"Estamos tratando de dotar al club de una estabilidad deportiva y social"
Alfredo García Amado | Director General del Córdoba CF
Tras siete meses en la entidad, el dirigente gijonés valora el "esfuerzo" para 'acercarse' a LaLiga
Resta dramatismo a los números y pide unión para "luchar todos para mantener la categoría"
El hombre fuerte del Córdoba CF en el día a día y escudero del máximo accionista y presidente prefiere estar alejado de los focos. Pero tras siete meses en la institución, en los que apenas apareció en una rueda de prensa y en la junta general de accionistas, Alfredo García Amado (Gijón, 1969) rompe su silencio en el Día. Lo hace para dar luz a la situación actual de la sociedad, y no sólo en el aspecto deportivo, sino también en el social y económico. Todo con una visión llena de "optimismo y positivismo" que le lleva a pensar sólo en un plan A que pasa por lograr la permanencia, aunque poniéndose en lo peor deja claro que, en caso de descenso, el club "no va a desaparecer". Pues pese a que los números de la entidad "no son agradables, tampoco son alarmantes", sobre todo tras un mercado de invierno que ha permitido "desatascar la situación" de un CCF "con un potencial terrible".
–Empecemos por el principio. ¿Cómo, por quién y con qué objetivo llegó al Córdoba?
–De la mano de Jesús León, con el que tuve una serie de reuniones, y con el objetivo de echarle una mano, básicamente, pues no había uno concreto. Él estaba solo en la gestión del día a día, demasiado involucrado en cosas que entiendo que no corresponden a un presidente y buscaba un perfil de un director general de mi estilo que le ayudara de manera inminente para desbloquear la situación que había con LaLiga y así poder tener un interlocutor más cercano. Ese era el primer objetivo de aquel verano, con la prioridad de poder iniciar la temporada de la mejor manera posible. Pero luego la función es tratar de ser la persona de referencia de la entidad para todo por debajo del presidente y el consejo.
–¿Y a través de quién contacta Jesús León con usted?
–De José Ramón Sandoval, claramente. Con él tengo una muy buena relación, me llama, me dice que Jesús busca una persona de mi perfil y le habla de mi; a partir de ahí tuve varias reuniones en Madrid y una en Córdoba con Jesús.
–Su contrato es hasta junio.
–Sí, hasta final de temporada. Con Jesús tengo hablado que estaré hasta que él quiera, pero no tengo ningún compromiso más allá. Hay total flexibilidad y lealtad.
–¿Qué se encontró al llegar?
–Un club desordenado, con la gente desconcertada, había mucho ruido y demasiadas personas alrededor de la entidad; era un club con una necesidad perentoria de organizarse para poder iniciar la competición y tener una estructura razonable, y es lo que intentamos conseguir. Y todo con Jesús desbordado, su oficina parecía el camarote de los hermanos Marx, y eso no era bueno ni para él ni para la entidad, pues el presidente entiendo que tiene que tener una estructura por debajo.
–¿Estaba peor el tema deportivo o el económico tras la salida de Oliver y su equipo?
–En aquel momento, el tema deportivo, aunque va todo de la mano, por una situación de desconcierto tras producirse en poco tiempo la salida de Luis (Oliver), el golpe del límite salarial que hizo que al cordobesismo le llegara una información que no es la que esperaba, y nada agradable... Lo peor es la situación de tensión y de indefinición sobre con qué podías salir a competir, sin saber a dónde podíamos ir en el mercado. Esos momentos de dudas, con la operación de Guardiola por medio, generaba un entorno de dudas internas que se trasladaban también a la afición, porque es evidente que acabas la temporada anterior con un subidón brutal y luego te llevas un golpe así... Todo eso provocó la indefinición de saber dónde estamos, dónde podemos llegar...
–Han pasado siete meses desde su llegada. ¿En qué ha cambiado el club, a mejor... o a peor?
