La tribuna
Voto de pobreza
El Escáner | Análisis de la jornada 11
El Córdoba CF sacó de su paso por La Rosaleda un punto que va mucho más allá de lo que significa en la clasificación. El empate cosechado ante el Málaga se antoja corto por los méritos acumulados por el equipo de Iván Ania en uno de los feudos más complicados de la categoría, pero sirvió para poner de manifiesto que el conjunto blanquiverde es capaz de competir con los rivales más exigentes e incluso de mostrarse dominador, gracias a una propuesta de juego que semana a semana va calando en un grupo que va a más. Y así empiezan a indicarlo ya los resultados de manera inequívoca.
El último mes de competición ya había sido bastante convincente para un Córdoba capaz de enlazar tres victorias consecutivas en El Arcángel, corrigiendo ese déficit con el que arrancó el curso, y que semana a semana ha ido dado pasos de gigante en la consolidación de las ideas que su equipo quiere plasmar sobre el terreno de juego.
Sin embargo, el buen momento que atraviesan los de Iván Ania había que calibrarlo en un escenario de la máxima exigencia y, en ese sentido, la visita a La Rosaleda funcionó como una reválida para un equipo que mereció el triunfo y que, si no salió del feudo malaguista con él, fue por su falta de concreción a la hora de culminar las múltiples ocasiones de gol de las que dispuso.
Después de ir por delante en el marcador durante muchos minutos y controlar el ritmo del juego atosigando al rival casi en todo el partido, el botín conseguido en La Rosaleda puede saber a poco, sobre todo si se tiene en cuenta que el Málaga sigue a ocho puntos de distancia y que los dos primeros equipos, el Castellón y el Ibiza, no aflojan su ritmo de récord. Pero sin perder de vista todo eso, y con 28 partidos todavía por delante, en El Arcángel prefieren quedarse con los aspectos positivos de un equipo que no deja de crecer y que tiene una propuesta de juego con la que está siendo capaz de someter -más allá de los resultados- a todos los rivales que se le ponen delante.
A estas alturas ya nadie duda de que Iván Ania ha sido capaz de convencer a los jugadores de que el camino indicado para pelear por el ascenso es esa propuesta de juego que el asturiano plasma cada domingo sobre el césped. Una idea de equipo vertical, valiente y ambicioso que busca la victoria en cualquier campo, sin importar el contexto.
Envuelto en una dinámica de cuatro victorias y un empate en sus últimos seis partidos, el Córdoba CF vive un momento en el que se le pueden poner pocos peros. Pero eso no quita para que el equipo tenga todavía un amplio margen de mejora en aspectos que son tan trascendentales para decantar los partidos de un lado o el otro.
El minuto 86 del partido en La Rosaleda, que empieza con una ocasión clarísima del Córdoba para el 0-2 y finaliza con el gol del empate del Málaga, ejemplifica a la perfección dónde deben mejorar los blanquiverdes. Y es que el desempeño en las áreas sigue lastrando a un equipo capaz de someter a su rival en muchos metros del campo, pero que no fluye de igual manera a la hora de definir y que tampoco termina de mostrar una solvencia insultante para defender el arco de Carlos Marín.
Más preocupante que esa pasividad mostrada en el gol malaguista es la cantidad de ocasiones que el Córdoba perdona prácticamente en cada partido. Si se echa la vista atrás para recordar el duelo ante el Recreativo, junto al de La Rosaleda, parece inexplicable que tras acumular más de una decena de ocasiones claras de gol en ambos choques el conjunto cordobesista solo haya sido capaz de hacer dos dianas.
Los números son claros, y mientras el Córdoba ha hecho 14 goles (bien es cierto que con un partido menos), otros aspirantes al ascenso acumulan cifras abrumadoras en ese aspecto, como el Castellón con 27 dianas o las 24 del Ibiza.
Ese poderío ofensivo diferencial no lo tiene, o al menos de momento no lo ha mostrado, un Córdoba CF más coral que crece paso a paso, sin descollar aún pero en una clara línea de progreso que invitar a creer en sus opciones de acabar instalado en la zona noble. Con prudencia, pero sin complejos, tal y como se muestran los de Ania en el césped.
También te puede interesar
Lo último
La tribuna
Voto de pobreza
Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
La financiación autonómica, ¿Guadiana o Rubicón?
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Retorno de Páramo
No hay comentarios