondió en 1998 de manera generosa a la petición que en aquel momento le cursó el Ayuntamiento para tratar de facilitar la construcción del actual hospital comarcal, cediendo más de 64.000 metros cuadrados de la finca La Retamosa para que la Junta de Andalucía pudiera edificar el centro hospitalario. Desde 2004, presta cobertura sanitaria a más de 63.000 habitantes de toda la comarca.
Mujer solidaria y sensible, María del Carmen ha desarrollado igualmente su labor de mecenazgo en numerosas obras sociales en Andalucía, entre las que cabe destacar su decidida implicación en la apertura del comedor social San Juan de Ávila de Montilla, del economato social Virgen del Valle de Écija o del comedor social San Juan de Acre que la hospitalaria Orden de Malta gestiona en Sevilla. Por tal contribución, la entidad reconoció su labor otorgándole la Cruz al Mérito Melitense en un acto que tuvo lugar en Roma en el año 2011. Muchas han sido las instituciones, fundaciones, asociaciones, comunidades religiosas, cofradías y hermandades que han encontrado su ayuda y amparo.
María del Carmen es la octava titular del condado de Prado Castellano, último de los títulos nobiliarios que Carlos IV otorgó en 1790 al linaje de los Fernández de Córdoba. Asimismo, es miembro de la Cátedra Gran Capitán desde su creación, así como integrante del Consejo Regional de la Orden de Malta en Andalucía.
Es de reconocimiento también la labor cultural y social que, junto a su difunto esposo, ha desarrollado en la ciudad sevillana de Écija. La Real Academia Luis Vélez de Guevara en 2016 les nombró académicos de honor de la institución.
Los herederos de José Salas Vaca el 12 de enero de 2017 donaron a Montilla dos escopetas de caza regalo de la infanta Isabel de Borbón, que engrosarán el fondo del archivo histórico local.
El 13 de enero de 2017, Montilla la nombró Hija Adoptiva. En el castillo del Gran Capitán la Corporación municipal formalizó el acuerdo plenario alcanzado por unanimidad de todos los grupos el 13 de diciembre de 2016, a instancias del Consejo Asesor de Patrimonio Histórico. Rindiendo así un homenaje a "una mujer que siempre se ha caracterizado por su labor filantrópica y por su compromiso con los más necesitados", como destacó el Pleno.
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