–A peor nada, en absoluto; todo a mejor. Se está generando una situación de estabilidad en el club y tenemos que conseguir que sólo se hable de fútbol, porque en el momento que lo logremos es que estaremos haciendo bien las cosas. Todo ha cambiado para bien, el club se está consolidando dentro de una estructura razonable para su capacidad, limitando costes, responsabilidades y personas. Estamos logrando, con esfuerzo, que la entidad cada vez esté más ordenada, más estable y, al final, eso debe redundar en el equipo.
–¿Se llevó alguna sorpresa, algo que le pillara en fuera de juego?
–Es imposible, porque Jesús fue muy claro conmigo en todo momento y sabía lo que me iba a encontrar, aunque hasta que no llegas y conoces la entidad por dentro... Hay detalles que te sorprenden, pero no hay grandes sorpresas porque hubo mucha franqueza. El día a día de una entidad como el Córdoba tiene sorpresas, pero nada extraordinario, como sí se las encontró Jesús cuando llegó en enero. Es por eso que creo que hay que ponerlo en valor, porque ha pasado una travesía durísima.
–Es el hombre fuerte del club, la mano derecha del presidente. ¿Cómo es su día a día?
–Como en cualquier otro club, no varía, coordinando la entidad, apagando fuegos, tratando de estabilizarla para mirar al futuro, pero el corto plazo en el fútbol es lo que te marca. En el fútbol hay dos temas que marcan, incuestionables: que el balón entre y poder tener la capacidad financiera para poder pagar todos los compromisos. En eso es en lo que empleamos el 90 por ciento del día; intentar que el equipo esté lo mejor posible para poder ganar, y que la sociedad esté ordenada y pueda generar la tensión necesaria para poder pagar y un entorno de estabilidad.
–¿Qué han aportado, para bien, al mundo del fútbol las Sociedades Anónimas Deportivas?
–Es un gran debate y hay opiniones para todos los gustos. Pero creo que los tiempos evolucionan y las SAD han provocado que haya un máximo accionista que se juega su patrimonio por una entidad, y al final esa responsabilidad te exige mucho más que en el formato del club. En el Córdoba, el 98,7 por ciento de las acciones son de Jesús y él responde con todo.
–Pero no me negara que eso supone una barrera con la afición, una pérdida del romanticismo.
–Bueno, en este caso, al ser Jesús de aquí, cordobés y cordobesista, el Córdoba sí mantiene esa unión con la afición. El romanticismo se ha perdido, pero en este caso menos que en otros equipos donde pueda haber un capital externo. En las SAD, la D es la clave, porque esto es deporte, fútbol, pasión y sentimiento, y al final consiste en que el balón tiene que entrar en una portería. Al hablar de sentimientos hay que tener respeto.
–Ha indicado que su primera misión era mejorar la relación con LaLiga. ¿Cómo está ahora?
–Es muy buena y más fluida, porque se está viendo un esfuerzo, pese a que se han podido cometer errores que han llevado al club a una posición incómoda. Pero una cosa es que hayas mejorado tu credibilidad o tu relación, pero si has incumplido las normas y tienes una serie de sanciones... En LaLiga están preocupados y ocupados por nosotros y nos animan, porque ven que estamos haciendo todo lo posible por ordenar la sociedad, más no hemos podido hacer.
–¿Por qué entonces el nulo margen de maniobra que el club ha tenido en enero? Quizás no se ha sabido explicar la situación tras todos los traspasos realizados.
–Es un tema numérico. Tienes una cantidad por encima y tienes que realizar unos ingresos extraordinarios para bajarla a cero. Partes de una cantidad con un déficit económico del año anterior, más la previsión del presupuesto para este año también con unas pérdidas, que suma una cantidad que tienes que minorar para que LaLiga te deje fichar con libertad. Si no, estás limitado a la normativa, que son 18 jugadores a mínimo de AFE y seis del filial. LaLiga ha visto el esfuerzo y, aunque no hemos llegado, hemos hecho todo para poder llegar, no nos hemos quedado muy lejos de empatar. Hemos marcado una línea para poder hacer lo necesario para poder equilibrar y llegar a 30 de junio, que tenemos unas pérdidas presupuestadas importantes, sin una situación deficitaria que permita afrontar el año que viene con holgura.
