Punto a punto no basta (1-1)
Reus-Córdoba | La Crónica
El conjunto blanquiverde tira por tierra la primera ventaja en el marcador como visitante de la temporada y se vuelve con un escaso empate de otro encuentro ante un rival directo
Otro punto. Ese fue el escaso botín que sacó el Córdoba de su visita al Reus, un rival moribundo –resucitado horas antes del choque con el pago de los atrasos a sus jugadores– que fue capaz de arañar un punto al Córdoba pese a haber estado toda la semana más pendiente de la descomposición propia que del encuentro ante los blanquiverdes. Lo que en una circunstancia de estar en mitad de la tabla sería positivo para el Córdoba, sumar un punto como visitante, se convierte en un lastre cuando las apreturas en la clasificación te obligan. Y pasa a ser directamente un fracaso cuando además entran en juego los serios condicionantes contra los que tenía que luchar el rival.
El Córdoba dejó ir vivo a otro contrincante directo por la permanencia, del que sigue a tres puntos, y eso es doloroso. Pero más duele comprobar que la plantilla actual del equipo blanquiverde da para poco más que lo mostrado en las últimas semanas, que se ha traducido en tres empates sufridos ante tres equipos que lo van a pasar igual de mal que el Córdoba para salvar la categoría.
Si la llegada de Curro Torres al banquillo se produjo justo cuando el calendario daba un respiro al Córdoba, lo cierto es que cuatro semanas después eso se ha traducido en sólo tres puntos. Un botín a todas luces insuficiente con la mochila tan pesada que arrastra el conjunto cordobesista. Punto a punto no bastará para conseguir la permanencia y por lo visto en Reus tampoco será suficiente la plantilla actual, incapaz de traducir en goles, o al menos ocasiones, el dominio del balón del que disfrutó durante casi todo el encuentro.
La única esperanza que le queda al Córdoba es agarrarse a la llegada del mercado invernal, y que el optimismo de Jesús León se traduzca en hechos para que los refuerzos puedan llegar, pues de otra manera, salvo giro radical, la salvación será una utopía. El nivel de la plantilla del Córdoba es tan justito que cuando por fin es capaz de adelantarse, es incapaz de no encajar, como le pasó ante el Reus. Otras veces, la incapacidad se manifiesta en ataque, y así pensar en victorias es cada vez más irreal.
Y eso a pesar de que en Reus al Córdoba empezaron a vérsele las ideas de su entrenador más que en anteriores partidos. Consciente del mal momento del equipo, Curro Torres quiere que los partidos sean largos y que su equipo conceda lo mínimo posible al rival. Esa es la premisa de partida, pero también tiene la pretensión de que sus jugadores sean capaces de tener el balón y hacer daño con él, sin depender de segundas jugadas o avatares del fútbol.
Y claro, para eso hace falta algo más de claridad de ideas. Calidad, en definitiva, que no abunda en esta plantilla y menos ahora que hombres referentes como Javi Lara y Álvaro Aguado están lesionados. Con ese déficit es complicado ver al Córdoba cuajar 90 minutos convincentes, aunque el rival sea un Reus muy limitado y con la cabeza en los despachos más que en el césped.
Buscó continuidad Curro Torres con su alineación, la misma que en Zaragoza, para profundizar en su idea de juego. De inicio, pese a la falta de brillantez, le funcionó la idea al técnico, pues su equipo dominó el balón una vez que logró asentarse. Fruto de esa mejor disposición llegó el tanto de Aythami, en una estrategia que Sebas Moyano y el central canario ejecutaron a la perfección. Dominó el Córdoba con el marcador a favor y el Reus acusó el golpe, fiando sus ataques a balones en largo desde la defensa. Pero hasta ese pobre recurso puede hacer daño a un equipo tan frágil como el blanquiverde. El primer aviso local fue de Ricardo Vaz, que remató desviado un buen servicio de Alfred. A la segunda, Linares no perdonó, ganando un balón larguísimo de Olmo y anticipándose a los dos centrales blanquiverdes.
El empate devolvió el choque al guion inicial, con el Reus agazapado y el Córdoba dominando pero sin rédito palpable. Sebas Moyano desaprovechó antes del descanso una contra inmejorable, en un dos contra uno con Jaime Romero que murió por un pase deficiente, como el 90% de los intentos del cuadro cordobesista.
Dominio estéril tras el descanso
En la segunda parte, el dominio del balón visitante se acentuó, pero el Reus apenas se resintió atrás, haciendo más evidente su paso atrás con el paso de los minutos, pero logrando amenazar también cada vez más al Córdoba a la contra. En una de ellas, Carlos Abad salvó el tanto de Querol en un mano a mano. Para entonces, Curro Torres había agitado su once inicial, con la entrada de Jovanovic y Piovaccari. El serbio, por cierto, fue objeto de un penalti claro de Olmo que Varón Aceitón obvió.
Torres quemó la última bala con Andrés Martín, pero la acumulación de hombres arriba hizo que el Córdoba perdiera la poca fluidez mostrada en ataque, lo que condenó el partido al empate final, en otro triste episodio para un equipo falto de argumentos para imponerse ante el rival más limitado.
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