Una permanencia más barata

La victoria ante Las Palmas con la que el Córdoba cerró la jornada 19, última del año natural, permite ver las cosas con otra perspectiva en el cuadro blanquiverde. Pese a la situación complicada que todavía vive el equipo, el optimismo es ahora el sentimiento imperante, pues ver los puestos de salvación a tiro de un partido (dos puntos de distancia) resulta todo un alivio. Y lo cierto es que ese sentimiento optimista encuentra cierto respaldo en los números generales de la categoría, que indican que LaLiga 1|2|3 exigirá este año menos a los equipos que logren eludir el descenso. Eso es, al menos, lo que se extrae de la comparativa del presente curso con el anterior.

Para empezar, el Córdoba tiene 17 puntos tras 19 jornadas, cuatro más de los 13 que sumaba hace un año a estas mismas alturas. El 2017 se cerró con una jornada más disputada, la 20, tras la que el conjunto cordobesista tenía 16 puntos, uno menos de los actuales con un partido más disputado. La mejoría no es sólo propia, pues los dos puntos de distancia respecto a la permanencia que ahora debe recuperar el equipo de Curro Torres eran ni más ni menos que nueve el curso pasado, y seis tras la victoria en la jornada vigésima, lograda con goleada al Reus (5-0) en El Arcángel.

Y es que el curso pasado la barrera de la permanencia tras 19 jornadas la marcaba el Albacete, con 22 puntos. En la presente temporada, el Tenerife es el que ocupa ese último puesto de permanencia, con 19 puntos.

Esa tendencia es la que impera este año en la categoría de plata, fruto del mayor rendimiento de puntos conseguido por los equipos de la zona alta, lo que está encareciendo sobremanera la pelea por el ascenso y dejando a los equipos de la zona baja en unos guarismos más bajos. Como ejemplo basta señalar que el Huesca era líder el curso pasado a estas alturas con 36 puntos, mientras que en la actual el Granada es el que comanda la tabla, con 38 unidades, seguido del Albacete, con 37.

Esa menor exigencia es una de las razones a la que se agarran en la casa blanquiverde para ver la botella medio llena, a pesar de que a nadie se le escapa que el Córdoba tendrá que incrementar bastante su ritmo de puntuación en la segunda parte del campeonato para llegar al objetivo marcado de mantener la categoría y salvar una situación que se complicó desde primera hora.

Con todo, la primera cota para valorar el estado general de las cosas aún no se ha alcanzado, y será el final de la primera vuelta, de la que todavía restan dos jornadas por disputarse. Tras ganar a Las Palmas, los más optimistas en el club blanquiverde están convencidos de que el pleno de seis puntos es posible en los dos siguientes compromisos, ante el Nástic en Tarragona y con la visita del Rayo Majadahonda a El Arcángel. El calendario ha querido que el Córdoba se enfrente a dos rivales directos, en teoría equipos a los que debería superar si no quiere agravar su situación.

Dos rivales de su liga

Y es que los granas son los colistas con un pobre bagaje de 13 puntos y los madrileños apenas suman 20, tres más que el Córdoba, después de encadenar tres derrotas consecutivas que les han colocado en su realidad, la que dicta que tendrán que luchar a brazo partido por la permanencia.

Si ese acelerón llega y el Córdoba es capaz de cerrar la primera vuelta con el objetivo marcado de los 23 puntos, las cuentas para la permanencia pasarían en el segundo tramo de la competición por igualar prácticamente esos puntos o superarlos levemente. Y es que vista la tendencia de la Segunda en esta temporada, se antoja complicado que sean necesarios los tradicionales 50 puntos para salvarse. La permanencia apunta a ser más barata y eso es un motivo más para ser optimistas en un Córdoba al que la victoria en su último partido le ha cambiado totalmente la perspectiva de su realidad.