-¿Qué dinero real y cuánto en caja dejaron esas operaciones?
–Las ventas han sido entorno a 7 millones de euros. Pero unos pagan al contado, otros en pagarés que hay que ejecutar... Ingresamos lo suficiente como para poder dotar de estabilidad a la entidad y hemos desatascado la situación.
–Pero al menos desde fuera da la sensación de que ese ir de la mano no ha servido de mucho.
–Depende de la expectativa que tengas. ¿Ir de la mano de LaLiga va a suponer que un incumplimiento anterior no sea sancionable? No, porque ni lo puedes plantear ni lo puedes pensar, pues hay una sanción y ahí son rigurosos, porque hay unos parámetros establecidos. Pero es positivo porque hay que cumplir la norma, ir de la mano de LaLiga. ¿Ha servido para algo? Yo creo que sí, porque ahora la imagen del Córdoba en LaLiga es la de un club que está intentando cumplir, pagar, amoldarse a normativa y hacer todo lo posible para estar en una situación solvente.
–Permítame una duda. Sigue como socio de Mesa Sport, ¿no?
–Fui muy sincero con Jesús y le dije desde el primer momento que había iniciado un proyecto al salir del Sporting con Pepe Mesas y que no iba a renunciar a ello. Pero lógicamente no voy a utilizar eso en mi beneficio, al contrario; si yo no estuviera aquí, ni De las Cuevas ni Chus Herrero estarían aquí, y no es que sean Beckenbauer ni Messi, pero para nuestro nivel... Creo que hay que verlo como algo positivo; luego, que cada uno saque sus conclusiones. Aquí lógicamente luego hay un filtro de la dirección deportiva y ojalá hubiéramos podido traer más jugadores con ese rendimiento o alguno que teníamos y no pudimos por el límite salarial, como Sergio Sánchez (Cádiz) o Erice (Vancouver), pero no podíamos...
–Enero fue 'gracioso'. Se estrenó en una junta de accionistas con números poco optimistas.
–Los números son clarísimos porque pocos sectores privados están tan auditados. Son el reflejo de las pérdidas del año anterior más las presupuestadas este año, que te generan una situación que es la que estamos intentando solucionar. De esos números viene la limitación del límite salarial tras el análisis de LaLiga, porque desde la patronal te encorsetan para que el club tenga viabilidad, que es algo que tú quieres también. Es lo que teníamos previsto. Son números que no son agradables, y por eso estamos en esta situación, pero tampoco son alarmantes; son preocupantes, pero para eso estamos, para intentar solucionarlos.
–La deuda neta a junio de 2018 supera los 10 millones.
–Como se explicó en la junta, había una parte del presupuesto elaborado con anterioridad de la llegada de Jesús que ya tenía un déficit importante y de ahí a 30 de junio todos los esfuerzos que realizó el consejo para mantener la categoría; de ahí sale. La previsión más el déficit de enero a junio nos ha provocado estos números. Jesús siempre dice que es el peaje que está pagando, con creces, pero podemos disfrutar de estar en Segunda División y pensar en un futuro.
–¿Cuál es la obligación de pago inmediato? Y no me asuste...
–Aquí lo gastas todo por los compromisos mensuales, y vas respirando como puedes, como cualquier empresa. Pero no hay ninguna deuda que si no pagas puedes tener un problema societario, ya que la única que si no pagas o incumples tiene una consecuencia es la concursal y esa se va cumpliendo y quedan unos 900.000 euros; el resto es como cualquier empresa, si tienes dinero pagas y, si no, vas salseando. En los gastos ordinarios de la sociedad ha habido momentos de tensión grandes, pero es que venimos de una situación durísima en la que hemos tenido que hacer operaciones no agradables en el mercado de invierno, porque a nadie le gusta vender. Pero había que ser realistas y hacer lo que hicimos para desatascar la situación de la entidad.
