Vuelve la liga: El Córdoba CF afronta el reto de cumplir las expectativas
Córdoba CF
El objetivo único e ineludible es el ascenso, una exigencia que no acaba de casar con la apuesta deportiva que la entidad ha puesto sobre la mesa
Entrevista a Iván Ania: "Si somos un equipo ambicioso, podemos conseguirlo todo"
Iván Rodríguez, otro fichaje para el Córdoba CF
Un nuevo curso a la vuelta de la esquina. El Córdoba CF afronta este domingo su regreso a la competición liguera después de una decepcionante temporada y con un proyecto renovado en todas sus esferas para intentar reengancharse al fútbol profesional, tarea en la que lleva inmerso cuatro temporadas con más disgustos que satisfacciones. Un reto que, un año más, no será nada sencillo, tanto por la competitividad de una Primera Federación que cada vez se acerca más a la categoría de plata como por las disonancias entre el mensaje lanzado desde el club y la apuesta deportiva puesta sobre la mesa para refrendarlo.
Durante las 38 largas semanas que dura la competición, con la propina del play off como vía alternativa, será el fútbol el que dicte sentencia, pero en el análisis previo a nadie se le escapa que el Córdoba no aparece como ese gran favorito al ascenso que (casi) siempre fue cuando se encontró fuera del contexto del fútbol profesional.
De esa percepción, que de momento no es más que un posicionamiento previo, tiene buena parte de culpa el nivel de muchos de los rivales con los que se medirá el conjunto blanquiverde en el Grupo 2 de Primera Federación. Dos recién descendidos como el Málaga y el Ibiza han estado entre los grandes dominadores del mercado de fichajes, amparados por ese colchón económico que la ayuda al descenso de LaLiga otorga a los clubes que salen de su órbita. También el Real Murcia ha apostado fuerte por armar un plantel ambicioso, juntando a algunos de los jugadores con más nombre de la categoría.
Además, el Grupo 2 de la Primera Federación incluye a un Castellón que volverá a estar en la pelea cabecera, al siempre ambicioso Atlético Baleares o a los poderosos filiales del Real Madrid y el Atlético. Incluso los equipos andaluces, además del Ceuta y el Melilla, prometen ser rivales complicados de abordar para el conjunto blanquiverde.
El Córdoba, por su parte, ha apostado por una profunda remodelación tras el sonado fiasco reciente. Los cambios empezaron por el banquillo, al que llega un Iván Ania avalado por su ascenso hace varias temporadas con el Racing de Santander, pero también con el borrón más reciente de su último curso en Algeciras, al que dejó al borde del descenso a Segunda RFEF. El asturiano es una apuesta a medio plazo del club, que le firmó un contrato de dos temporadas después de intensas semanas de sondeo en el mercado de entrenadores.
En lo que al vestuario se refiere, solo ocho jugadores se mantienen respecto al equipo que se desinfló de manera alarmante hasta echar al traste un curso que arrancó como la seda. A ellos hay que unir a los dos jóvenes que suben desde el filial –Lluís Tarrés y Christian Delgado– en esa firme apuesta del club por abrir paso a las categorías inferiores, como recurso también para abaratar el coste de sus plantillas. A ellos se han sumado hasta la fecha nueve incorporaciones, aunque todavía están por llegar al menos dos más para dibujar una plantilla corta de mínimo 21 jugadores con la que Ania tendrá que buscar un rendimiento alto y sostenido.
Con la llegada de Antonio Fernández Monterrubio como nuevo responsable máximo del proyecto, la estrategia deportiva pasa por confeccionar una plantilla corta en la que el gasto se concentre en menos jugadores para poder elevar la cuantía de las nóminas más importantes de la plantilla, lo que en teoría debía elevar el nivel en determinadas posiciones.
Y cabe resaltar el carácter teórico de ese planteamiento porque lo cierto es que, a la hora de la verdad, el Córdoba ha seguido una línea en el mercado de fichajes bastante alejada de los grandes nombres. A falta del remate de la plantilla, en la que tampoco se esperan grandes golpes de mano, aunque nunca se puede descartar alguna sorpresa llamativa, las ocho caras nuevas son en su mayoría apuestas con las que el club espera crecer en base a un rendimiento inmediato, pese a la poca certeza que en muchos casos ofrecen sus trayectorias previas.
Las caras nuevas
Un ejemplo claro es el caso de Alberto Toril, un punta con cualidades y de perfil interesante, pero que nunca ha alcanzado la decena de goles en su carrera. Otros recién llegados como Álex Sala, Albarrán o Isma Ruiz han dejado detalles en pretemporada pero no cumplen el perfil de jugadores con peso contrastado en la categoría.
Dentro de ese grupo podrían entrar hombres como Lapeña, Adri Castellano, Recio o Adilson Mendes, futbolistas que por trayectoria y bagaje sí están llamados a ser estructurales en este Córdoba. En cualquier caso, muchas apuestas y pocas certezas para un plantel que partirá con el reto más ambicioso.
Pero como en el fútbol el rendimiento debe demostrarse en el césped, y no sobre el papel, nadie puede quitarle a esos más de 12.000 abnegados abonados que siguen manteniendo la fe en su club la ilusión por volver a pelear por el ascenso a Segunda División, una tarea en la que el CCF lleva enrocado ya cinco temporadas con la que está a punto de arrancar.
Ese es el titánico reto que han asumido Iván Ania y sus jugadores, a los que se aferra un club necesitado de ese salto cualitativo para evitar ser devorado por sus propias expectativas y revivir dramas recientes.
También te puede interesar