La baja de Gudelj, un serio inconveniente para el Córdoba CF

El problema de salud que Dragisa Gudelj sufrió en la visita del Córdoba CF a Melilla supone un serio contratiempo para el conjunto blanquiverde. Más allá de que, evidentemente, la prioridad es el bienestar del futbolista, lo cierto es que el aspecto meramente deportivo el equipo que entrena Iván Ania perderá a un efectivo prácticamente irremplazable durante un tiempo indefinido, dejando su retaguardia cogida con pinzas para este tramo final del 2023 en el que el CCF tiene que recibir al Castellón y visitar al Atlético Baleares.

Y es que, después de que el Córdoba CF comunicase que Dragisa Gudelj tendría a partir de ahora un plan específico de entrenamiento al margen del grupo, es evidente que el central pasa a ser baja de manera indefinida hasta que los exámenes médicos a los que debe someterse vayan arrojando luz sobre ese episodio vivido en Melilla, su posible relación con el que ya padeció en marzo en el partido ante el Racing Ferrol y las consecuencias que de ello se derivan para el futuro del jugador.

Todo ese proceso requerirá de un tiempo indeterminado ahora mismo, pero no precisamente corto, y aunque en el horizonte ya se atisba el parón navideño, la competición no se detiene por el momento y en el Córdoba ya se hacen a la idea de que, en el mejor de los escenarios, el equipo tendrá que afrontar este tramo final del 2023 sin Dragisa Gudelj.

La ausencia del central neerlandés de origen serbio es un contratiempo muy serio para el conjunto blanquiverde. La importancia de Gudelj en el juego del equipo es estructural, al tratarse del central más fiable de la plantilla y del futbolista en el que Iván Ania volcaba la responsabilidad de iniciar el juego de su equipo desde campo propio. La importancia del zaguero balcánico en este Córdoba CF queda patente si se observa que, hasta llegar al partido de Melilla, Gudelj era el único jugador de la plantilla que había completado todos los minutos de juego de los 14 primeros partidos de liga de su equipo.

Tras este contratiempo, Iván Ania se encuentra con una doble dificultad en el horizonte. Por un lado, la obligación de sustituir a uno de sus mejores futbolistas, con la pérdidas de garantías que eso supone para un equipo que empezaba a funcionar como una máquina perfectamente engrasada. Por otro, la escasez de recursos con la que el técnico debe lidiar en la zona de los centrales.

Una defensa bajo mínimos

Ya desde el comienzo de la temporada los dos puestos centrales de la defensa eran los que más carencias presentaban en el Córdoba CF. El conjunto blanquiverde llevó a cabo una planificación bastante extraña en ese aspecto, al apostar por Gudelj y Lapeña como únicos centrales natos al principio del verano. Junto a ellos se contaba con la posibilidad de acoplar a ese puesto a Adri Castellano, un futbolista cuya posición natural está en el lateral izquierdo. A pocos días del cierre del mercado de fichajes y con el arranque de liga en ciernes, el club acabó cerrando la cesión de Carlos García, que llegó procedente del Cádiz para sumar una pieza más a ese engranaje defensivo.

Pese a todo, esa línea defensiva es la que más problemas ha dado a Ania desde que arrancó el curso. Y es que Adri Castellano se lesionó a las pocas semanas de empezar la liga, sin ni siquiera haber podido estrenarse, lo que desde entonces ha dejado la retaguardia bajo mínimos. Con solo tres hombres disponibles para el puesto de central, cualquier contratiempo iba a situar al equipo en una posición complicada.

Lo cierto es que el Córdoba CF había encontrado en las últimas semanas una pareja de centrales solvente y segura con Gudelj y Lapeña, por fin acoplados y dando cada vez un rendimiento más alto. Pero ahora, en este nuevo escenario, Iván Ania ha perdido incluso la posibilidad de poder elegir, pues su plantilla solo cuenta con Lapeña y Carlos García para esa posición.

El recurso del filial

A corto plazo, y mientras la situación de Gudelj queda más clarificada con el paso de las semanas, el Córdoba CF tendrá que volver a echar mano de su filial como recurso ante las bajas. El regreso al trabajo del equipo este miércoles ya ofrecerá las primeras pistas de por dónde van las decisiones en el club, pero lo más lógico es que Iván Ania tire de Matías Barboza, el central del Córdoba B que mejor conoce al primer equipo, pues se ejercitó durante buena parte del verano en sus filas.

Como ya sucediera en la punta de ataque con Óscar Jiménez cuando Alberto Toril cayó lesionado, el Córdoba CF tendrá que ganar un efectivo desde su filial de manera momentánea, quedando en una situación bastante precaria al contar con dos centrales titulares por decreto y un sustituto sin experiencia en la Primera Federación. Un problema más que Iván Ania tendrá que intentar sortear sin que el rendimiento de su equipo se vea excesivamente lastrado.