–Se acabaron entonces los retrasos en los pagos.
–Bueno, yo creo que eso no está arreglado en ningún club del mundo, porque esto forma parte del sector y de la vida misma. El que tenga la tesorería arreglada hasta el 30 de junio sin tensión es casi ciencia ficción, pero lo estamos arreglando y creo que no vamos a tener problemas hasta el 30 de junio. Lógicamente hay momentos de tensión porque no tienes en caja millones y millones de euros.
–Quizás podría ayudar dar ese paso que piden los Minoritarios contra el anterior propietario.
–Para eso hay que tener mucho cuidado y precaución. Está en manos de los servicios jurídicos, pero hay que tener mucho cuidado, porque si fuese tan evidente que iniciando ese procedimiento se tendría esa rentabilidad, ya estaría hecho. Pero no puedes ir al juzgado a demandar a una persona por un dinero si no tienes una cierta garantía de solvencia; eso no significa que no se vaya a hacer, pero se está analizando. Pero si lo iniciamos es porque tengamos fundadas esperanzas de éxito.
–Me habló de la estructura y los despidos se han sucedido.
–Despedir a gente no es agradable para nadie, pero la línea que tiene marcada el club es tener un grupo leal a Jesús y al Córdoba, y que no seamos más de los que necesita una entidad así. Una de las cosas que me más me sorprendió fue la cantidad de gente que vi en este pasillo el primer día que vine. Queremos hacer un grupo de trabajo que sea lo justo para llevar un proyecto que puede ser bonito... si nos respeta el balón, porque antes estaba dimensionado. ¿Son viables? Lógicamente cuando despides a alguien, tienes unas obligaciones y habrá que cumplirlas.
–Es volver a la lógica del fútbol.
–Es sentido común. El modelo de gestión ideal es que el 70 por ciento de los ingresos sean destinados a la plantilla, con todos sus gastos y cuerpo técnico, porque es lo que te da el valor añadido. El dinero tiene que estar en el campo, pero lo justo, tampoco con excesos. Pero tampoco tienes que tener una estructura en la que tu masa de gasto en el verde sea un porcentaje pequeño, no tiene sentido. Tienes que hacerlo poco a poco, no puede hacerse de un día para otro.
–Con todo esto, ¿qué situación de futuro le ve al Córdoba?
–Soy optimista, aunque algunos me dicen que soy pesimista. Creo que el Córdoba es una entidad con un potencial terrible. Primero por afición, porque un club sin afición no es nada, te aplaudan o te chillen, aunque el modelo actual permite que equipos con menos gente estén en mejor posición que la nuestra; y eso lo tienes. Tienes también una ciudad y una provincia, y a partir de eso puedes crecer porque lo tienes todo. Pero esto no se puede hacer de un día para otro.
–¿Y cómo se hace? Porque lo primero debe ser trazar un plan.
–La idea que tenemos necesita de un trabajo a medio plazo, para establecer unas bases sólidas de identidad con el club, con el fútbol base para que los chavales quieran jugar en el Córdoba. Eso hay que trabajarlo y lleva tiempo. Ahora hay otros agujeros más grandes que tapar, pero el club tiene un potencial tremendo. El escenario ideal es estar tranquilo en Segunda y con perspectivas de estar en la pelea por subir a Primera. Es un club para navegar tranquilamente en Segunda, nunca con riesgo de descenso, y siempre optando para mirar para arriba. Hay que tratar de generar una ciudad deportiva, identidad corporativa, que todo el mundo se sienta orgulloso de su club, que no veas camisetas por la ciudad de otros equipos... Eso es lo que poco a poco nos puede convertir en un gran club.
–Todo eso hoy es quimérico porque el equipo está donde está. ¿Qué supondría un descenso?
–La verdad es que a día de hoy ni me lo planteo, porque nuestros esfuerzos están focalizados en mantener la categoría y estoy convencido de que lo vamos a hacer. Pero supondría un gran traspiés. Aún así, el Córdoba es una entidad tan importante que tendría que seguir trabajando, teniendo vida, y tratar de ascender en el minuto uno. Pero por nuestra mente sólo pasan ahora mismo mensajes positivos, y si todo el mundo suma y estamos juntos, creo que se puede lograr.
