Luces y sombras de la victoria del Córdoba CF ante el Linares
El Escáner | Análisis de la jornada 15
El conjunto blanquiverde logró reengancharse a la pelea por las tres primeras plazas al tumbar al líder
Los de Alfaro dejaron muchas dudas en cuanto al juego y el manejo de la presión por ganar
La victoria del Córdoba CF ante el Linares Deportivo ha vuelto a situar a los blanquiverdes en la órbita del primer objetivo del curso, que no es otro que pasar el corte de la primera fase entre los tres primeros. El conjunto cordobesista salvó su primera final y doblegó al líder, un equipo que pisaba fuerte en 2021 y que mostró en El Arcángel credenciales para no caerse de la zona noble en estas tres últimas jornadas.
La victoria supone un balón de oxígeno para el Córdoba, que vuelve a acechar la tercera posición en la tabla dejando atrás una nefasta dinámica de cuatro partidos sin conseguir la victoria. Además, el triunfo llega en un momento inmejorable, antes del parón de este próximo fin de semana, lo que deja a Pablo Alfaro dos semanas para profundizar en la mejoría de su equipo.
Pero más allá de la importancia de los tres puntos sumados ante el Linares, cabe analizar cómo llegó el Córdoba a la victoria ante el conjunto azulillo. Para empezar, lo hizo desde un planteamiento muy diferente al que Alfaro quiso imponer a su llegada al banquillo de El Arcángel. La presión alta y la ambición por ir a buscar al rival a su campo dejaron paso a un equipo más replegado, con un doble pivote de corte netamente defensivo y el arma de los balones en largo a las espaldas de la defensa rival.
El planteamiento le salió a las mil maravillas al técnico blanquiverde en los dos goles de su equipo, pero entre medias de esas dos acciones el Córdoba dejó serias dudas en cuanto al juego y durante muchas fases del encuentro estuvo a merced de un Linares que perdonó y que lo terminó pagando muy caro.
La gestión de las ventajas
Ese Córdoba concentrado y aguerrido que sorprendió de salida al Linares se mostró también incapaz de mantener un guion similar de partido tras adelantarse en el marcador. Al verse por delante, al conjunto cordobesista le quemó el balón y acabó cediéndolo al rival, hasta ser claramente dominado un partido más en El Arcángel. Lo cierto es que el equipo no termina de encontrar ese equilibrio tan buscado entre la solidez defensiva y el ser capaz de manejar los partidos. La impresión que deja el Córdoba de las últimas jornadas es que dispone de una manta muy corta que le deja la cabeza al descubierto si se cubre los pies, y viceversa.
La gestión mental de un partido con tanta carga emocional también merece mención. La actitud y predisposición con la que los jugadores arrancaron el partido es digna de elogio, lo que no fue óbice para que aparecieran algunas faltas de concentración que el rival pudo castigar, aunque terminó perdonando.
Al equipo, además, se le vio por momentos excesivamente nervioso, como superado por la situación. Ya desde el arranque de la segunda parte fueron muchos los mensajes dentro del césped y desde el banquillo pidiendo calma y confianza en que la oportunidad del 2-1 acabaría llegando. En una plantilla veterana y con jugadores de tanta trayectoria, se sigue echando en falta una mejor gestión de esos momentos delicados.
Los riesgos de Alfaro
El once inicial que Pablo Alfaro planteó de inicio alimentó la sensación de que el partido solo tenía dos caminos para el Córdoba: la puerta grande o la enfermería. A falta de cuatro partidos para finalizar la primera fase, el cambio en la portería supuso una moneda al aire que terminó cayendo de cara para el técnico, porque el equipo ganó, aunque Edu Frías alternó alguna parada de mérito con acciones que sembraron más dudas a su defensa.
La primera suplencia de Mario Ortiz y la apuesta por ese perfil de doble pivote tan defensivo también representaron dos renuncias importantes a los principios que el técnico planteó en sus primeros partidos, aunque a su favor también hay que señalar que esta vez la gestión de los cambios en la segunda parte fue bastante acertada.
Tiempo para mejorar
Además de reengancharse a la zona noble, el Córdoba ganó ante el Linares un tiempo precioso para seguir profundizando en su rehabilitación. El parón del fin de semana, lejos de lo que pudiera parecer, vendrá bien al técnico y sus jugadores para afinar la puesta a punto antes de otro partido crucial como será la visita del Real Murcia a El Arcángel.
En ese encuentro, más allá de lo que planteé Alfaro, el triunfo volverá a ser asignatura obligatoria. Los tres puntos sumados el domingo deben descargar la presión del equipo y aumentar su autoestima. Eso sí, la victoria no debe ocultar que el Córdoba hizo un partido bastante discreto y que sigue lejos de dar una versión convincente. En esa línea de progreso tendrá que incidir el técnico con sus futbolistas para que el paso dado ante el Linares suponga un punto de inflexión hacia la mejoría completa.
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