El amargo recuerdo de Iván Ania en Melilla antes de volver con el Córdoba CF

Iván Ania no olvida la que hasta ahora ha sido su única visita al Álvarez Claro de Melilla. El técnico del Córdoba CF visitó por primera vez como entrenador el feudo norteafricano cuando en la temporada 2017-2018 estaba a los mandos del Villanovense y salió tan escaldado de aquel duelo que todavía lo recuerda con amargura, hasta el punto de traerlo a colación en su rueda de prensa previa al viaje del Córdoba hasta tierras melillenses.

El 8 de abril de 2018, con Iván Ania a los mandos del Villanovense en la antigua Segunda División B, los extremeños visitaron el Álvarez Claro de Melilla en la jornada 33 de liga, con el objetivo de la permanencia ya conseguido y cierta relajación en el tramo final de la temporada. Esa circunstancia, unida al potencial de un Melilla que por aquel entonces aspiraba a subir a Segunda División, deparó un claro 3-0 que dejó con cara de pocos amigos y el orgullo herido a Iván Ania.

Más de cinco años después, el preparador cordobesista todavía recuerda aquella dura derrota. "Solo he estado allí como entrenador una vez", contó Ania en sala de prensa, por lo que rápidamente fue preguntado por cómo le fue. El ovetense fue tajante, tirando de humor pero demostrando que para este domingo tiene también una espina personal que sacarse. "Muy mal, nos habíamos salvado hacía dos jornadas y fuimos allí de excursión, a comprar zapatillas falsas y cosas de esas", recordó en tono de broma el preparador del club blanquiverde.

"Perdimos 3-0 e hicimos un ridículo espantoso. Nos vino bien esa derrota, porque nos dimos cuenta de que si no estabas totalmente concentrado en el partido era imposible ganarlo, más allá de que el Melilla en aquel momento estaba fuerte y era un proyecto fuerte de la antigua Segunda B, pero nosotros en aquel partido estuvimos muy mal", explicó Ania sobre aquella enseñanza que le dejó a su Villanovense aquel paso por Melilla.

Este domingo, con el Córdoba CF, el asturiano espera no repetir errores y salir del Álvarez Claro de Melilla con una sensación mucho más dulce.