–¿Pero sería viable un proyecto en la categoría de bronce?
–Claro, con muchos problemas, pero el club no va a desaparecer; tendrá que seguir funcionando y hacer cosas no agradables, pero no quiero ni hablar, ni me lo planteo. Pero seguiría caminando, seguro. Pero centrémonos en mantener la categoría y trabajar en ese modelo ideal de cara a futuro.
–Nada más que por el palo en el capítulo de ingresos ya habría que echarse a temblar...
–El objetivo es seguir en Segunda y tratar de algún soñar con coger los 50 millones de televisión de Primera División. Por eso el modelo ideal sería un club estable en Segunda División, siempre con objetivo de competir en Primera. Pero para eso todo lo que está alrededor del club tiene que vivir en estabilidad, y que sólo se hable de fútbol, porque el día que lo logremos habremos conseguido que el Córdoba esté asentado como entidad.
–Usted es hombre de fútbol. Dos destituciones denotan que algo no funciona. Cada cambio de técnico es el fin de un proyecto.
–En este caso no exactamente, aunque siempre que tienes que cesar a un entrenador es que algo no ha funcionado. A mí personalmente, además, no me gusta cambiar porque siempre lleva un matiz de que no te han salido bien las cosas. Pero por otro lado hay que entender la situación tan convulsa con la que iniciamos esta temporada. No hemos tenido una pretemporada al uso, jugadores que vienen con peajes anteriores y con una situación que no era muy cómoda. Pero en enero metimos a siete jugadores con todas las limitaciones, porque llegamos tarde a liberar a Guardiola, tuvimos una serie de denuncias como la de Jaime, y todo desencadenó en un mes, como hemos dicho antes gracioso, y logramos hacer un equipo casi nuevo. ¿Cuando se cesan entrenadores es un fracaso? Puede decirse que sí, pero el caso del Córdoba es tan atípico... Lógicamente no te ha salido bien, porque si no estarías con el primer entrenador, es obvio, pero con muchos matices, porque ha sido una travesía muy dura, difícil, incómoda y hasta frustrante para gente como Rafa Berges, que está en su casa, con un proyecto y una limitación grande... Creo que dentro de lo que teníamos lo hemos hecho muy bien.
–Antes me habló de estabilidad. Con 60 jornadas en descenso de las últimas 70 y un baile de entrenadores es imposible.
–Eso suena a inestabilidad, a no tener un proyecto consolidado, y por eso tenemos que trabajar en tener ese entorno, y en la estructura deportiva igual, con un entrenador que esté varias temporadas, que sería buenísima señal. Un club que tiene ese vaivén de entrenadores, que se mueve con esos impulsos, no es bueno, ni lo que a mí me gustaría. No es ni bueno ni normal porque genera inestabilidad e incertidumbre, porque no tienes una línea, un horizonte ni un objetivo.
–Dígame entonces cómo se soluciona esto. Hay quien piensa que con un descenso...
–Bajar no es bueno nunca; olvídate, eso no. Los que estamos aquí lo tenemos claro, pero necesitas tener una estabilidad en el tema deportivo, social y en todo, y tienes que dar con la persona que llegue, conozca el club, se integre y haga un planteamiento deportivo... y que el balón entre, porque al final el fútbol son resultados. Y para eso hay que trabajar, porque eso no cae del cielo. ¿Cómo se hace? Trabajando, teniendo un entorno tranquilo y que venga un entrenador, que ojalá sea Rafa Navarro, y este muchos años, tenga una cierta estabilidad. Pero no es fácil, no tenemos una varita mágica. No es un tema que se estudie en un manual ni que sea fácil, pero estamos intentando dotar al Córdoba de una estabilidad deportiva y social.
–Me ha mencionado a Jesús León. ¿Qué la parece como gestor?
