Cádiz - Córdoba CF: cuando el dinero no marca las diferencias

Córdoba/El Cádiz - Córdoba CF que se disputa este domingo es el ejemplo perfecto de que, en una categoría tan igualada y exigente como la Liga Hypermotion, el dinero no lo es todo. Aunque las diferencias de presupuesto y de límites salariales suelen marcar diferencias con asiduidad en este mundo, lo cierto es que en Segunda División siempre se dan ejemplos de que el rendimiento en el campo no tiene que ir de la mano de la pujanza económica. Y el derbi andaluz entre amarillos y blanquiverdes es claro ejemplo de ello, al poner en liza a dos equipos que pelean en esferas opuestas en lo que a presupuesto se refiere, pero que a la hora de la verdad están muy parejos en la clasificación, incluso con el Córdoba CF por delante.

Si existe un ejemplo perfecto para evidenciar lo complicado que es utilizar de la manera más eficiente los recursos económicos en la Liga Hypermotion, es sin duda el Cádiz. El club amarillo es el que cuenta con un límite salarial más alto. LaLiga puso a su disposición un techo de gasto de 18.844.000 euros en el pasado mercado de fichajes de verano. La cifra es, de largo, más alta de la categoría de plata. Los cadistas cuentan con tres veces más límite salarial que el Córdoba CF, que consiguió de LaLiga un máximo de 6.102.000 euros para confeccionar su plantilla.

Esas tremendas diferencias permitieron al Cádiz mantener a buena parte de los jugadores que la pasada temporada jugaron de amarillo en Primera División, que además se han visto complementados en el presente curso con fichajes importantes para la Segunda División como el mediapunta Ontiveros, el delantero Carlos Fernández, el central Kovacevic o el extremo Melendo. También Matos, uno de los laterales zurdo más destacados de la Liga Hypermotion, cambió el Burgos por el Cádiz a golpe de talonario.

Con tantos recursos, ¿qué está fallando en el Cádiz para no conseguir el rendimiento que sus posibilidades económicas le podrían permitir? Esa pregunta tratan de responder desde el inicio de la competición en la entidad cadista, lastrada por múltiples factores en un curso complicado. El primero de ellos, y uno de los principales, es la falta de estabilidad institucional. El enfrentamiento entre el presidente Manuel Vizcaíno y gran parte de la masa social del Cádiz es evidente desde hace mucho tiempo. Desde el primer día, Paco López y sus jugadores están teniendo que lidiar con una presión que les ha atenazado en muchos momentos.

El lastre económico de la Primera División

Otro factor no menos importante en el mal momento que atraviesa el Cádiz tiene que ver con la herencia económica de bajar desde la máxima categoría. Bien es cierto que el cuadro cadista tiene un alto límite salarial, pero en buena parte lo tiene comprometido con contratos muy importantes de jugadores que no están teniendo demasiado protagonismo. Futbolistas como Fali, Luis Hernández, Álex Fernández, Roger Martí o Rubén Sobrino son claros ejemplos de esa importante masa salarial que no está encontrando el respaldo de un rendimiento deportivo adecuado.

Con todos esos problemas, y cuando ya se ha consumido un tercio de la competición, el Cádiz es el peor de los tres equipos que descendieron el pasado verano a Segunda División. Ni Granada ni Almería están siendo capaces de cumplir con las expectativas creadas, pero el caso del Cádiz es especialmente preocupante. Los amarillos arrancarán la jornada 15 de liga solo dos puntos por debajo del descenso, y gracias a que tanto el Eldense como el Racing de Ferrol tienen un partido pendiente.

El cuadro cadista está por debajo de un Córdoba CF que tiene tres veces menos límite salarial, y que carga con el lastre de sus malos resultados como visitante. Pese a ello, los blanquiverdes han sido capaces de sumar dos puntos más que el conjunto amarillo y de alcanzar una regularidad en casa que el Cádiz no ha visto ni de lejos en el Nuevo Mirandilla. Ante su público, el equipo de Paco López ha ganado un partido (el último, ante el Oviedo), empatado tres y perdido otros tres.

Números paupérrimos para un Cádiz llamado a grandes cotas, que puede presumir de contar con el límite salarial más alto de la categoría, pero que no ha conseguido imponer el peso de las diferencias económicas, al menos por el momento.