El Córdoba CF, Iván Ania y los mensajes

El Escáner | Análisis de la jornada 1

El estreno ante un aspirante real sirvió para desnudar la pretendida candidatura al ascenso del CCF

El técnico solo alineó de inicio a tres fichajes y, en el segundo tiempo, dejó dos cambios sin hacer

Las notas de los jugadores del Córdoba CF ante el Ibiza

Albarrán se lamenta tras una ocasión fallada en el Córdoba CF - Ibiza.
Albarrán se lamenta tras una ocasión fallada en el Córdoba CF - Ibiza. / Juan Ayala

El Córdoba CF arrancó la temporada lejos del equipo que quiere ser. Más allá de algunos detalles positivos en los que deberá ahondar para empezar a sumar puntos, el conjunto blanquiverde demostró debilidades importantes que cuestionan de manera muy seria esa pretendida y autoimpuesta candidatura al ascenso a Segunda División. Ante un equipo que de verdad ha apostado por tener garantías para pelear por ese objetivo como es el Ibiza, los blanquiverdes sucumbieron en un duelo decidido por detalles de calidad y que deja varios mensajes para analizar más allá del plano meramente futbolístico.

Las expectativas de este nuevo Córdoba son altas, porque así lo han buscado desde el propio club. Fue el propio consejero delegado, Antonio Fernández Monterrubio, el que fijó el ascenso como único objetivo a perseguir. Lo hizo antes incluso de disponer de un cuerpo técnico y con la plantilla todavía sin hacer. Se esperaba entonces que esas palabras encontraran refrendo con la apuesta económica de la propiedad y con el trabajo de los técnicos en el mercado de fichajes. Pero el verano ha transcurrido alejado de esos lares para la entidad de El Arcángel.

Caprichos del calendario, al Córdoba CF le correspondió en suerte arrancar el campeonato ante uno de los equipos más fuertes del Grupo 2 de la Primera Federación. Quizás el que más. Un Ibiza que ha vivido un verano de reconstrucción después de su descenso, pero que ha optado por una política de hechos consumados por encima de mensajes ambiciosos pero vacíos de contenido.

De la ambición del Ibiza habla su apuesta económica y la confección de una plantilla que ya en la primera jornada de liga ha dado un golpe encima de la mesa, dejando claro que la calidad diferencial de sus futbolistas será la que decante la balanza en muchas ocasiones ante partidos relativamente igualados, como fue el de El Arcángel.

Pocas pujas de mercado ha perdido el conjunto pitiuso, del que muchos aficionados señalan que ha conformado una plantilla más fiable y sólida que la que tenía la pasada campaña en Segunda División. Y quieren más, porque en la isla no para de sonar el nombre de Rubén Castro como refuerzo de campanillas para redondear un plantel que marca diferencias desde la primera jornada. La ambición sobre el césped, sin más. El fútbol es un deporte tan fascinante que acumular talento y experiencia en una plantilla no garantiza la consecución de ningún objetivo, pero bien es cierto que ese es el camino más corto hacia el éxito. El Córdoba CF, por motivos que tendrán que explicar sus dirigentes, ha decidido coger otro.

El llamativo primer once inicial

Dejando de lado las enormes diferencias en cuanto a la planificación de los dos equipos que se batieron el cobre en El Arcángel, las primeras decisiones de Iván Ania en la temporada también arrojan llamativos mensajes, pretendidos o no, de la realidad en la que ahora mismo se encuentra el conjunto blanquiverde.

Para empezar, el técnico asturiano alineó de inicio a los ocho jugadores que se mantienen en la plantilla de la temporada pasada. Únicamente tres caras nuevas encontraron un sitio en el once inicial. En muchos casos, la razón no era otra que la falta de alternativas naturales que doten de mayor profundidad al equipo. Y es que el Córdoba ha fichado, sobre todo, tarde. Y ahora, lógicamente, harán falta semanas para que jugadores como Recio, Isma Ruiz, Toril, Iván Rodríguez o Carlos García -los últimos en llegar- puedan empezar a responder a esa confianza depositada en ellos.

De esos ocho futbolistas que se mantienen en el club y que fueron titulares ante el Ibiza, en no demasiados casos se notó un cambio importante de actitud y aptitud. En algunos casos, quizás es que no se puede esperar más; en otros, cabe esperar una mejoría notable y un reseteo mental necesario para ofrecer el mejor desempeño posible sobre el césped.

Tampoco puede obviarse como otro mensaje velado que deja el estreno del Córdoba CF el hecho de que Iván Ania no agotase los cambios, realizando únicamente tres sustituciones en el segundo tiempo. Recio y Adilson Mendes fueron las primeras soluciones que buscó el técnico para tratar de rearmar a su equipo cuando ya desfallecía con el 2-2 en el marcador. Toril, ya a destiempo y con la rémora del 2-3, fue el último asidero en busca del empate. A ninguno de los tres se les puede juzgar por un puñado de minutos en los que apenas entraron en juego.

Por llamativo que suponga la renuncia a exprimir esa posibilidad de hacer cinco cambios, la realidad es que una mirada al banquillo del que disponía el Córdoba CF basta para comprender la actuación de Iván Ania. Al técnico le quedaron como recursos inutilizados el meta suplente -LLuís Tarrés-, así como dos defensas -Adri Castellano y Carlos García- y un mediocentro defensivo -Isma Ruiz-. La convocatoria la completaron hasta cuatro futbolistas del filial: Vázquez, Paco Fernández, Óscar Jiménez y Calero. Nombres que, por mucho que durante todos los verano se repita la cantinela de la apuesta por los jóvenes, habrá que esperar a ver en el Córdoba B, porque con la exigencia autoimpuesta a la primera plantilla resulta difícil sacarlos a escena.

Los detalles positivos

Y pese a todos esos elementos que no resultan nada halagüeños para las aspiraciones del Córdoba CF, no es menos cierto que el equipo blanquiverde rayó a un nivel bastante aceptable si se tiene en cuenta el contexto. Con las circunstancias propias ya expuestas y un rival enfrente de un nivel tan alto, el equipo de Iván Ania fue capaz de levantarse del primer revés sufrido y voltear el marcador, para posteriormente mantenerse con opciones de puntuar hasta la desgraciada jugada que decantó el choque, ya dentro de los diez minutos finales.

Si bien es cierto que el dominio de las áreas, especialmente la propia, es una tarea en la que el Córdoba CF tiene un enorme margen de mejora, la idea de juego planteada por el técnico y la buena actuación de hombres que deben ser importantes como Albarrán, Álex Sala o Casas pueden ser aspectos a los que agarrarse para huir del tremendismo que puede llegar tras una derrota en el estreno en liga.

El Córdoba CF aún está a tiempo de todo. Puede mejorar, y a buen seguro lo hará, sobre el césped. Y puede también enmendar al menos una cierta parte de su planificación en la última semana del mercado. De la ambición que el club demuestre en el remate de la plantilla puede depender en un porcentaje importante el devenir de un curso en el que la disonancia entre los mensajes de ambición y los hechos consumados sigue siendo notable.

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