–Fantástico, el presidente ideal para el Córdoba, con independencia de que sea el máximo accionista, porque es una persona joven, un empresario exitoso, un trabajador incansable y con una capacidad de trabajo terrible. Gestionar una empresa y el fútbol, en esencia, es lo mismo, con el matiz ese de la D de deportiva, que te obliga a rodearte, como está haciendo, de gente que tenga experiencia en el fútbol. Pero para mí es el mejor presidente que puede tener el Córdoba y ojalá el proyecto que tenemos entre manos le vaya bien para que se pueda sentir reconfortado. Al estar en primera línea de fuego está pagando un peaje social porque el equipo no va bien, y cuando eso pasa la gente se queja. Pero le veo absolutamente capacitado y volcado, aunque hay que entender también que esta situación convulsa te lleva a estar preocupado de mil problemas.
–¿Le ve capacitado para aguantar en la primera línea de fuego?
–Te tendría que responder él, porque lo pasa muy mal, pero para mí que el máximo accionista sea el presidente es lo ideal. ¿Por qué? Porque evitas muchísimas situaciones de incertidumbre y de dudas. Para mí lo mejor es que siga de presidente; otra cosa es que ese peaje le haga dar un paso al lado.
–El domingo toca el Extremadura. ¿Qué importancia le da?
–La misma que al resto que quedan. Es un partido importante, pero no será definitivo ni para bien ni para mal. Está claro que ganar los tres puntos sería importantísimo por ser ante un rival directo, por ganar, por sumar tres puntos que ya tachas de los cuarenta y tantos que tenemos en mente... Pero también hay que desdramatizar un poco. ¿Es una final? Son 14 finales, porque ganar el domingo en Almendralejo, y estoy convencido de que el equipo lo va a hacer, no puede hacer que te relajes para el Sporting, ni mucho menos. Tenemos 14 finales en las que necesitamos el apoyo de todo el mundo para conseguirlo todos juntos. Pero el fútbol normalmente te da una segunda oportunidad, pues con la temporada tan irregular que hemos tenido, estamos a seis puntos viniendo luego el Lugo a jugar a El Arcángel. Hay que ver la botella siempre medio llena. ¿Partido trascendente? Importantísimo y así se lo hemos transmitido a todo el mundo, pero luego quedarían otros 13 y no hay que dramatizar.
–¿Está la plantilla capacitada para vivir tan al límite?
–Estoy absolutamente convencido de que está preparada porque ya lo demostró el sábado ante el Málaga, que tiene un equipazo, y no ganamos porque la Diosa Fortuna dijo que no ganásemos. Yo los veo convencidos, capacitados, están unidos, el entrenador también... y de cabeza también, porque si no no hubiesen hecho el partido del otro día. Con las limitaciones que podemos tener, creo que tenemos una plantilla competitiva y capacitada para sacar esto adelante.
–Rafa Navarro el otro día habló de una salvación en 46 puntos.
–Yo también tengo mis números hechos, pero sobre los 45 o 47 puntos es la idea que todos tenemos en mente. Tenemos partidos ante rivales directos, los tres puntos del Reus, y con todo eso contamos. Pero concentración, optimismo y confianza absoluta en el equipo, en Rafa, en la institución, y ahora en el duelo de Almendralejo. Ahora nos toca ir semana a semana.
–Antes me dijo que le unos le veían optimista y otros pesimista. Apúnteme en el primer grupo.
–Bueno, mi intención es transmitir positivismo y optimismo, porque se está trabajando bien, la entidad tiene un potencial importante y a corto plazo hay que sacarla, que es no bajar. Tenemos que luchar todos para intentar mantener la categoría y estamos convencidos de que lo vamos a lograr. Y luego, con más calma, planificar una pretemporada normal, que te permita equivocarte dentro de unos parámetros normales, con un técnico que sea el que esté al inicio de la liga, que sepas desde el primer momento lo que LaLiga te va a dejar gastar y no el 10 de agosto...
También te puede interesar
Lo último