El Córdoba CF pierde otro tren (1-1)

Sumando de uno en uno, el play off se escapa. El Córdoba CF dejó escapar en Algeciras una nueva oportunidad para subirse al tren de los privilegiados y recortar puntos a varios rivales directos en una jornada que podía haber sido muy propicia pero que termina con los de Germán Crespo más lejos de la quinta plaza. Y es que el conjunto cordobesista no fue capaz de doblegar a un Algeciras temeroso que a punto estuvo de autolesionarse varias veces durante el duelo con errores flagrantes, pero que conjuró demasiado pronto la escueta renta que por fin consiguieron los blanquiverdes mucho tiempo después.

Por más que sumar siempre sea el mal menor, el Córdoba no puede más que ver como insuficiente un punto por tercera jornada consecutiva ante el tercer equipo de la zona baja. Si a los equipos con problemas no eres capaz de ganarle, mal futuro tienes cuando los gallitos de la categoría aparezcan en tu camino.

En el Nuevo Mirador, el Córdoba se quitó al menos esa losa de no hacer gol fuera de casa que duraba ya cuatro partidos. Ahora bien, de poco sirvió adelantarse en el marcador para después conceder un tanto totalmente evitable que evidencia que este equipo cuando no falla delante lo hace atrás. Y así es imposible pensar en positivo, por más que uno quiera.

Cuando más cabía esperar que Germán Crespo siguiera la línea continuista de sus últimos onces iniciales, el granadino sorprendió agitando el equipo con la entrada de Alberto Jiménez en la zaga y una doble punta con Casas y Willy Ledesma que desplazó a Kike Márquez hasta el costado izquierdo, en un dibujo asimétrico que dejaba toda la banda izquierda para José Manuel Calderón. La intención del granadino era la de explotar las dudas del Algeciras en la zaga, aunque claro, para ello había que llevar el balón con claridad hasta ellos.

Y le costó un mundo al Córdoba tener claridad con la pelota, hasta el punto de que en los primeros 20 minutos el recurso más utilizado fue la pelota larga desde la zaga, con Gudelj intentando conectar con Casas, sin demasiado éxito. Tampoco tuvo demasiada claridad de ideas el Algeciras en ese tramo de partido, al mostrarse incapaz de explotar la velocidad por bandas que fue la gran apuesta de Iván Ania.

Con todo, los locales se hicieron poco a poco con el balón merced a la incapacidad del Córdoba para dar tres pases seguidos con precisión. Los de Ania aprovecharon esa falta de claridad del conjunto blanquiverde para ir paulatinamente ganando terreno hasta empezar a merodear el área de Carlos Marín. En el minuto 20, una gran triangulación del conjunto rojiblanco la finalizó Iván Turrillo con un disparo que repelió Alberto Jiménez. El canario tuvo además que despejar el rechace antes de que Siddiki empujara el balón a gol.

Esa acción dio confianza a un Algeciras que poco después aprovechó la enésima pérdida de Diarra en el centro del campo para plantarse en el área blanquiverde y buscar a Roni, que no logró alcanzar el balón. Pese a esos avisos de los locales, el ritmo del partido era bastante bajo, con ambos conjuntos más preocupados de protegerse que de golpear a su rival.

Para ver una primera acción en ataque del CCF hubo que esperar hasta el minuto 30, cuando Casas finalizó con un disparo desde fuera del área grande una triangulación de su equipo hilvanada con paciencia. Esa acción y un lejano disparo de Kike Márquez de falta que Miño atajó sin problemas fueron las acciones previa a la más clara de los blanquiverdes en el primer tiempo. En el 42', Kike Márquez ganó la línea de fondo desde el costado derecho y se sacó un centro raso atrás que Javi Flores estrelló contra un zaguero. Una buena oportunidad que, sin embargo, no eliminó esa sensación de que el Córdoba se marchaba al descanso con un bagaje excesivamente escaso.

Ambos equipos parecieron dejar de lado, al menos por momentos, ese miedo a verse por detrás en el marcador y el choque ganó en ritmo en la segunda parte. Eso sí, fue el Algeciras el que manejó el balón de inicio y gozó de una buena ocasión cuando David Martín le ganó la espalda a Calderón y conectó con Roni, cuyo remate frenó Puga. Los blanquiverdes, más allá de intentarlo, no encontraban claridad para llegar al ataque y Germán Crespo se decidió por fin a probar otra cosa.

A la hora de juego, el granadino volvió a su esquema original dando entrada a Simo por Casas y colocando a Armando Shashoua por Javi Flores, para tratar de tener el mando del partido. El inglés, que llevaba semanas anclado en el banquillo sin una explicación convincente al respecto, tardó muy poco en mostrar su capacidad para imprimir otro ritmo a los partidos.

Algo empezó a cambiar ahí en el Nuevo Mirador. El Algeciras, inseguro durante todo el partido a la hora de salir con el balón desde atrás, cometió el enésimo error y permitió que Kike Márquez habilitase a Diarra, que se plantó ante Miño y pifió el remate en una ocasión clarísima. Por fortuna para él, el centrocampista pudo sacarse esa espina un minuto después, en otra pérdida del rival que entre Márquez y Shashoua cocinaron para que el inglés asistiera a Diarra, que esta vez sí acertó a batir a Miño.

El tanto, con poco más de 20 minutos por delante, era un balón de oxígeno para un Córdoba que tenía todo de cara para reencontrarse con el triunfo. Pero cuando mejor estaba su equipo, Germán Crespo volvió a hacer un cambio extraño, retirando a un Kike Márquez iba a más para dar entrada a De las Cuevas. En ese impás, con el Algeciras tocado, el CCF no hizo el daño que debía y los de Iván Ania se rehabilitaron gracias a una concesión de su rival.

Puga salió de posición para intentar tapar a Álvaro Romero, que encontró a Tomás en el costado izquierdo y sacó un centro raso que Roni desvió a la red. Un mazazo evitable y vuelta al atasco, porque el Córdoba ya se desordenó y atacó más con corazón que con cabeza. Aún así, apareció de nuevo Diarra para cabecear un buen centro de Puga, aunque sin precisión. Al ver que su equipo no daba síntomas de ir a por el partido, Germán Crespo agotó los cambios dando entrada a Canario por Carracedo y a Marco Camus por Willy Ledesma, para terminar sin referencia ofensiva un partido que había empezado con dos arietes en el campo.

Con todo, hasta le pudo salir bien ya en el descuento esa apuesta por la velocidad en punta del cántabro, que agarró un balón ante Amoah y enfiló hacia la portería, siendo derribado justo antes de entrar en el área por Amoah. Era falta clara, pero a esas alturas Sánchez Villalobos optó por no complicarse la vida y obviar una jugada que el Córdoba protestó con la impotencia de saber que se escapaba otra ocasión para la reacción.