El Córdoba CF baja al barro para ganar al Alcoyano (0-1)

Tres puntos sin brillo que son un botín valioso. El Córdoba CF sacó oro de su visita a El Collao, donde cuajó un partido bastante gris en el que le bastó una buena ejecución del balón parado en ataque y mayor concentración defensiva -unida a cierta dosis de fortuna- para sumar tres puntos que suponen un balón de oxígeno y que otorgan calma a un equipo que ha empezado el curso lejos de los resultados esperados. En un partido feo, bronco y por momentos soporífero el conjunto blanquiverde sacó lo único que podía hacerle volver a casa con buenas sensaciones, que son tres puntos que le evitan acabar la jornada en puestos de descenso y que apagan algún fuego, abriendo la esperanza de una mejoría de los resultados a corto plazo.

Para imponerse al Alcoyano el Córdoba renunció a su estilo futbolístico y endureció su carácter en un campo que invitaba a ello, con un césped bastante alto, seco e irregular en el que los de Alcoy se hacen fuertes en base a insistir una y otra vez con centros laterales. Los de Vicente Parras son un equipo justito de calidad pero a corazón pocos le ganan en esta categoría. Y por eso hicieron sufrir hasta la extenuación a un CCF que por momentos vio peligrar, y de qué manera, el tanto de Diarra que le dio ventaja en la primera parte.

En un análisis al margen del resultado, no se puede decir que el equipo de Iván Ania hiciera un buen partido ante el Alcoyano. Los blanquiverdes mostraron infinitamente más virtudes en tramos de los partidos que perdieron ante el Ibiza, el San Fernando o el Linares. Pero el fútbol, el bueno y el malo, solo se sostiene con resultados y por eso la victoria de Alcoy se recordará mucho más a pesar de que por momentos el partido fue un trance duro de pasar para todo aquel que lo siguió en directo.

Y no es que sorprendiera el planteamiento de ambos equipos. Más bien al contrario. El Alcoyano, cuando actúa en casa, es un equipo que basa su fútbol en la búsqueda de centros laterales sin necesidad de elaborar demasiado. A eso hay que unirle la necesidad con la que llegaba el Córdoba de un buen resultado por encima de todo, lo que ya hizo a Iván Ania en la previa advertir a sus jugadores de que El Collao era un feudo para ser fuertes mentalmente y evitar, por encima de todo, los errores que otros días les han condenado.

En eso sí fue mejor el Córdoba CF a su rival, porque golpeó e impidió que le golpearan. Bien es cierto que por momentos la fortuna se alió con el conjunto cordobesista, sobre todo en un tramo final en el que el Alcoyano acumuló ocasiones de gol hasta obligar, por ejemplo, a Kike Márquez a sacar dos balones bajo palos. Antes de ese asedio, los blanquiverdes cuajaron una primera parte de mucha briega y poca combinación, marcada por el tanto de Diarra al cabecear una pelota parada ejecutada a las mil maravillas por Álex Sala y culminada por el centrocampista en el área pequeña, con un testarazo claro que se vio favorecido por la ausencia de marca de la zaga local.

Ese brillante ejecución del balón parado, la faceta que otros días ha costado cara al equipo de Iván Ania, condición un primer tiempo en el que los porteros fueron prácticamente espectadores, con un Carlos Marín tranquilo y un Perales que vio como el Córdoba lo intentaba más, pero sin forzarlo tampoco a intervenir de manera clara. Y es que, más allá de esa acción del gol, el Córdoba solo tuvo una llegada clara en el primer tiempo, con un centro de esquina de Kike Márquez cuyo rechace lo mandó alto Carracedo después de perfilarse y disparar con rosca con la pierna derecha.

Después de ese ejercicio de endurecimiento del carácter y la exaltación del pelotazo que fue la primera parte, el Córdoba sufrió mucho nada más volver de vestuarios. Era lógico que el Alcoyano arriesgase dando un paso adelante que le llevó a acumular centros laterales que sí hicieron ya que la portería de Carlos Marín se viese en serio riesgo.

Después de un primer cuarto de hora bastante sufrido, el Córdoba logró serenarse y estiró sus líneas. Poco antes de la hora de juego Carracedo conectó un centro pasado que Adilson Mendes no remató de milagro en el segundo palo. Kike Márquez finalizó esa jugada con un cañonazo que no cogió portería por muy poco. A partir de ese aviso, el conjunto blanquiverde tuvo sus mejores minutos en el segundo acto, logrando por momentos bajar el balón para hilvanar dos o tres jugadas en medio del patatal que era el césped de El Collao.

Pero esos minutos se fueron sin que el equipo de Ania fuese capaz de abrochar el partido, lo que significaba irremediablemente que tocaba sufrir. El Alcoyano intentó quemar las naves con los cambios y con piernas frescas sobre el césped logró embotellar, poco a poco, al CCF en su área. Uno de los pocos errores defensivos de los blanquiverdes a punto estuvo de aprovecharlo Alcaina, que remató al larguero tras una recuperación de los suyos en territorio cordobesista.

Faltaban 20 minutos y al Córdoba le tocaba sufrir, algo a lo que en parte contribuyó Iván Ania con la tardanza en hacer los cambios para enfriar el partido y refrescar las ideas de los suyos. Los blanquiverdes ya solo estiraron sus líneas para finalizar una jugada con un disparo lejano de Kike Márquez que puso en apuros a Perales. En el último cuarto de hora, ya doblando los laterales a los extremos y poniendo en apuros a los hombres de banda del Córdoba, el Alcoyano tuvo bastantes ocasiones para haberse llevado un empate que, siendo honestos, no habría sido injusto.

Albisua remató un córner que Kike Márquez sacó bajo palos y Alcaina, poco después, ganó otro balón en el área que de nuevo obligó al capitán a lucirse en aspectos defensivos. A falta de diez minutos por fin Iván Ania se decidió a mover el banquillo y así logró enfriar el ritmo de los locales, que lo intentaron hasta el final sin la fortuna de cara para haber igualado el marcador.

Con un estilo diametralmente opuesto al que quiere hacer suyo, el Córdoba CF sacó tres puntos de Alcoy que no le harán crecer en cuanto a juego pero que sí deben reforzar la moral de un grupo que cuando puede saber jugar muy bien al fútbol pero que también debe acostumbrarse a faenar sin errores groseros en contextos más complicados como los que presentó el Alcoyano.