El adiós de Kike Márquez perfila un Córdoba CF más bisoño

Córdoba/La salida de Kike Márquez ya es una realidad. Uno de los movimientos más delicados en el verano del Córdoba CF terminó por confirmarse apenas unos días antes del regreso del equipo a los entrenamientos, que se producirá este lunes. Con su marcha, el conjunto blanquiverde pierde a uno de los grandes referentes de su vestuario, al capitán y jugador más veterano, lo que por otro lado confirma las intenciones de la comisión deportiva de contar con una plantilla en Segunda División algo más joven y con más poderío físico que la que consiguió el ascenso desde Primera Federación.

Con 34 años cumplidos hace apenas dos semanas, Kike Márquez era el jugador más veterano del Córdoba. El capitán, pieza clave más fuera que dentro del campo en el curso del ascenso, sale de El Arcángel como uno de los descartes que no han pasado el corte de los técnicos a la hora de dar el salto a la Segunda División. Una criba importante, que se ha cobrado ya a un total de 11 futbolistas y que, además de los criterios puramente futbolísticos, ha estado también muy influenciada por el aspecto físico y la edad de los jugadores.

Y es que una de las principales premisas que tenía el Córdoba CF este verano era confeccionar un plantel que sobresalga en el aspecto físico, con futbolistas en edad de crecimiento pero ya consolidados físícamente y que sean capaces de aportar energía y pulmones al equipo, ante el notable salto de ritmo de juego y exigencia que conlleva el aterrizaje en la Liga Hypermotion. Bajo ese patrón se han producido bajas como la de Kike Márquez u otro veterano como Recio, pero sobre todo es un guion que la comisión deportiva está siguiendo al dedillo en lo que a incorporaciones se refiere.

De momento, el Córdoba CF tiene como caras nuevas a Ramón Vila (22), Xavi Sintes (22), Théo Zidane (22) y Nikolay Obolskii (27), futbolistas que se mueven en una franja idónea de edad entre el crecimiento a medio y largo plazo y la posibilidad de ofrecer una aportación inmediata al equipo. Todos ellos, además, destacan en el plano físico y darán al equipo de Iván Ania ese extra de energía tan necesario para afrontar el regreso al fútbol profesional.

El Córdoba CF se queda por debajo de los 26 años de promedio

Con esas cuatro incorporaciones, el Córdoba CF cuenta ahora mismo con 17 efectivos en su plantilla, que arrojan una media de edad de 25,6 años. Un factor que se mira y mucho en las oficinas de El Arcángel a la hora de dar forma al equipo. Dentro de la nueva configuración de la plantilla, es José Antonio Martínez el futbolista más veterano -con 31 años-, un jugador que precisamente no tiene su continuidad garantizada al 100% y las dudas que giran en torno a él se centran, no por casualidad, en el plano físico. En el resto del equipo, tan solo Albarrán y Adri Castellano alcanzan la treintena, quedando por debajo de esa edad el todos sus demás compañeros.

Y es -entre otros- por ese cúmulo de factores, que van desde la edad al plano físico, que Kike Márquez se ha quedado fuera de la plantilla del Córdoba CF. El mediapunta sanluqueño era uno de los jugadores con más calidad técnica del plantel, pero su ritmo de juego era difícilmente trasladable a la Segunda División. Un factor que ya le dejó fuera del Albacete hace dos temporadas cuando los manchegos dieron el salto a la categoría de plata y que ahora le hará mantenerse en Primera Federación, a buen seguro dentro de algún proyecto ambicioso que busque pelear por el salto de categoría.

Kike Márquez y el Córdoba CF, un final abrupto

Antes de concretar su futuro, Kike Márquez vio como el final de su etapa en el Córdoba CF se resolvía de manera un tanto abrupta. Desde el entorno del futbolista se asegura que el club ha rescindido el contrato de manera unilateral, sin acuerdo entre las partes, con el objetivo de evitar que el sanluqueño se tuviera que incorporar a la pretemporada este próximo lunes. Un despido que desde el club ni confirman ni desmienten -aunque ya resultó bastante llamativa la tibia despedida brindada al futbolista- y que, de confirmarse, podría acabar en el juzgado si no media un acuerdo de conciliación previo entre las partes.