Ser voluntario en Córdoba: "Una expresión de la solidaridad humana"

Este domingo 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Voluntariado, una oportunidad para visibilizar y agradecer a voluntarios y voluntarias el papel desarrollado a favor de las personas más vulnerables. El voluntariado es la base fundamental de Cruz Roja; es el que permite que se desarrollen miles de proyectos que cada día dan respuesta a las necesidades a millones de personas en nuestro país.

Casi 5.300 personas son actualmente voluntarias de Cruz Roja en la provincia de Córdoba. Es una expresión de solidaridad humana y en esta situación es necesario que más personas se comprometan para hacer de este mundo un lugar mejor. En este sentido, desde el inicio de la pandemia, la solidaridad del voluntariado ha ido en aumento, y han sido muchas las personas que se han acercado a Cruz Roja interesadas en colaborar.

“Una hora de voluntariado se convierte en miles de horas de sonrisas. Sácale partido al tiempo, súmate al voluntariado”, apunta la responsable provincial de Voluntariado de la institución humanitaria, Ana Belén Losada.

En lo que va de año, más de 560 personas dieron ese paso en la provincia, con lo que a día de hoy son ya 5.290 (3.282 mujeres y 2.008 hombres) los cordobeses y cordobesas que colaboran con la entidad.

El grueso de esas incorporaciones corresponde a la capital, donde actualmente están registradas como voluntarias 3.691 personas –el 67% del total-, aunque en los distintos municipios de la provincia donde la organización tiene asamblea –hasta un total de 11- también queda patente la solidaridad y la implicación de la ciudadanía, como demuestran, por ejemplo, los 57 nuevos voluntarios de Puente Genil (para un total de 455), los 30 de Lucena (84 en el censo global), los 14 de Pozoblanco (87 en su conjunto), los 12 de Montilla (124 en el censo de la asamblea). los 11 de Palma del Río (160), los 10 de Rute (para 70 totales) o los 8 de Valle del Guadiato (192 totales) o los 16 de Montilla.

Algo menos numeroso, pero igual de importante, es el apoyo encontrado en otras asambleas, como Priego de Córdoba, donde se registraron cinco incorporaciones (88 en total); Baena, también con cinco nuevos voluntarios (y un censo de 176 personas); Villanueva de Córdoba, con 4 altas para un total de 50 colaboradores; e Hinojosa del Duque, que incorporó a tres personas más y cuenta con 42 vecinos inscritos como voluntarios.

¿Cómo son las personas voluntarias de Cruz Roja?

Los voluntarios de Cruz Roja se definen como personas participativas, motivadas, comprometidas con las personas vulnerables, polivalentes y que trabajan en equipo. Y sobre todo, el voluntariado se caracteriza por su diversidad: cada persona voluntaria de Cruz Roja ha recorrido un camino diferente para llegar a formar parte de la Organización; algunas hablan de “devolver” a la sociedad lo que esta le ha dado tras haber superado una grave enfermedad; otras hablan del voluntariado como aquello que les ha ayudado a encontrar “su propósito de vida” y otras afirman que para ellas “la felicidad empieza en Cruz Roja”.

El 62% de las personas voluntarias de Cruz Roja en la provincia de Córdoba son mujeres, con una edad mayoritaria de entre 21 y 30 años. Aunque hay voluntarios y voluntarias de todas las edades, desde mayores de 65 años hasta los más jóvenes. Para los menores de edad, existen figuras de afiliados/as y proyectos de Cruz Roja Juventud, en los que niños, niñas y adolescentes pueden empezar a recorrer su camino solidario en Cruz Roja.

¿Qué puedo hacer como voluntario?

También es diversa la actividad que realiza el voluntariado de Cruz Roja en la provincia de Córdoba. Esto garantiza que cualquier persona con inquietudes por ayudar a los demás pueda encontrar una que se ajuste a sus necesidades, sus capacidades e intereses.

Así, garantiza la respuesta en las emergencias, y en los grandes eventos a través de sus servicios sanitarios. También han sido varios los voluntarios cordobeses que, por ejemplo, han participado en la respuesta al volcán de La Palma.

El voluntariado también acompaña a personas mayores que sufren soledad, tanto en sus domicilios como en actividades en la calle, organizando con ellas excursiones, paseos saludables, o talleres de memoria, para fomentar un envejecimiento activo. Además, apoya a menores en dificultad social, por ejemplo, ayudándoles en los estudios, o realizando actividades lúdicas que fomenten a través del juego los valores de ciudadanía.

Otra de sus labores son orientar, formar y ayudar a personas desempleadas a encontrar oportunidades laborales, desde jóvenes, a mujeres víctimas de violencia de género o mayores de 45 años.