La crisis del Córdoba CF: serenidad y confianza frente al peso de los números
Córdoba CF
Los blanquiverdes son el peor equipo del Grupo I en las nueve jornadas que dura su mala dinámica
Los de Germán Crespo han pasado de promediar 2,4 puntos por partido a un punto cada dos jornadas
Juanito: "Vamos a confiar en que el equipo esta semana pueda dar un golpe sobre la mesa"
El Córdoba CF ha decidido redoblar la confianza en su actual cuerpo técnico y la plantilla de la que dispone pese a la pronunciada crisis de resultados que arrastra. Después de la dura derrota encajada en Fuenlabrada, Germán Crespo perdió prácticamente todo el apoyo popular con el que contaba, aunque el club sigue manteniendo su convicción en que la situación es reversible, pese a los preocupantes números que arrastra un equipo que lleva nueve jornadas en caída libre.
Y es que cualquier valoración de este tremendo bache, por exagerada que parezca, está totalmente justificada si se acude a la frialdad de los números. Son esas cifras las que dejan bien a las claras que el Córdoba ha pasado del todo a la nada de una manera alarmante y nunca antes vista. Una caída a plomo, sin tan siquiera una fase de estabilización o leves muestras de recuperación, para pasar de ser el mejor equipo del Grupo I de la Primera Federación a convertirse en el peor.
Y es que los blanquiverdes nadaban en la abundancia de los puntos y los goles a favor hasta la jornada 15 del campeonato. Hasta ese momento, el equipo entrenador por Germán Crespo había conseguido un botín sobresaliente, con 11 victorias, tres empates y una sola derrota. El balance era muy positivo, con 36 puntos en el casillero, el liderato en el bolsillo y un promedio ganador de 2,4 puntos por parte. Un ritmo que ningún rival podía mantener y que marcaba de manera clara el camino hacia la Segunda División.
El Córdoba era un equipo arrollador, con una demoledora pegada que le llevó a hacer 31 goles en ese tramo inicial de la temporada. Más de dos goles de promedio por partido para un equipo que solo había encajado diez tantos, la mayoría de ellos en victorias holgadas y sin ninguna consecuencia negativa para su buena dinámica.
Y de una situación idílica y privilegiada, el Córdoba pasó a vivir la racha más grave y desconcertante de los últimos años. De un extremo a otro, sin medias tintas. Algo sucedió a partir de esa jornada 16 en la que los blanquiverdes fueron goleados por el Alcorcón (3-0), por aquel entonces el equipo que acechaba desde la segunda plaza a los de Germán Crespo. Porque lo cierto es que desde aquel mal partido en el Santo Domingo de la localidad madrileña, al conjunto blanquiverde no hay quien lo reconozca.
Las cifras hablan por sí solas. En nueve partidos, el Córdoba ha ganado uno, empatado dos y perdido la friolera de seis. En ese tramo negro de la temporada, el equipo de Germán Crespo ha encajado 13 goles y solo ha sido capaz de materializar cinco. En cuanto a los puntos, un cinco de 27 desolador, para convertirse en el peor equipo de la clasificación de las últimas nueve jornadas. De líder a colista sin pasar por un término medio. Algo insólito se mire por donde se mire.
La comparación entre esas dos partes de la temporada resulta sangrante, teniendo en cuenta que el Córdoba pasó de promediar 2,4 puntos por partido a sumar solo 0,5 por encuentro. O lo que es lo mismo, en estas últimas nueve semanas el equipo blanquiverde marca un ritmo de un mísero punto sumado cada dos encuentros. Números que hacen imposible aspirar a cualquier objetivo.
En lo que a las cifras de goles se refiere, la caída es igualmente abrupta. El CCF hacía 2,1 goles por partido en las primeras 15 jornadas de liga. Ahora, desde la decimosexta fecha del campeonato, el equipo promedia un triste 0,5 goles por encuentro. De nuevo un desconcertante paso del todo a la nada. De ser el equipo más goleador de la liga, al peor en ataque.
El club aguanta el tipo
Pese a lo alarmantes que resultan los números, claros y diáfanos a la hora de hacer un diagnóstico de la situación del equipo, el Córdoba CF mantiene su confianza en el actual cuerpo técnico, del que espera que pueda revertir la delicada situación actual junto a la plantilla de la que dispone.
Una decisión valiente que, en cierto modo, va en contra del viento que ya sopla en el entorno del club y que ponía en bandeja tomar la decisión de destituir a Germán Crespo. Los números del Córdoba, a la vista está, justifican sobradamente el cambio de rumbo en el banquillo. Pero los rectores de la entidad, que valoran por encima de todo la estabilidad del proyecto, han optado por mantener la calma en el momento de mayor tensión. En espera de que el equipo pueda frenar por fin esa caída a plomo que está protagonizando, el tiempo será el que dicte sentencia sobre la conveniencia de esta apuesta por la continuidad.
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