El Córdoba CF desacelera entre carencias y fatiga

El Escáner | Análisis de la jornada 21

Los blanquiverdes acumulan un pobre bagaje de seis puntos sobre 15 en las últimas cinco jornadas

Las constantes lesiones y la falta de refuerzos han colocado a la plantilla en una situación complicada

La pillería de Carlos García para forzar su sanción tras el Córdoba CF - Murcia

Simo se lamenta tras una ocasión fallada en el Córdoba CF - Real Murcia. / Miguel Ángel Salas

El ritmo frenético con el que el Córdoba CF terminó el 2023 parece ya cosa del pasado. Los blanquiverdes, con el empate de este pasado sábado ante el Real Murcia, han culminado un tramo de cinco encuentros bastante mediocre en lo que a puntuación se refiere justo después de encadenar el más brillante del curso precisamente en las cinco jornadas anteriores. Una desaceleración que ha llevado al equipo a decir prácticamente adiós a sus opciones reales -más allá de las matemáticas- de pelear por las dos primeras plazas y cuya explicación puede encontrarse en el momento físico que atraviesa una plantilla golpeada por la acumulación de lesiones y lastrada por la inoperancia de la entidad a la hora de buscar refuerzos.

Ante el Murcia, los hombres de Iván Ania volvieron a merecer más de lo que consiguieron, pero también dejaron patente una semana más que han perdido esa frescura y el punto de chispa que habían alcanzado para encadenar victorias con una solvencia insultante entre el mes de noviembre y la primera mitad de diciembre. Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja para un conjunto que ya cerró el curso con empate y que en 2024 solo ha sido capaz de ganar un partido de cuatro posibles.

El balance, justo después de haber hecho un inmaculado pleno al 15, es de seis puntos de los últimos 15 posibles. Números a todas luces insuficientes para aguantar en la exigente pelea por alguna de las dos primeras plazas, tiranizadas por el Castellón y el Ibiza, y bastante justitos si se aguantar entre los cinco primeros hasta el final del curso se trata.

Son muchos los detalles que evidencian el bajón, pero uno de los más significativos está en el ataque. El Córdoba CF ha pasado de hacer 14 goles en esas cinco victorias que enganchó de manera seguida a marcar únicamente tres dianas en los próximos cinco encuentros. Las miradas de muchos se han dirigido de nuevo al papel de la delantera y la falta de pegada vuelve a estar en el entorno del equipo, pero no parece un argumento demasiado sólido para una plantilla que cerró la primera vuelta siendo la tercera que más goleadores con 33 tantos en su hoja de servicio.

Esa falta de inspiración ofensiva que ha empobrecido los números del equipo parece más asociada al precario estado físico de la plantilla, con varios de los hombres claves para Iván Ania agotados y pidiendo un relevo a gritos que no llega porque los recursos están bajo mínimos. Para muestra, la última convocatoria, en la que Ania tuvo únicamente 16 jugadores del primer equipo en disposición de saltar al terreno de juego. Eso ha provocado que futbolistas como Calderón, Diarra, Carracedo o Adilson Mendes hayan ido perdiendo frescura con el paso de los partidos y otros como Carlos García o Isma Ruiz hayan caído lesionados con problemas musculares.

El retraso en los fichajes

En esa complicada coyuntura, la plantilla tampoco ha encontrado el alivio de la comisión deportiva en forma de fichajes que aportasen frescura y agrandasen el catálogo de opciones del técnico en un momento de la temporada clave, cuando arranca la segunda vuelta del campeonato.

El Córdoba CF empezó el mercado de enero con las cartas marcadas y las necesidades perfectamente detectadas. Hacía semanas que el club había asumido e incluso había comunicado de manera pública que pretendía reforzarse en ataque con un futbolista versátil. Además, el contratiempo de salud de Gudelj evidenció la obligación de hacerse con un recambio para el puesto de central.

Sin embargo, y pese a tener la hoja de ruta claramente trazada, el club ha visto pasar las semanas, hasta cuatro, sin más movimiento que la salida de Christian Delgado al Numancia. Una manera de proceder extraña en una entidad que en boca de su CEO, Antonio Fernández Monterrubio, aseguró en verano que dentro de la planificación deportiva se había reservado un remanente económico con vistas a este mercado de invierno. Una partida extra que a escasos días del cierre del mercado sigue sin haberse utilizado, con el consiguiente perjuicio para el equipo y asumiendo el riesgo que supone llegar a los últimos días de esta ventana de fichajes con los deberes aún pendientes.

Los rivales aprietan

La consecuencia de ese cúmulo de factores es que el Córdoba ha perdido fuelle, en juego pero sobre todo en resultados, en un tramo del curso en el que los equipos que van a pelear por el ascenso han dado un considerable apretón. El Castellón y el Ibiza mantiene sus estratosféricos números para distanciarse ya de manera sideral de los blanquiverdes, mientras el Málaga ha sabido salir de un bache de tres semanas sin ganar y el Recreativo de Huelva solo ha perdido un partido en las últimas cinco semanas.

El Córdoba es, en ese tramo del curso, el equipo que menos ha sumado de entre los cinco primeros. Con todo, resulta meritorio el desempeño de la plantilla y el cuerpo técnico en una situación complicada como la que se ha presentado en las últimas semanas por todos esos motivos expuestos. Con menos brillantez, falta de frescura en las piernas y pidiendo refuerzos a gritos, el equipo ha sido capaz de minimizar los daños y encajar una sola derrota, lo que le ha permitido mantener ciertas distancias respecto a la sexta plaza.

Con todo, la desaceleración del equipo resulta evidente y empieza a ser un motivo de preocupación que el club ya tarda en atajar si realmente quiere reforzar con hechos ese objetivo marcado de ascender a Segunda División.

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