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Dragisa Gudelj volvió a nacer el 25 de marzo. Aquel día, el futbolista del Córdoba CF sufrió un episodio de muerte súbita que puso en serio riesgo su vida, pero su fortaleza y la rápida intervención de los servicios sanitarios evitaron una desgracia que ahora el jugador quiere revertir en un ejemplar regreso a la práctica deportiva. El joven neerlandés de nacimiento, pero serbio de origen y corazón, ha pasado meses muy duros, pero ya solo visualiza su nueva vida, centrado más si cabe en el fútbol, su familia y la gente que le ha ayudado a pasar un trance tan traumático que le ha hecho crecer como persona en solo unos meses.
Al tratarse de un caso tan especial, el Córdoba CF quiso escenificar la renovación de Dragisa Gudelj con un acto celebrado en el concesionario BMW San Rafael Motor, uno de los principales patrocinadores de la entidad. Allí pudo verse a un Gudelj emocionado relatando lo vivido estos últimos meses pero también feliz e ilusionado con lo que le depara el futuro y con la posibilidad de convertirse en el líder del conjunto blanquiverde.
Arropado por el consejero delegado, Antonio Fernández Monterrubio, así como los miembros de la dirección deportiva Juanito y Raúl Cámara, el defensa quiso agradecerles el apoyo mostrado en su momento más difícil: "Dar las gracias a Antonio y a Juanito por su confianza y por estar desde el primer día conmigo. Muchas gracias por el cariño de todos los cordobesistas, que me han ayudado mucho en estos últimos meses que han sido muy difíciles para mí. Aquí estoy, fuerte y con muchas ganas de empezar ya. Echaba de menos a la gente del club y ya solo estoy pensando en positivo".
Sin poder contener las lágrimas al verse de nuevo donde quería estar, Gudelj, reconoció que lo ha pasado mal: "Es algo especial para mí. He pasado meses bastante duros y en un momento pensaba que no podría estar aquí. Pero con la gente, la familia, los amigos y todo el Córdoba CF me han ayudado para estar de vuelta y estar más fuerte que nunca. Ahora solo hay que pensar en lo positivo, el fútbol, la familia y la gente que me quiere. Tengo muchas ganas de pensar ya solo en eso".
La actitud positiva con la que Dragisa afrontó ese serio percance le ha ayudado mucho, pero también el apoyo que siempre ha recibido. "Tengo que dar las gracias a los que han estado cerca de mí, siempre ayudándome. Me ha ayudado que soy una persona fuerte, de Serbia, que allí hemos pasado cosas duras. Eso seguro me ha ayudado a estar aquí ahora. Ha sido difícil pero me ha ayudado mucho a crecer como persona y como jugador", aseguró.
Si todo va según lo previsto y Gudelj vuelve a jugar en la primera jornada de liga, habrán transcurrido solo cinco meses desde el 25 de marzo, algo que en ese momento parecía impensable, incluso para él. "La primera semana que estaba ingresado en el hospital, y Juanito lo sabe que estaba conmigo, estaba hablando de volver ya la misma temporada. Soy así, siempre quiero pensar lo positivo y quería volver, pero eso no era real. Después, cuando llegué a casa, ahí lo asimilé todo, viendo las imágenes y la reacciones de la gente. Lo pase bastante mal, pero ahora estamos con el equipo, feliz de estar desde el primer día. Me siento muy bien y con la cabeza ya en esa primera jornada", reconoció.
El joven central reconoce que el DAI (desfibrilador automática implantable) que ahora le acompaña de por vida ya forma parte de él, tras la lógica adaptación: "El primer mes me sentía muy raro, pensaba que así no podía vivir, pero después de un mes ya no lo noto, es como parte de mi cuerpo. El doctor me ha visto hoy entrar en duelos, con confianza y yo me siento bien". Eso también se refleja en el día a día con el equipo, en el que ha trabajado con total normalidad: "En el primer entrenamiento tuve un minuto de pensar que estaba en el campo otra vez, pero desde entonces ya no pienso más en eso y estoy centrado".
En todo este proceso que ha vivido, Dragisa Gudelj ha tenido dos apoyos importantes, el de su hermano Nemanja -futbolista del Sevilla FC- y el del danés Christian Eriksen, jugador del Manchester United que pasó por un percance similar y que ha querido ayudar en ese trance al joven jugador balcánico. "Erikssen es un ejemplo para mí. Darle las gracias a él porque me ha ayudado muchísimo en estos meses, porque me entendía como persona por haber pasado lo mismo que yo. Sigo en contacto con él, me ayudó mucho y seguro que me ha ayudado mucho en el crecimiento de estos meses", apuntó Dragi.
En cuanto su hermano Nemanja, su gran referente, Gudelj se emocionó al hablar de él: "Mi hermano lo pasó mal, pero tenía que dejar sus emociones al lado y ayudarme lo máximo posible. Él siempre me dice que no sabe si podrá venir a verme porque esas cosas son algo que se quedan en la cabeza. Estaba en la selección cuando esto me pasó y me ayudó cada día, hablamos de todo".
Dejando de lado esas fuertes emociones por el regreso a la normalidad, Gudelj reiteró que está "muy orgulloso de estar aquí, de vuelta con la camiseta del Córdoba CF y ya solo quiero pensar en el futuro". Un futuro en el que muchos le ven como capitán del equipo, algo que él reconoce que le gustaría: "Claro que me gustaría ser capitán. Yo me siento el líder del equipo con o sin brazalete. El año pasado teníamos a Javi Flores como capitán y el equipo lo apoyaba mucho a él como líder. Obviamente sería un orgullo para mí ser capitán del Córdoba CF, aunque dependerá del míster, que es quien decide todo. Pero yo voy a ser líder del equipo con o sin brazalete".
Con esa fuerza y la capacidad de superación que ha demostrado, y más allá de quien termine portando el brazalete en los partidos, que nadie dude de que el Córdoba CF tendrá un líder en la zaga, con el dorsal 8 a su espalda y un nombre que pronto volverá a resonar en la grada de El Arcángel. Dragisa Gudelj ha vuelto.
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