Las dos caras del Córdoba CF: Competitivo en El Arcángel, un desastre fuera

Córdoba/El varapalo recibido en Huesca ha resultado totalmente revelador para el Córdoba CF. Los blanquiverdes, que acudían a El Alcoraz deseosos de mostrar el poso obtenido en la Liga Hypermotion, volvieron a dejar patente que siguen lejos de ser competitivos cuando actúan lejos de El Arcángel, mostrando dos caras radicalmente opuestas que -de no corregir- pondrán bastante complicado ese objetivo mínimo de la permanencia en el fútbol profesional. Una situación que tiene fiel reflejo en los números, que ya señalan al CCF como el peor equipo lejos de su estadio y el único que, tras tres salidas, no ha conseguido sumar un solo punto como visitante.

Y es que si antes de partir hacia Huesca Iván Ania defendía que su equipo iba a ser fiel a su propuesta jugase como local o como visitante, el propio técnico asturiano acabó rendido a las evidencias y en la rueda de prensa postpartido admitió que fuera llevan "tres partidos y tres derrotas", síntoma de que están "siendo débiles". Un mensaje valiente pero también el único que se puede dar a tenor los números que está firmando su equipo.

Porque el Córdoba CF es ya el peor equipo a domicilio de toda la Segunda División. El conjunto blanquiverde aún no ha sumado ni un punto cuando actúa como visitante, algo que solo ha hecho el Elche, con la diferencia de que los ilicitanos tan solo han jugado dos partidos lejos de su feudo en estas seis primeras jornadas. Además, el Córdoba ha recibido ocho goles fuera de El Arcángel (de largo el que más cuando actúa como visitante) y tan solo ha sido capaz de marcar dos, ambos intrascendentes, pues llegaron en Elche y Huesca cuando el equipo ya perdía de manera muy clara.

En una Liga Hypermotion en la que los objetivos se encaminan en casa y se consolidan con los puntos sumados a domicilio, el Córdoba CF está lejos de poder equilibrar esa balanza para dar pasos en firme hacia la permanencia deseada. El equipo de Iván Ania no ha sido capaz en seis jornadas de mantener una línea estable, por más que al técnico se no le puede negar que la propuesta de juego en la misma en todos los partidos. Lo que sí varía de manera radical es el desempeño de sus jugadores y los réditos conseguidos, porque en casa el CCF tiene números que -sin ser brillantes- le valdrían para ir peleando por la salvación con ciertas garantías. De momento, tras tres partidos ante su público, los blanquiverdes no conocen la derrota y han sido capaces de sumar dos empates y un triunfo, seguramente mereciendo incluso mejor botín que ese cinco de nueve.

Un Córdoba CF bipolar

Esos números le sirven para ser el noveno equipo que más puntúa en su estadio, dato nada baladí y que evidencia que el problema está lejos de El Arcángel. ¿Por qué el Córdoba CF atrevido y dominador como local se convierte en poco más que una comparse cuando juega sin el calor de su afición? Ahí es donde Iván Ania tiene trabajo por delante para encontrar la mejoría del equipo, pero las evidencias son tan claras que no necesitan de un análisis sesudo.

Con rascar un poco en la superficie se observa una endeblez defensiva que ya el equipo acusó el año pasado en el arranque, pero que a estas alturas había pulido para empezar a levantar el vuelo. Esta temporada, esa consolidación desde atrás está costando más y en gran parte se debe a la enorme exigencia de la Liga Hypermotion respecto a la Primera Federación. El salto de calidad es tal que el CCF no ha conseguido todavía ser un equipo sólido que, sin renunciar a sus ideales de buscar la portería contraria con decisión, sea capaz de proteger la propia con un mínimo de garantías.

Mientras esa realidad persista, el Córdoba CF tendrá que cruzar los dedos para no verse arrastrado a una zona de descenso que vuelve a estar a un punto, con los blanquiverdes ya marcando la barrera de la permanencia. El domingo, el duelo en El Arcángel ante el Racing de Ferrol se antoja como una cita clave para recobrar el paso pero, pase lo que pase ante los gallegos, la asignatura pendiente de este CCF seguirá estando lejos de su estadio, donde el equipo enmascara su faz más agradable y emite síntomas que invitan a la preocupación.