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Atlético Baleares - Córdoba CF | La crónica
Un amargo final de 2023. El Córdoba CF se dejó dos puntos ante el Atlético Baleares en el último partido del año quebrando su dinámica triunfal y dejando la sensación de que le faltó ambición sobre el césped para haber doblegado a un rival entregado y atrincherado en su área desde el primer minuto hasta el último, que además tuvo que lidiar con la expulsión de su máximo goleador, David Rodríguez, a la media hora de juego.
Lejos de aprovechar esas circunstancias para imponer su mayor calidad, el conjunto cordobesista cuajó un partido gris, de más a menos, que le impide llegar al parón navideño con las buenas sensaciones que arrastraba. El partido más largo del año, como lo definió Ania en la previa, estará en la mente del técnico durante esta interrupción de la competición, porque sus hombres dejaron escapar una ocasión inmejorable para seguir sumando de tres en tres.
Y es que todos los temores que el técnico asturiano expresó antes de viajar a Palma de Mallorca se presentaron en el Estadio Balear. Viaje largo, último partido antes de unos días de vacaciones y un rival con urgencias que no iba a plantear un partido precisamente abierto. De ese cóctel no supo salir victorioso un Córdoba que se enredó cuando más de cara se le pusieron las circunstancias, primero por su falta de claridad a la hora de finalizar jugadas y luego por una acción absurda de Calderón que le costó una roja directa innecesaria y que le apartará del equipo como mínimo dos partidos. El punto, a largo plazo, puede ser recordado como positivo si el equipo vuelve pronto al camino de la victoria, pero a corto plazo la sensación que deja es bastante gris para un equipo que tiene la exigencia de ganar prácticamente cada semana.
Como era de esperar, Iván Ania no hizo cambios en un once inicial cada vez más asentado y que tan buen resultado está dando al Córdoba en las últimas semanas. El técnico asturiano apostó por el equipo que los aficionados blanquiverdes empiezan a aprenderse de memoria para un partido en que el Atlético Baleares tampoco sorprendió a nadie. Y es que el guion del duelo fue el esperado, con los blanquiazules replegados a más no poder, en un 4-5-1 que solo dejaba a David Rodríguez por delante del balón.
El plan para los de Juanma Barrero estaba claro: esperar en campo propio para iniciar la presión y dificultar el juego del Córdoba. Los blanquiverdes, por su parte, recogieron rápidamente el guante y se adueñaron del balón por completo, desnivelando el juego hacia la meta de Vilà. En ese contexto de partido, la dificultad estaba en encontrar la precisión y velocidad necesarias para aprovechar los mínimos huecos que dejaba la defensa del conjunto local.
Con ese planteamiento, y tras unos primeros acercamientos que no culminaron en disparo, el Córdoba no tardó en generar un par de buenas ocasiones. En la primera, la más clara, Albarrán encontró con un pase raso a Adilson Mendes tras romper por la derecha pero el portugués no logró dirigir su remate hacia portería cuando tenía todo a su favor. Dos minutos después, una nueva triangulación del conjunto blanquiverde la finalizó Diarra con un zurdazo que se marchó alto.
Fueron minutos de intenso agobio para el Atlético Baleares, superado por el Córdoba y sufriendo para defender su portería. Con paciencia hasta encontrar el hueco, Albarrán ganó de nuevo la línea de fondo y su centro lo remató Casas de espuela para forzar un córner. Para entonces, no habían transcurrido ni siquiera 25 minutos y el momento de quiebre del partido estaba por llegar. Fue a la media hora de juego, cuando tras una amarilla a su compañero Toni Ramón, David Rodríguez protestó al árbitro y Gordillo Escamilla respondió mostrándole la roja directa.
