¿El pragmatismo o la mediocridad? (2-2)

Algeciras - Córdoba CF | La Crónica

El Córdoba CF deja escapar un 0-2, pero sobrevive al vendaval de juego de un rival superior

Los blanquiverdes sólo mostraron cierto nivel en los primeros 20 minutos del segundo acto

Isaac Becerra intenta despejar el balón pero se ve superado por Iván en el segundo tanto local.
Isaac Becerra intenta despejar el balón pero se ve superado por Iván en el segundo tanto local. / Erasmo Fenoy

Cuando un equipo suma a domicilio, lo normal es terminar satisfecho. Cuando un equipo sobrevive al vendaval ofensivo de un rival que demuestra ser muy superior, lo normal es terminar satisfecho. Cuando un equipo mira a la clasificación y se ve quinto, a un punto del play off, lo normal es sentirse satisfecho. Pero cuando un equipo deja escapar una ventaja de un par de goles en la última media hora, lo normal es terminar con un mosqueo de aúpa. Porque consumidos dos meses del campeonato, quedarse sólo en el resultado cuando el enemigo te ha pasado por encima es acercarse a la mediocridad más que al pragmatismo, y de ahí debe huir cuanto antes un candidato a todo si desea mostrarse como tal ante sus enemigos.

El Córdoba CF apareció en el Nuevo Mirador con la idea de quebrar cuanto antes su racha a domicilio, de estrenar su cuenta de victorias lejos de El Arcángel. Lo hizo repitiendo el 4-2-3-1 dispuesto ya siete días antes frente al filial del Cádiz, pero con tres novedades forzadas en la alineación por las ausencias de Fidel Escobar, Jesús Álvaro y Javi Flores. De partida, un equipo equilibrado, con dos laterales de distinto perfil, un doble pivote complementario, extremos desequilibrantes y una referencia en el área. Un guion perfecto... para ser capaz de mandar, no para sentirse dominado desde el arranque.

Porque el Algeciras de Fajardo, posiblemente el equipo con mayor caudal ofensivo del Grupo IV en el arranque de la competición, fue ya desde el pitido inicial un ciclón difícil de parar para los blanquiverdes. A los 13 segundos ya tuvo que aparecer Becerra para frenar el remate a la carrera de Antonio Sánchez, en lo que fueron las primeras oleadas de un conjunto capaz de desequilibrar por fuera y por dentro, con los laterales desdoblándose para crear superioridades, y facilitar el juego interior de unos superlativos Domínguez y Antoñito.

El Algeciras ponía el juego... y el Córdoba puso el gol. En la primera ocasión en la que pisó el medio campo contrario, Zelu, caído a zonas interiores, sacó un latigazo en la corona del área que sorprendió a Lopito. Como quince días antes en Sevilla, el cuadro corbobesista se veía por delante en el marcador. ¿Sería capaz de sentenciar? ¿Viraría este golpe la tendencia del partido? Ni una cosa ni la otra. Verse por debajo espoleó a los albirrojos, que acrecentaron su sensación de control y acoso ante los esfuerzos, vanos, de su rival por aguantar algo más la posesión y respirar.

Zelu celebra el tanto que abrió el marcador en el Nuevo Mirador.
Zelu celebra el tanto que abrió el marcador en el Nuevo Mirador. / Erasmo Fenoy

Pero por suerte, a los locales les faltaba ese punto de claridad en el último pase para transformar sus llegadas al área en ocasiones. Choco mandó al limbo un envío desde el otro costado de Gallardo y Antoñito dio continuidad al arreón albirrojo con un centro chut que entre el larguero y Becerra abortaron. Del CCF apenas si había noticias, aunque ya camino del intermedio una nueva aparición de Zelu terminó con un testarazo de José Antonio González que no halló portería. La respuesta algecirista llegó con una cabalgada por la derecha de Tote y un envío que no alcanzó por un pelo Sánchez, provocando el despeje final del meta.

El resultado era lo único salvable de una primera parte nefasta en cuanto a juego e imagen. Y aunque es cierto que eso es lo que en el corto plazo cuenta, Enrique Martín no tuvo más opciones que arengar a los suyos en los vestuarios para tratar de dar un giro a la situación. Con una simple modificación táctica, colocando a Owusu un poco más cerca de Novaes para asemejar el dibujo a un 4-4-2, el Córdoba apareció en el segundo acto con otro cariz, más valiente.

A los dos minutos, González ya hizo lucirse a Lopito al conectar un testarazo tras otro buen servicio de Zelu. Un centro de Miguel de las Cuevas que se paseó por la línea de gol sin encontrar rematador y un contragolpe de Owusu a la que puso la rúbrica Novaes con un derechazo muy alto fueron las siguientes llegadas de un cuadro blanquiverde que parecía otro, que por primera vez se sentía dominador.

Fajardo intentó cambiar el decorado con la entrada de un delantero (Karim) por su pivote posicional (Caturla), pero de primeras se topó con la solvencia de un CCF ya más asentado. Un latigazo a bote pronto de Novaes repelido por Lopito en su estirada a ras de suelo, y una contra bien conducida por Zelu que culminó González con un tiro de zurda fueron la antesala del 0-2, en la que el trabajo del brasileño en la esquina para salvar una pelota tuvo continuidad con un buen servicio al área del jerezano que Owusu mandó a la red.

Djetei se lamenta en el suelo tras una ocasión marrada por el Algeciras.
Djetei se lamenta en el suelo tras una ocasión marrada por el Algeciras. / Erasmo Fenoy

Con escasa media hora por jugar, el Córdoba CF se veía dos tantos arriba y era hasta difícil creerlo. Es por eso que tal vez los propios futbolistas dudaron de que esa renta fuera realmente merecida y desconectaron de nuevo. El primer apagón lo penalizó Antonio Sánchez con un gol en un despiste que volvió a meter al Algeciras en el duelo. Y lo que faltaba, lo puso Fajardo, que se la jugó poniendo en el verde todos sus atacantes. La reacción de Martín fue reforzar la medular con Moyano e Imanol García. Un mensaje de que había que morir para defender la ventaja.

Pero eso no iba a ser fácil. Un centro chut de Jardel fue la antesala del empate, en un doble error de Moyano en el intento de salvar una bola en la banda y Becerra en la salida. Y a partir de ahí no quedó más que rezar. El Algeciras se volcó con todo ante un rival desbordado. Una volea de Vicent, una internada de Gallardo, un libre directo de Domínguez y el posterior remate desviado sin oposición de Karim fueron las últimas de los locales, que se salvaron en el alargue cuando Vicent sacó en la misma línea de gol un zurdazo de Moyano que ya había superado a Lopito.

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