Sin su goleador y única punta de lanza sobre el terreno de juego, la tarea se complicaba para un Atlético Baleares que dio un paso más atrás, si cabía. Pero, paradójicamente, fueron los minutos de menos dominio del Córdoba. La superioridad numérica no pareció sentar bien a un CCF que perdió precisión en los pases y se nubló a la hora de encontrar espacios entre la poblada defensa balear. El conjunto local pudo incluso amagar con un par de contragolpes que le dieron aire para salir de su campo. Un leve aviso que hizo al Córdoba contemporizar, dando por bueno el resultado a al espera de un segundo tiempo que debía ser muy distinto.
Así, al menos, lo imaginó Iván Ania, aunque lo cierto es que el paso por vestuarios no cambió el ritmo de juego. Es más, la intensidad cayó un poco más y el técnico asturiano quiso variar el rumbo del partido con cambios. Recio y Kuki Zalazar cogieron el sitio de Diarra e Isma Ruiz para pasar a un 4-1-4-1 con el primero como eje del equipo y el segundo sumado a Kike Márquez en la mediapunta.
Esa variante funcionó al Córdoba, que vivió a partir de entonces el tramo de partido de mayor dominio y embotellamiento de su rival. Recio lo probó a la hora de juego con un disparo lejano que complicó la vida a Vilà y, poco después, Casas tuvo la más clara de la segunda parte, pero tras revolverse en el área y soltar un derechazo fuerte y abajo se topó con la brillante reacción del meta de los balearicos.
Barrero vio sufrir a los suyos y, con el Córdoba volcado, buscó recuperar la referencia perdida en ataque dando entrada a Xisco Jiménez junto a Shashoua, para tratar de tener algo más el balón y evitar el acoso de los blanquiverdes. Le salió bien el plan al cuadro balear, porque el Córdoba tampoco supo interpretar bien el nuevo movimiento de Ania, que dio entrada a Álex Sala por Carlos García y a Simo por Carracedo. Con el mediocentro haciendo de falso central para iniciar el juego, el Córdoba no tuvo la clarividencia esperada y el duelo entró en un tramo en el que incluso los locales tuvieron alguna ocasión, como la que generó Nana con un cabezazo tras córner botado por su equipo.
Para colmo de males, con el Córdoba espeso y cada vez menos volcado sobre la meta de su rival, Calderón terminó de estropear el partido soltando un codazo a un rival que le costó la roja directa y obligó a Iván Ania a reconstruir la defensa con Iván Rodríguez para evitar males mayores. Aún así, quedaba un susto que pasar cuando Armando Shashoua se marchó de hasta cuatro jugadores blanquiverdes y obligó a Carlos Marín a tapar en última instancia su disparo.
Era el minuto 83 y de ahí al final el Córdoba ya ni pudo ni tampoco pareció pelear en exceso por el triunfo, sellando un empate sin goles que a los locales les supo de perlas pero que para los blanquiverdes, con otras exigencias y obligaciones en esta liga, deja un sabor amargo antes del parón navideño.
0 - Atlético Baleares: Vilà; David Navarro, Ofoli Quaye, Juanra, Ferroni; Pastrana (Miguelete, 90'+), Isaac Nana, Villapalos, Toni Ramón (Xisco Jiménez, 70'), Ortega (Armando Shashoua, 70'); y David Rodríguez.
0 - Córdoba CF: Carlos Marín; Albarrán, Lapeña, Carlos García (Álex Sala, 69'), Calderón; Isma Ruiz (Recio, 58'), Diarra (Kuki Zalazar, 58'); Carracedo (Simo, 69'), Kike Márquez (Iván Rodríguez, 81'), Adilson Mendes; y Casas.
Árbitro: Gordillo Escamilla (comité valenciano). Expulsó con roja directa al local David Rodríguez (30') y al visitante Calderón (78'). Amonestó a los locales Toni Ramón (29') y David Rodríguez (29'), y a los visitantes Calderón (52') y Simo (90'+).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la jornada 17 en el Grupo 2 de Primera Federación disputado en el Estadio Balear de Palma de Mallorca ante 2.523 espectadores.
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